Este otoño es especialmente colorido con tonos saturados y brillantes que irradian fuerza y energía para los meses más oscuros del año donde lo usual es que predominen las gamas neutras y las tonalidades pálidas. Ahora es, ¡justo lo contrario!
Primero fueron los colores neón, luego el naranja como transición entre el verano y el otoño, y ahora llegan otros tonos dentro de la paleta de los fríos dispuestos a coger el relevo. Según un Informe de tendencias de Pantone (la autoridad internacional del color), los colores para Otoño-Invierno 2018 “expresan nuestra necesidad de individualidad, ingenio y creatividad”. Son tonos otoñales inesperados que se complementan con otros más tradicionales y que irradian estas ganas de romper con las estructuras estacionales. El mismo informe apunta que son “colores expresivos que reinventan la historia del color estacional y permiten que la moda juegue con el arte y la originalidad”.
A continuación, te desvelamos cuatro tonos que iluminan los looks de otoño y que ya se han visto en las pasarelas:
- Red Pear
Este rojo es el más apetecible de la paleta y quizás también el más clásico de los colores de moda. El Red Pear es un rojo intenso y delicado que atrae por su exquisita profundidad. Es un color seductor (recuerda al borgoña), que admite una gran variedad de tonalidades y en tejidos da mucho juego gracias a su versatilidad con relieves y texturas totalmente evocadoras. Firmas como Elie Saab, Bottega Veneta, Roksanda, Givenchy, Lanvin u Oscar de La Renta han incorporado este tono en sus propuestas otoñales creando looks fáciles de combinar.
- Ultra Violet
Esta tonalidad la tenemos más presente en nuestras mentes porque Pantone lo escogió como color del año 2018. Cuando creíamos que se quedó en una simple mención, esta tonalidad radiante de violeta aparece en todo su resplandor en las colecciones de otoño. Un tono atrevido vinculado con la creatividad y la imaginación. En tejidos como el terciopelo, el Ultra Violet adquiere un lado más sofisticado, aunque también da juego en bordados y en Jacquard florales. En la pasarela, firmas como Moschino, Tibi, Salvatore Ferragamo, Marni o Dolce & Gabbana se han atrevido con esta variedad de violeta.
- Crocus Petal
Seguimos con las tonalidades violetas para centrarnos ahora en su versión más suave. Crocus Petal, es según Pantone “un tono cultivado y refinado que aporta una sensación de ligereza”. Es una tonalidad pastel muy femenina que dulcifica rasgos y se desmarca del resto por su carácter único. Un color que potencia el movimiento y que en tejidos se aprecia muy bien sobre texturas suaves, lisas y con leves reflejos. En la pasarela, el Crocus Petal se ha visto en diseños de Acne Studios, Miu Miu, Ashley Williams.
- Quetzal Green
Profundo, evocador, sofisticado… este tono de azul verdoso es sencillamente arrebatador. Un color que abunda en la naturaleza en ciertos plumajes de aves para destacar ante las hembras de su misma especie: patos, pavorreales… Una preciosa mezcla de azules profundes y turquesas que se alinea con la elegancia y que admite prácticamente todas las texturas que resaltan los matices de este color tan rico. En la pasarela se han impregnado de Quetzal Green firmas como Alexander McQueen, Alberta Ferretti, Paul Smith o Self-Portrait
Aterriza en la ciudad condal una de las exposiciones más esperadas de finales de año que da vida al lado más bohemio y transgresor del París del siglo XIX. Se trata de la muestra ‘Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre’ que alberga desde hoy el CaixaForum de Barcelona. Una producción propia de la Obra Social La Caixa, comisariada por Phillip Dennis Cate que cuenta con una extraordinaria colección de 350 obras de pinturas, dibujos, grabados, carteles y otros objetos de la época procedentes de distintos museos de todo el mundo. Una extensa muestra liderada por las obras del polifacético pintor Toulouse-Lautrec (61 obras, entre ellas seis óleos, un dibujo y sus carteles más conocidos) que retratan el corazón bohemio del barrio de Montmatre y su vida nocturna, en sintonía con la visión de otros artistas contemporáneos que convivieron en el París de finales del siglo XIX.
Montmatre, el denominador común
En 1880, Montmartre era una zona marginal y peligrosa apartada de París que empezó a atraer a numerosos jóvenes creadores. Así, por ejemplo, los artistas Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Signac, Pierre Bonnard y Henri-Gabriel Ibels, los intérpretes Aristide Bruant e Yvette Guilbert, los escritores Émile Goudeau, Alphonse Allais y Alfred Jarry, y los músicos Erik Satie, Vincent Hyspa y Gustave Charpentier se mudaron allí atraídos por el barrio: querían vivir gastando poco, trabajar y evitar el centro burgués de la capital francesa. Es así como en pocos años, Montmartre se convirtió en el denominador común geográfico de muchos artistas, que contribuyeron activamente a definir la estética vanguardista de la época.
El centro de la vida bohemia
A finales del siglo XIX, Montmartre era el epicentro del motor social y cultural que definió su estilo moderno y carácter bohemio. Sus calles, los cabarets nocturnos, los cafés del barrio… fueron escenario de una explosión creativa gracias a esos jóvenes artistas e intelectuales que desafiaron, a través de sus obras, el sistema establecido. Henri de Toulouse-Lautrec (Albi, 1864 – Château Malromé, 1901) y otros artistas como Vincent van Gogh, Jean-Louis Forain, T. A. Steinlen, Pierre Bonnard o Édouard Vuillard contribuyeron a este florecimiento de un movimiento rompedor al margen de la burguesía.
Los artistas de Montmatre tenían una actitud crítica y en sus obras era habitual que se reflejara des de la pobreza en las calles a la dureza de la prostitución, dos temas recurrentes que formaban parte de esta denuncia social. En muchas ocasiones, el humor, la sátira y la caricatura se utilizaban para difundir sus propuestas en una renovación del lenguaje artístico que se vuelve más popular y cercano, alejado de las élites. En consonancia, la presentación de sus obras también se realizaba en espacios fuera de lo común: cabarets, teatros experimentales, circos o la misma calle, fuente continua de inspiración.
“La exposición muestra el carácter transgresor de muchos artistas del París del siglo XIX”
Un espíritu que no solo se limitó geográficamente en Montmartre, sino que se convirtió en una mentalidad vanguardista que se trasladó a los nuevos centros de ocio de París y de las principales ciudades europeas y que marcó un antes y un después en las nuevas formas de expresión que se consolidan con el cambio de siglo. La exposición ‘Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre’ se podrá ver en el CaixaForum de Barcelona hasta el 20 de enero de 2019.
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Crédito: Fotos extraídas del CaixaForum, exposición ‘Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre’
Después del verano, The Color Community ha vuelto a la carga con un nuevo informe inspirador. La asociación de “apasionados del color y la materia” han presentado las últimas novedades en su undécima edición celebrada, como es habitual, en la Antigua Fábrica Damm de Barcelona. Destaca un logotipo nuevo que transmite la esencia de la asociación: la unión de varios profesionales pluridisciplinares que aportan la suma de las visiones del color; una nueva web donde consultar e orientar a los interesados en indagar en la materia y, por último, una nueva carta de colores que son los que guiarán la temporada Primavera-Verano 2020.
The Color Community es una iniciativa en constante evolución que apoyamos desde su nacimiento porque como empresa internacional de tejidos también nos interesa el color y la textura, y como estos se aplican en el diseño. El equipo fundador de la iniciativa lo forman tres personalidades: el arquitecto Pere Ortega; la diseñadora especializada en Colour & Trim, Eva Muñoz; y Rosa Pujol, Textil & Colour Stylist de esta misma casa. Estos profesionales trabajan en su día a día con las tendencias y sus connotaciones en función del factor temporal y socio cultural y nunca pierden de vista la visión del mercado para intentar adecuarse a sus futuras necesidades. Como ellos dicen en su portal online, “We Do Colour”.
Esta edición gira en torno al concepto de ‘Double Poetry’ que hace referencia a la dualidad: los antagonismos que se relacionan entre sí como lo racional y lo impulsivo, lo científico y lo emotivo… y los conceptos que se complementan, pero siempre jugando con esta vinculación de dos ideas. Una propuesta fresca y enérgica que se articula a través de cuatro gamas de color, texturas y materias bautizadas como: Iced Risk, Los Angeles, Mother Tech y New New.
A continuación, os explicamos una pequeña síntesis de cada una de ellas:
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Iced Risk
La primera inspiración se centra en la idea del riesgo controlado. Innovación al servicio de la funcionalidad, diseño sin estridencias para su apto consumo. Es una propuesta versátil y dinámica centrada en las líneas geométricas, las ilusiones ópticas, los volúmenes bajo control, los tejidos técnicos, fluidos y plisados, las siluetas etéreas y algunos motivos en rejilla. Se representa principalmente con una paleta de verdes inspirados en la naturaleza, azules urbanos y pinceladas de amarillo mostaza.
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Los Ángeles
La segunda gama es más juvenil y se inspira en esta ciudad californiana y en su estilo de vida más relajado. Se inspira en los contrastes cromáticos, las formas inspiradas en el agua, la estética surfera y náutica… Para ello abundan materiales sintéticos como el plástico, las redes, los degradados, los estampados geométricos… en colores vivos que se presentan en bloque o que contrastan con el blanco más puro.
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Mother Tech
La tercera inspiración juega con el concepto de la tecnología y como esta se relaciona con el ser humano. Una gama que reivindica su uso creativo e invita a perderle el miedo. A su vez, también refleja como la tecnología puede convivir con la naturaleza y complementarse con ella. En materia de texturas se expresa con las formas experimentales, las filigranas, las fibras imperfectas, las lentejuelas tipo espejo, los tejidos iridiscentes, los cortes con láser… La gama de colores va desde el verde menta pasando por el azul pátina y los metalizados, en especial el color plata en su versión brillante y mate.
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New New
Por último, la cuarta gama es la más transgresora y conecta directamente con la Generación Z: los jóvenes del siglo XXI que ya tienen edad para consumir. Se inspira en los clásicos en versión contemporánea, las ediciones de coleccionismo, las rara avis… Una renovación de los códigos de siempre para un público totalmente nuevo que no conoce lo anterior. Tejidos como el denim, las formas atípicas, los tejidos con mensaje… encajan en esta propuesta con una paleta cromática de lo más estridente que incluye el amarillo, el verde lima, el rosa chicle o el dorado, entre otras tonalidades.
El tweed es un tejido emblemático que tiene historia. Un comodín en constante evolución que aparece, en menor o mayor medida, en las temporadas de invierno. De inspiración clásica, elegante y camaleónico a su vez, el tweed conserva una estructura y estética definida que permanece intacta al paso del tiempo, aunque se renueva en prendas que cambian de estilo, según las tendencias del momento. Antes de centrarnos en las colecciones actuales, vamos a indagar un poco en la historia de este tejido singular y tan reconocible a simple vista.
Para empezar, el tweed es un tejido de lana con apariencia irregular que no tiene esa terminación y acabado liso natural de una tela convencional. Es de tacto rugoso, textura calada y elástica y patrones definidos como el houndstooth, el windowpane, la cuadrícula del Príncipe de Gales y el herringbone. También constituye un tejido que se presta para el cosido y el planchado con una versatilidad que no tiene límites en el armario femenino y masculino.
Orígenes humildes
El tweed tiene su origen en Escocia y se vinculaba inicialmente en el ámbito rural. Era un tejido habitual en la ropa de abrigo de las clases populares y se usaba especialmente en el campo para resistir las duras condiciones climatológicas. Durante el siglo XIX, el tweed llamó la atención dentro de la sociedad inglesa: la clase alta británica lo visualizó como el tejido indispensable para sus actividades de caza. Vieron en el tweed un tejido versátil muy vinculado en el ámbito campestre y las actividades deportivas que tenía a su vez un reverso elegante. Se podría decir que vestía bien en el campo.
El legado de Coco Chanel
Si hay un tejido que se asocia al legado de Chanel y al de su fundadora, ese es sin lugar a dudas el tweed. Fue a finales de los años 20 cuando la icónica diseñadora decidió incorporar el tweed al armario femenino al ver su enorme potencial como tejido y sus múltiples virtudes: a pesar de ser robusto, era flexible y esponjoso. Unas características que permitían que este tejido se adaptara al vestuario más casual de una sociedad ociosa que empezaba a disfrutar del tiempo libre. Así, Coco Chanel fue la pionera en ofrecer a las mujeres comodidad y modernidad a través del tweed con prendas como trajes, faldas y chaquetas (un icono de la maison) que se adaptaban a estas nuevas necesidades y libraban a la mujer de las rigidizas del vestuario de la época.
El éxito fue inmediato y convirtió el tweed en una pieza clave del lenguaje de estilo de Chanel, un auténtico sello distintivo. En la década de los 50, el tweed era un tejido muy popular que contaba con un seguido de variantes más modernizadas, nuevos usos y sorprendentes combinaciones. En definitiva, continuaba revolucionando la industria de la moda. No en vano, fueron muchos los diseñadores que lo incorporaron en sus colecciones hasta día de hoy. Aun así, por mucho que pasen los años el tweed siempre se asocia a su pionera: Mademoiselle Chanel en una historia vinculada a la emancipación de la mujer.
El tweed en la temporada actual
Más allá de Chanel, el tweed es un tejido que prácticamente se repite en la mayoría de colecciones prêt-à-porter de las grandes firmas en sus múltiples versiones y con un nuevo lavado de cara en cada temporada. Más allá de las chaquetas y trajes estilo lady, se utiliza también en abrigos largos de líneas rectas, faldas midi y levitas. Atención a tres detalles de las propuestas actuales: se lleva el efecto deshilachado, se introduce más color y se combina con denim y cuero para darle un efecto más rebelde al atuendo. Toma nota de algunos looks de pasarela de Calvin Klein, Gucci, Miu Miu y Marc Jacobs.
En Gratacós también te queremos mostrar algunos tejidos tweed que tenemos para que imagines tus prendas de otoño. ¡Toma nota de algunas ideas!
Jueves 27 septiembre 2018
“Gracias Delpozo por estos seis maravillosos años. Me he sentido como en familia, y estoy muy orgulloso de todas las cosas que hicimos juntos”. Esta es la frase de despedida que Josep Font dejó el pasado martes en su Instagram, tras seis años al frente de la dirección artística de la firma. Delpozo por su parte, agradecía casi al mismo tiempo su excelente labor durante estos años. Un intercambio de agradecimientos que pone fin a una fructífera colaboración con éxito.
Josep Font ha sido el encargado de “rejuvenecer y continuar el legado de Jesús (del Pozo)”, según afirmaba Pedro Trolez, presidente de Grupo Perfumes y Diseño, propietario de la casa, haciendo de la marca española una de las más deseadas a nivel internacional. “Tiene una capacidad extraordinaria de mezclar colores, texturas y volúmenes, convirtiéndolos en colecciones delicadas y femeninas. Estoy agradecido por su lealtad y por haber formado parte de esta primera etapa de Delpozo”, añadía Trolez.
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Arquitecto de formación, Josep Font se unió al proyecto de Delopozo un año después del fallecimiento de Jesús del Pozo, firma que se fundó en 1974. En estos seis años, Font ha sido el responsable de renovar la identidad de la mujer Delpozo y darle una proyección mundial al desfilar a Nueva York y después a Londres, presentando los dos últimos desfiles. Más allá de la reformulación del nombre (Jesús del Pozo, pasó a llamarse DelPozo) con fines comerciales, el modisto catalán ideó un lenguaje propio inspirado en las formas de la naturaleza para crear voluminosos diseños etéreos y delicados en una paleta muy colorida caracterizada por sus magníficos contrastes: baila entre los tonos pastel más oníricos y los tonos más saturados.
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Más allá de la naturaleza, el diseñador también ha bebido del arte, la música y la arquitectura para idear cada nueva colección. Cada cual más sorprendente y aplaudida. Apasionado de la artesanía, Font también ha apostado por los bordados de calidad reclutando personal adecuado para trabajar en su taller. Una tarea que avala esa minuciosidad por el detalle y los acabados en prendas más cercanas a la Alta Costura que al prêt-à-porter en una visión incomparable del armario femenino. Por todo ello, Josep Font ha puesto en valor las piezas bien hechas, la moda cocinada a fuego lento, las siluetas arquitectónicas, el tul, los volúmenes etéreos y el buen gusto sin excesos. Todo ello a través de Delpozo.
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De momento, desde Delpozo no han dado pistas de quién será el creativo que cogerá el relievo de Josep Font al frente de la dirección artística. Tampoco se sabe cuál será el siguiente paso a dar por el diseñador catalán que ha conseguido hacer soñar a las mujeres privilegiadas que se han podido vestir de Delpozo en la era de Josep Font.
Jueves 13 septiembre 2018
Septiembre es el mes que evoca al inicio, a la vuelta del trabajo y las rutinas después de las vacaciones. Es el período en qué empieza oficialmente la temporada de frío, que a nivel de tejidos siempre es la más interesante en cuanto a diversidad de texturas, volúmenes y relieves. Os detallamos a continuación algunos detalles que conceptualizan la colección Otoño-Invierno que se engloba bajo el concepto “Share Emotions”. Una propuesta entusiasta que apela directamente a las emociones que transmiten los tejidos y, a su vez, se comparten como estrategia de diferenciación en un mercado sobresaturado: lo que sorprende, emociona y a su vez hace que sea más memorable.
Concepto general
Como explicábamos, el sector del textil es un mercado altamente competitivo donde más que nunca se necesita conectar con el consumidor de alguna forma para que se fije en nosotros. No se puede desperdiciar ninguna oportunidad. En esta propuesta otoñal, la clave de la diferenciación consistirá en apelar las emociones del consumidor creando una experiencia personal que pueda compartir. Partiendo de este vínculo emocional, la colección Share Emotions se articula en tres temáticas diferenciadas que buscan sorprender al consumidor. ¿Cómo? En primer lugar, a través de la búsqueda de la belleza alternativa –aquella que a veces es drástica, abstracta y no estándar- y del estilo propio. En segundo lugar, a través de evocadores paisajes de invierno llenos de matices, colores y texturas. En este aspecto nos fijamos en las “imperfecciones” de la naturaleza. Por último, nos inspira también el confort del hogar como sinónimo del lujo cotidiano y las experiencias emocionales más íntimas que se crean dentro de casa. Un espacio para un nuevo lujo emocional.
Tejidos
En la propuesta Share Emotions, los tejidos se polarizan entre lo extravagante y lo funcional. Entre lo festivo y lo cotidiano. No hay medias tintas. En general, reina el caos creativo a través de las distintas formas, las densidades y los volúmenes fuera de escala. A modo de detalle, los bordes se deshacen, así como las costuras, dejando a su paso una apariencia falsamente descuidada. Esta temporada también se imponen los fieltros, las franelas y los tweeds con rasos sinuosos junto a los tejidos con texturas epidérmicas.
Color
El protagonista de la colección de invierno es el blanco en su estado puro. Un color que transmite pureza y perfección, y simboliza el comienzo o el inicio de una etapa. El blanco también nos evoca a una moda tranquila que invita a la reflexión y a la intimidad. Evidentemente, no todo es blanco en esta colección emocional. También visualizamos la paleta de rosas, malvas y morados, con el fucsia como tono destacado. El azul Klein es otro color a resaltar junto a otras tonalidades menos vibrantes que lo acompañan. En la gama de cálidos priorizamos los anaranjados y, por último, triunfan los metalizados en los tejidos asociados con el ámbito festivo y los irisados, aquellos que atraen la luz y la reflejan a su manera evocando distintas tonalidades a su paso.
Jueves 06 septiembre 2018
En cada temporada, la industria de la moda dicta las nuevas tendencias y estas suelen evolucionar de dos maneras: se convierten en una suave transición de la moda anterior adaptada a la nueva estación, o bien, marcan justo lo opuesto que la temporada pasada. Continuidad o contraste. En el caso de los colores neón se da el segundo caso.
Llevamos un 2018 empachados con las tonalidades pastel: el rosa millennial que se resiste abandonar la palestra, el suave tono lavanda del invierno pasado, los tranquilizadores azul bebé, el verde menta… Después de este festín de colores dulces, la moda marca justo lo contrario con tonalidades dispuestas a revolucionar las retinas de los consumidores: los fluorescentes. Por lo tanto, con el verano aun marcando el calendario, damos la bienvenida al otoño con esta atrevida tendencia cromática que se rescata de la década de los 80 para llevar un poco de luz a nuestro tradicional guardarropa invernal.
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El retorno de los colores neón no es algo novedoso. De hecho, ya hubo un regreso hace prácticamente una década en prendas de estilo deportivo inspiradas en los “uniformes” de los cantantes de rap y hip hop que lucían complementos como zapatillas, gafas de sol y otros detalles en la ropa como franjas laterales que brillaban en la oscuridad. Ahora, algunos diseñadores rescatan esta fiebre por los colores fluorescentes y lo hacen con nuevos enfoques y argumentos conceptuales. Los dos más evidentes o representativos han sido Calvin Klein y Prada, aunque también se han visto tonos neón en los desfiles de Moschino, Marni o Balenciaga.
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El director creativo de Calvin Klein 205W39NYC, Raf Simons cumple su primer año en el cargo explorando el universo de la cultura norteamericana. En este caso, los tonos fluorescentes los utiliza para destacar los conceptos de “seguridad” y “protección” con prendas que hacen referencia a los chalecos reflectantes, los monos y los pasamontañas y donde se utiliza precisamente estos tonos al servicio de la moda.
Esta temporada, Prada hace una revisión del estilo sporty en clave futurista con prendas oversized inspiradas en los deportes al aire libre. Chalecos, cortavientos, gabardinas, botas de agua, sombreros de pescador en tonos flúor, flecos luminiscentes que adornan vestidos y tejidos superpuestos que crean sobre la pasarela un atrayente efecto iridiscente.
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¿Y cómo se combinan los tonos flúor? Son colores que transmiten dinamismo y transgresión y se asociación con la juventud y la diversión. Este poder de atracción visual que ejercen es a su vez su mayor defecto porque de la misma forma que enganchan, repelen al instante. ¡Es fácil hartarse de ellos! La opción más arriesgada es lucirlo con prendas de estilo athleisure, en parkas, chubasqueros y cortavientos o en chaquetas de corte ochentero que rebajen la formalidad de un vestido cerrado o una falda midi con camisa. La más discreta es relejarlos a pequeños complementos o detalles como franjas laterales o cremalleras. Los colores que mejor los acompañan son el blanco y el negro junto a la gama de neutros.
En Gratacós damos la bienvenida a los tonos neón con algunos tejidos atrevidos que no pasan desapercibidos en la tienda. ¿Te acercas a verlos y tocarlos en primera persona?
¿Quién fue, de verdad, Gala? ¿Quién fue esta mujer enigmática que no pasó desapercibida y que levantó sentimientos contradictorios entre los artistas y poetas de la época? ¿Fue musa o creadora? Nunca se había dedicado una muestra tan amplia y detallada centrada en esta figura visionaria hasta día de hoy con la nueva exposición Gala Salvador Dalí en Barcelona.
Así, el Museu Nacional d’Art de Catalunya y la Fundació Gala-Salvador Dalí se han propuesto un gran reto con esta muestra: desvelar a Gala, musa y artista, y una figura clave en el arte del siglo XX. Comisariada por Estrella de Diego, profesora de Historia del Arte (UCM), la muestra explora la vida de Gala, compañera de Salvador Dalí y antes del poeta Paul Éluard. Admirada unas veces, otras olvidada cuando no denostada, Gala es sin lugar a duda un personaje clave de las vanguardias.
Un largo recorrido
Gala (7 de septiembre de 1894 – 10 de junio de 1982), nació en el seno de una familia de intelectuales de Kazan (Rusia), y vivió su infancia en Moscú. Instalada en Suiza, conoció a Paul Éluard, con quién se trasladó a París y contactó con los miembros del movimiento surrealista, como Max Ernst.
En 1929 viajó a Cadaqués, dónde conoció a Dalí, de quién se enamoró y decidió comenzar una vida en común. Durante ocho años se exiliaron en los Estados Unidos y a la vuelta viven entre Portlligat, Nueva York y París. De hecho, Gala fue mundialmente conocida por ser la mujer de Salvador Dalí, su musa y la protagonista de algunas de sus pinturas. A partir de ahí, asistiremos a la transformación de Gala en artista de pleno derecho, ya que la pareja inició una cooperación artística, que significó la autoría compartida de algunas obras.
Admirada unas veces, otras olvidada cuando no denostada, Gala es un personaje clave de las vanguardias.
Una figura clave
Sin Gala el tablero de juego surrealista aparecería incompleto. Los cuadros de Max Ernst, las fotografías de Man Ray y Cecil Beaton y sobre todo las obras de Salvador Dalí son mucho más que retratos: conforman un recorrido autobiográfico en el que, como heroína postmoderna, Gala imaginó y creó su imagen.
Por este motivo, la muestra descubrirá una Gala que se camufla de musa mientras construye su propio camino como artista. De hecho, es innegable también seguir la evolución de Salvador Dalí como pintor para ver como ella fue esencial en el desarrollo artístico del pintor ampurdanés. En este sentido, la exposición reúne un conjunto importantísimo de sus obras, unas 60 en total, entre óleos y dibujos. También una selección de pinturas, dibujos y fotografías de otros artistas que gravitaron en el universo surrealista como Max Ernst, Picasso, Man Ray y Cecil Beaton o BrassaÏ. También se expone por primera vez un interesante conjunto de cartas, postales y libros, además de vestidos y objetos del tocador personal de Gala.
Como heroína postmoderna, Gala imaginó y creó su imagen.
En total, la muestra reúne unas 180 obras que permiten reconstruir la figura compleja y fascinante de Gala. Las obras de la exposición proceden principalmente de la Fundación Dalí, pero también hay objetos de colecciones privadas y museos internacionales que provienen de Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia, entre otros.
La muestra Gala Salvador Dalí permanecerá abierta al público hasta el 14 de octubre.
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Crédito: Fotos cedidas por el Museu Nacional d’Art de Catalunya y la Fundació Gala-Salvador Dalí
Aunque tenemos la vista puesta en las colecciones de 2020 -estamos trabajando en los tejidos que se llevaran dentro de dos años-, queremos despedir la actual colección sacando a la palestra los tejidos más frescos y ligeros que, en menor o mayor medida, siempre tiene cierta presencia en las propuestas veraniegas. Hablamos de los tejidos agujereados que se pueden presentar de varias formas como sensuales bordados de algodón, con efecto troquelado, en forma de red o cortados a laser que dejan entrever la piel. Insinuar sin mostrar.
Analizando las pasarelas damos con algunos ejemplos de estos tejidos y advertimos una tendencia cromática que es prácticamente atemporal porque ya no está supeditada a ninguna estación: el binomio blanco-negro.
Bordados de algodón
Los bordados de algodón se asocian especialmente con el estilo boho-chic, a través de prendas oversized con maxi volúmenes. A modo de ejemplo, la diseñadora Isabel Marant ha utilizado estos tejidos en blusas abullonadas acompañadas por faldas y shorts.
Por su parte, este mismo tejido también forma parte de la propuesta onírica de Simone Rocha donde la mujer puede ser traviesa e inocente a la vez a través de sus diseños. De ahí, sacamos a la luz sus amplios vestidos de algodón, algunos con tejidos troquelados que le dan ese punto de aparente ingenuidad. El color preferido para el troquelado continúa siendo el blanco impoluto.
En red
Si antes nos centrábamos en una propuesta más romántica y evocadora, los tejidos red se encuentran en el otro extremo al resaltar el lado más urbano y contemporáneo de la mujer. Los tejidos entramados viven un momento de esplendor al abandonar la moda íntima y conquistar nuevas prendas femeninas como faldas, vestidos y tops de inspiración deportiva. Las rejillas se combinan solas o superpuestas dejando a su paso un sensual juego de transparencias.
Del tejido rejilla destacamos dos novedades que nos han sorprendido esta temporada: su apuesta casi absoluta por el color negro – atrás quedaron las fantasías coloristas- y la apropiación de este tejido a los complementos y accesorios de todo tipo. Muestra de ello son las colecciones veraniegas de Emporio Armani y Dior.
Perforados
Por último, destacamos los tejidos perforados en los que pequeños círculos dejan ver levemente parte de la piel y los cortados a láser exhibidos sobre piel o en otros tejidos ligeros y transpirables. Estos últimos crean singulares estampados florales o de fantasía que emulan el efecto tatuaje sobre la piel. En este caso, destacamos los looks de Salvatore Ferragamo que más allá del blanco también se atreve con los tonos pastel.
El Museo Christian Dior en Granville, acoge una exposición especial que representa la oportunidad de ver un viaje único por el savoir faire del célebre modisto a través de sus colecciones. Así, la muestra ‘Los Tesoros de la Colección, 30 años de adquisiciones’ representa una selección de 60 vestidos de Alta Costura, accesorios, numerosos documentos de archivo, fotografías y objetos personales que pertenecieron a Christian Dior. Unos “tesoros” a través de los cuales nos permiten descubrir y disfrutar del espíritu emprendedor del modisto, su trayectoria como creador y sus secretos de visionario.
La exposición se ubica en la Villa Les Rhumbs, en el emblemático caserío rosa y gris donde Christian Dior, ese niño reservado y soñador, pasó su infancia. Un lugar de exuberante vegetación, alejado de las agitaciones de la ciudad donde el diseñador encontró en el jardín inglés sus principales fuentes de inspiración estilística que luego, transmitió en el espíritu de la Maison Dior. En 1987, la exposición “Christian Dior, el otro él mismo” organizada en el Museo de Arte Moderno Richard Anacréon condujo a la creación de un fondo Christian Dior. La idea de crear un museo en la casa donde nació el gran diseñador de moda se hizo realidad diez años después.
Entre los artículos expuestos, destacan algunos de bien curiosos como un cofre de plata donado por el Emperador de Japón, o efectos personales de Christian Dior que formaban parte de su rutina como su estrella de la suerte, su agenda, su reloj y sus tijeras. También se desvelan varios vestidos adquiridos o donados y restaurados que se exhiben por primera vez para completar las colecciones del museo. Para cerrar la exposición, los visitantes podrán admirar las reproducciones en miniatura de 30 vestidos de Alta Costura, creados especialmente para la ocasión por los talleres de Maison Dior.
Esta exposición, comisariada por Brigitte Richart -conservadora, comisaria general-, y por Gwénola Fouilleul -encargada de las colecciones-, ha contado también con la contribución de Florence Müller, asesora científica, y de Barbara Jeauffroy-Mairet, encargada de misión. De la escenografía se ha encargado la Agencia Alighieri de Simon Jaffrot y de Noémie Bourgeois. ‘Los Tesoros de la Colección, 30 años de adquisiciones’ se podrá visitar en el Museo Christian Dior hasta el 6 de enero de 2019.