La pandemia mundial ha trastocado la industria de la moda tal y como la conocíamos en las últimas dos décadas. Al igual que otros muchos sectores, la industria de la moda está experimentando una revolución hacia lo digital para fortalecerse de esta situación de cambio e incertidumbre y minimizar unos riesgos que no se puede permitir sino quiere naufragar en la deriva. De hecho, el brote de Covid-19 azotó un sector con unas sinergias más frágiles de lo que nos pensábamos: el coronavirus interrumpió las cadenas de producción y distribución a nivel mundial, causando pérdidas en las ventas en tiendas físicas y mermando las interacciones digitales que, a pesar del frenazo, aguantaron el golpe. Esta ruptura con el sistema tradicional de creación, producción, distribución y posterior venta también ha afectado a la exhibición: las pasarelas físicas. Ese entorno íntimo -y mediático- donde la firma o el diseñador presentaba en sociedad de forma teatral sus colecciones hacia sus públicos más valiosos: clientes, influenciadores, comerciales y medios de comunicación, los profesionales de la industria. Parece que, tras la pandemia, este escenario sea más un recuerdo del pasado.
En todo caso, la transición hacia la digitalización, acelerada por la pandemia, está abarcando productos, procesos y eventos, así como el nacimiento de empresas que se dedican exclusivamente en este nuevo campo de expansión. Analizamos algunos aspectos:
Semanas de la Moda y desfiles de moda virtuales
Nos parecía un relato de ciencia ficción, pero no lo ha sido. De hecho, forma parte de la realidad y se ha vivido este verano en las principales capitales de moda como Londres, París, Milán o Shanghái. Las Semanas de la Moda han dejado de existir en su versión física, su única versión. Ya no hay ni photocalls ni paseos de la fama. Ni artistas ni celebridades que muestren los últimos diseños en movimiento delante de una multitud de flashes. En cambio, las pasarelas han encontrado en el soporte digital la continuación de su existencia: han nacido los desfiles de moda virtuales. Ahora se utilizan las nuevas tecnologías para retransmitir los desfiles en falso directo a través de streaming. A través de un link, los responsables de marketing de cada marca se encargan de que los profesionales de la industria puedan seguir las novedades de las últimas colecciones. A pesar de poder ver los detalles, se pierde esa magia del directo donde no todos los matices de las colecciones se observan a través de la vista. Por no decir toda la vivencia en sí que queda reducida a través de una fría pantalla.
Ferias y showrooms
La mayoría de las ferias físicas también han sido canceladas para evitar aglomeraciones. De hecho, no nos podemos imaginar ahora mismo asistir a esos eventos textiles de multitud de expositores, comerciantes, agentes, diseñadores y medios congregados para mostrar los últimos productos. Por ejemplo, la feria internacional de tejidos más importante del sector, la Première Vision París ha anunciado su intención de reorganizar su programa y convertir este evento físico en una iniciativa digital a través de contenido exclusivo y servicios nuevos que se podrán ver y acceder directamente desde casa. Otras ferias comerciales del mundo, como la Pitti Uomo de Florencia y la Premium de Berlín han anunciado próximas ediciones digitales.
En paralelo, cada vez más compañías de moda están experimentando con los showrooms virtuales, alternativas factibles para ayudar a los compradores a ver las colecciones sin la necesidad de desplazarse. De hecho, los negocios se harán cada vez más en el mundo virtual, una alternativa ágil, rápida y directa a los showrooms físicos, a la vez que se reducen gastos en comidas y desplazamientos.
Compra digital y probadores virtuales
No era algo nuevo antes, pero la pandemia ha conseguido que las compras en Internet se afiancen y la tendencia se acelere aún más y englobe a todos los públicos, no solamente a los jóvenes de la Generación Z, digitalmente nativos. De hecho, el temor o la reticencia de los consumidores a volver a las tiendas de antes por miedo al contagio y las reglas de distanciamiento social hacen que la opción más segura sea la compra digital. Y es en este terreno donde se abre un abanico de oportunidades para que las marcas rediseñen la experiencia de compra por Internet. Otro aspecto de la experiencia en tiendas que se ha renovado digitalmente en los últimos años son los probadores. La tendencia en aumento de los consumidores a comprar en línea, agravada por las nuevas preocupaciones sobre la seguridad del uso de los probadores hace que más marcas apuesten por desarrollar probadores digitales con varias fórmulas para que el usuario pueda intuir como le sentará la ropa comprada. Por ejemplo, una de las iniciativas más innovadoras la lanzó Yoox el año pasado permitiendo a los usuarios crear un avatar de sí mismos tomando una foto o subiendo una imagen. Una combinación de inteligencia artificial y tecnología de realidad aumentada convierte esa imagen en un avatar 3D personalizado y permite al comprador ver cómo se vería llevando ciertas prendas de vestir. Fórmulas similares las han utilizado otras empresas de moda como Asos y Gucci.