Gratacós sigue la pista de las principales pasarelas de moda española a la caza de looks sorprendentes que se crean a partir de nuestros tejidos. Nos gusta ver como cada diseñador juega con la creatividad y la adopta a su estilo convirtiendo algunos artículos de las próximas colecciones en obras de arte en movimiento. Es algo que nos resulta inspirador. En la pasada edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, que se celebró en febrero, volvimos a comprobar que las principales firmas españolas confían en nosotros. Nombres como Agatha Ruiz de la Prada, Encinar, Fely Campo, Hannibal Laguna, Isabel Sanchís, Paloma Suárez o Pedro del Hierro renovaron su confianza con nosotros. Aquí os mostramos algunos looks de las colecciones del próximo Otoño Invierno 2023 / 2024.
Agatha Ruiz de la Prada
Flor, Gotas de Color, Beso, Love y Look. Así se llaman los protagonistas del vibrante desfile de Agatha Ruiz de la Prada que, siguiendo su tónica habitual, llenó de color y geometría la pasarela MBFWM. El desfile fue un homenaje a los icónicos frascos de estos cinco perfumes (sus respectivos universos estéticos-filosóficos y sus envoltorios distintivos) en los que, una vez más, se ha destilado el optimismo sin límites que aboga la colorista marca.
A nivel técnico, no han pasado desapercibidas las organzas transparentes, las lentejuelas en múltiples versiones, las licras combinadas con terciopelos y tejidos peluche que crean explosivos volúmenes. También los juegos de capas en colores delirantes, los dibujos de flores, labios y gotas de lluvia multicolores en vestidos abullonados, kaftanes, capas con grandes lazos de tafeta y vestidos palabra de honor acompañados por el estribillo que es su razón de ser: Love, Love, Love. La diseñadora también aprovechó el desfile para presentar la nueva colección de bolsos que complementaban los flamantes looks tan palpitantes como identificativos de la firma española.
Encinar
Fabio Encinar ha articulado en poco tiempo una prestigiosa firma que vive a medio camino entre la costura y el ready to wear, y que conquista a las prescriptoras de estilo de Instagram. El próximo invierno, según Encinar es la prolongación de lo que la firma comenzó hace ya varias temporadas como una “colección creciente”, una serie de presentaciones que cada año se suman a las anteriores para crear una continuidad en un bloque ya existente en su pasado: que cada temporada pueda intercalarse con anteriores o posteriores sin apreciar un cambio radical de formas, sino una evolución de tejidos, siluetas y discurso.
Esta colección de continuidad refleja los elementos que han construido la identidad de la marca: grandes volúmenes, enormes lazos que reivindican la feminidad y el color rosa, como tono fetiche del diseñador. La propuesta también se inspira de una cultura basada en la costura de los 80 y los 90 con referentes como Christian Lacroix o Ungaro que han dictado un estilo definido que Encinar renueva bajo su punto de vista.
Fely Campo
En esta nueva colección, Fely Campo ensalza el acto de vestirse en nuestro día a día con una propuesta sensorial, ideada para cada ocasión: mañana, tarde y noche. Tres momentos, tres ritmos, tres necesidades que vinculan la ropa con las emociones y la cotidianidad del momento.
La propuesta llamada Tempore explora la fascinación por las imágenes del día a día que transitan en la vida de una mujer a través de 25 looks y en una puesta en escena para crear una narración sobre el día a día que impacta en lo instantáneo a través de tres composiciones en continuo movimiento. La primera, representa la mañana y en ella abundan tejidos como el paño o el tweed que florecen en tonos amarillos y cálidos en el cénit. La segunda, las tonalidades magentas y granates crean patrones vibrantes. Las prendas adquieren volúmenes que contrastan con piezas más entalladas en tejidos tan diversos como el tweed, el paño, el raso, el tafetán y las gasas. Por último, la tercera es una propuesta nocturna donde los volúmenes se teatralizan y los colores se funden a negro. Tempore es una propuesta emotiva para una mujer que entiende la moda como forma de expresión.
Isabel Sanchís
La mujer que proyecta la moda de Isabel Sanchís es seductora, fuerte y poderosa. Cualidades que se manifiestan de forma especial en la colección para el próximo Otoño Invierno 2023/24 de la diseñadora valenciana. Sanchís creó un diálogo creativo entre la prenda y el espectador, para que sea la propia ropa la que transmita sensaciones para cada persona. Y lo consiguió.
En la nueva colección, los tejidos y forman mostraban la unión entre la artesanía tradicional y las técnicas más vanguardistas creando piezas fuertes y espectaculares que parten desde un prêt-à-porter más deconstruido con imponentes hombreras, dejando a la vista partes del cuerpo en chaquetas, faldas y vestidos, drapeados fluidos, y piezas esculturales que muestran detalles suspendidos en el aire. En cuanto a la gama de colores en la propuesta predominaba el negro, como símbolo de la elegancia atemporal, aunque también aparecieron pinceladas de verdes, naranjas marrones que aportan calidez.
Paloma Suárez
“¿Alguna vez te has preguntado por qué hay números que son clave a lo largo de tu vida?” Para Paloma Suárez, el número 23 es la cifra que da sentido a la nueva temporada de invierno. La joven diseñadora canaria presentó una colección genderless equilibrada que une tradición y vanguardia que articuló a través de 30 looks – y no 23- donde hay presentes todos sus códigos estéticos: siluetas oversize en trajes, abrigos que se alargan hasta el tobillo y vestidos arriesgados. Son prendas clásicas que se renuevan gracias a la singular combinación de tejidos y colores: lana virgen, cashmere, pelo y piel vegana contrastados con plumas, tejidos vinílicos y tul en tonos encendidos.
No es la primera vez que los diseños de Paloma Suárez se suben a la pasarela madrileña; durante varios años llevamos siguiendo la creatividad de la joven canaria encargada esta vez de cerrar una de las jornadas de la MBFWM.
Pedro del Hierro
Bajo el concepto Ópera Prima, Pedro del Hierro rindió homenaje al majestuoso universo de la ópera. La firma de moda española para mujer y hombre convirtió la pasarela en un gran hall para contemplar la llegada de los invitados que asisten a estos eventos lírico-musicales. Así, los modelos se convirtieron en protagonistas con una puesta en escena que mostraba la variedad de tendencias, volúmenes y siluetas presentes en la nueva temporada Otoño Invierno 23 / 24. La sofisticación, la elegancia predominaron en la colección con una propuesta cromática donde predominaban las combinaciones inesperadas y sorprendentes en colores que van desde el verde al granate pasando por marrones, rojos y dorados entre otros, con acento de colores ácidos.
De un lado, la colección de mujer mostró espectaculares looks de gala donde destacaron los tejidos brillantes, lentejuelas, lana, seda, terciopelo y transparencias combinados entre sí, creando formas y siluetas únicas, acompañadas con complementos muy invernales. Por el otro, la colección masculina comparte códigos con la femenina y crea una amplia propuesta de siluetas relajadas y rotundas, ricas en volúmenes, texturas y color, optando por formas menos rígidas y tejidos más ligeros como la seda. En esta ocasión, la sastrería junto a los abrigos y camisas, cobran especial protagonismo.
Egipto vuelve a estar en el punto de mira de la moda. La celebración de los 100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankamón y la esperada apertura del Gran Museo Egipcio prevista en 2023, que esconde los mayores tesoros de los faraones frente a las pirámides de Guiza, lo han posicionado como una destinación deseada que seduce por su milenario legado patrimonial, sus últimas apuestas culturales y algunas propuestas de alojamiento de auténtico lujo que lo revalorizan dentro del mapa internacional.
El despertar de un icono
Los enigmas del Antiguo Egipto siguen fascinando a la población y su poder de atracción no podía pasar desapercibido en el mundo de la moda. Conectando con la actualidad, en noviembre de 2022 se cumplió el centenario del descubrimiento de la tumba del joven faraón en el Valle de los Reyes. Después de un sorprendente hallazgo de una tumba con los sellos intactos, Tutankamón despertaba de un letargo de más de 3.000 años y dejaba al descubierto, riquezas inimaginables que ayudaron a entender aún más la majestuosidad del reinado de los faraones.
Este descubrimiento en 1922 llegó en un momento histórico muy oportuno, después de la Primera Guerra Mundial en un momento de bonanza económica y se convirtió rápidamente en una auténtica sensación por varios motivos. Para empezar, se trataba de una momia real bien conservada, que por su tamaño era la de un niño que había ascendido al trono a muy temprana edad. Junto a la sepultura se encontraron tesoros inimaginables como el ataúd dorado y la célebre máscara funeraria de Tutankamón, que representa al antiguo Egipto como ningún otro símbolo en el imaginario popular. Un icono mundial ajeno al paso del tiempo.
La influencia en la moda de los años 20
Tutankamón marcó estilo dejando huella en la moda de los locos años 20. Uno de los tesoros que se encontró en la tumba fue la colección de ropa más completa y mejor conservada que ha sobrevivido del Antiguo Egipto. Incluía túnicas, faldas, gorros, guantes infantiles y sandalias en papel, junco y cuero. Como anécdota, estos dos últimos accesorios se hicieron réplicas contemporáneas en Estados Unidos que se vendieron en los grandes almacenes al cabo de pocas semanas de su reproducción. Los diseños de inspiración egipcia también causaron furor en la época, copiando siluetas ajustadas, vestidos rectos y estrechos o el drapeado tan característico que se ajustaba a la zona de la cadera y tenía una caída delantera. Antes del descubrimiento, el estilo egipcio era una tendencia intermitente, como otras que se rescataban de finales del siglo XIX como la inspiración oriental o la moda eduardiana durante la primera década del siglo XX. En ocasiones ya se habían utilizado prendas y accesorios con motivos afines como flores de loto, jeroglíficos o faraones en sus carruajes, pero no eran inspiraciones tan directas ni explícitas como las que surgieron de los diseños procedentes de la tumba de Tutankamón.
Otros de los aspectos que influyó en la moda de los años 20 fue la paleta cromática asociada a los tesoros del joven faraón. Las tonalidades rojas y marrones de los papiros y las momias, los azules lapislázuli en divinidades egipcias que contrastaban con el poderoso dorado como símbolo de la luz o el blanco de la indumentaria. También los tejidos: linos y algodones naturales de poca opacidad en siluetas con caída que contrastaban con los elementos ornamentales. De hecho, la industria de la joyería se rindió a los pies de Tutankamón reproduciendo múltiples brazaletes, anillos y collares trabajados en cristales y piedras semipreciosas. Tampoco faltaron elementos ornamentales que hacían referencia al Antiguo Egipto como pájaros, escarabajos o el disco solar que representaba a la divinidad Ra. Los motivos geométricos y la tendencia de llevar dos o más brazaletes en un mismo brazo también surgieron de ver expuestos los tesoros del niño faraón. Los pioneros en este tipo de diseños fueron Lacloche, Van Cleef & Arpels y Cartier.
El mundo occidental ya vivía una fascinación por Egipto mucho antes del descubrimiento de la tumba de Tutankamón: la ópera ‘Aida’ de Verdi, las joyas inspiradas en Cleopatra de Tiffany’s o los atuendos de la bailarina Mata Hari, que encontró su inspiración en un viaje que hizo al país de las pirámides, son dos buenos ejemplos de esta atracción.
Un nuevo resurgir
La fiebre por el Antiguo Egipto no ha cesado en la moda y su presencia ha sido intermitente a lo largo de los últimos 50 años. Por ejemplo, en la década de los 60, la Egiptomanía volvió a estar de moda con la interpretación de Elizabeth Taylor de la poderosa Cleopatra. Su belleza, maquillaje y vestuario fueron (y son aún) inspiración para muchos diseñadores y editoriales de moda. O en los 70, una nueva exposición itinerante de los tesoros de Tutankamón recibió ocho millones de espectadores interesados de nuevo en los enigmas de Egipto. También se explotaron varios objetos de marketing en Estados Unidos: joyas, productos del hogar o pequeños accesorios de moda.
El Antiguo Egipto en la pasarela
La histórica civilización también ha fascinado a los diseñadores de las firmas de lujo que han encontrado en su iconografía, una constante fuente de inspiración. Desde John Galliano en 1997 con una mezcla de Egipto con la estética punk hasta la elegancia de Karl Lagerfeld para Chanel en 2019, las pasarelas han celebrado homenaje al esplendor del Antiguo Egipto con modelos que rescatan la belleza de la figura de la mujer y la fastuosidad del imperio de los faraones. Tejidos dorados, piedras preciosas incrustadas, vestidos vaporosos, muselinas, túnicas, capas etéreas, jeroglíficos bordados… cada firma ha interpretado a lo largo de los últimos años este sugestivo universo.
De entre todos los homenajes que se han hecho destaca el que hizo John Galliano cuando estaba al frente de la dirección artística de Dior. Se presentaba la colección de Alta Costura para la primavera de 2004 en un espectáculo tan grandilocuente como pocos se recuerdan. En la pasarela no faltaron los dioses más simbólicos del panteón egipcio, la máscara de Tutankamón, la silueta de la esfinge, tejidos que se envuelven al cuerpo como una momia y modelos inspirados en la propia Cleopatra. En esta colección insólita no faltaron los volúmenes desmedidos, los vestidos de proporciones exageradas, las faldas con silueta pirámide, el color dorado, infinitas organzas y una atención al detalle extrema que le hacía ganar el título de Alta Costura. También hizo su propia interpretación de este fascinante universo Alexander McQueen en 2007 que se centró más en investigar la relación de la religión del Antiguo Egipto con la cultura folk de los inmigrantes británicos. De una manera más moderada también se han inspirado los diseñadores Bagley Mischka y Zuhair Murad. También Givenchy en 2016, Balmain y Chanel. Karl Lagerfeld eligió el templo de Dendur como escenario para confeccionar su propia versión de Egipto en la colección prefall de 2019.
La última propuesta que se ha exhibido con claras referencias a la cultura egipcia ha sido hace apenas un mes. Kim Jones, director artístico de Dior Men, se desplazó in situ a las pirámides de Guiza para presentar la colección de otoño evocando los colores de los monumentos y con la vista puesta en el cielo para vincularlo con las estrellas, un símbolo habitual en la histórica firma francesa. Una esplendorosa propuesta que representa el pasado, el presente y el futuro de Dior.
Todas las fotos: Facebook de Vivienne Westwood.
2022 finalizó con la despedida de uno de los emblemas del diseño británico del siglo XX. Provocativa, revolucionaria, creativa y activista política, Vivienne Westwood fue una idealista anárquica que transformó para siempre la moda en Reino Unido. Su revolución fue la visibilizar su aversión a la corrupción y a la injusticia en el mundo, así como denunciar la pasividad de la juventud a través de la ropa. Westwood dio luz al movimiento punk en la moda, pero también conquistó la alta costura en los años 80 y 90; y construyó un imperio global con tiendas por todo el mundo, conceptos (capitalismo/anarquismo) a priori antagónicos para una transgresora de la aguja, pero para Westwood no existían ni límites ni etiquetas. La moda era un arma y su objetivo fue claro desde un principio: cambiar las reglas del juego, destruir las convenciones y hacer un mundo más justo e igualitario.
La reconocida diseñadora de moda murió el pasado 29 de diciembre a los 81 años rodeada de su familia en Clapham, en el sur de Londres. En un comunicado de la marca, aseguraron que Vivienne Westwood “continuó hasta el final con su diseño subversivo, sus actividades artísticas y su activismo, para cambiar el mundo”. Su esposo y socio creativo Andreas Kronthaler, dijo de la diseñadora: “Seguiré con Vivienne en mi corazón. Hemos estado trabajando hasta el final y ella me ha dado muchas cosas para seguir adelante”. Su legado se mantiene vivo.
De pequeña apuntaba maneras
Vivienne Isabel Swire nació en 1941 en el pueblo de Tintwhistle, cerca de Manchester. Sus padres de clase trabajadora la animaron a hacer manualidades, una habilidad que se le daba extraordinariamente bien a la pequeña Vivienne. También le gustaba mucho leer y se pasaba largas tardes en la biblioteca. De niña tenía una confianza en sí misma envidiable, creyéndose artesana excepcional. “Honestamente a la edad de 5 años podría haber hecho un par de zapatos”, dijo en una entrevista la diseñadora. Su familia se mudó al norte de Londres en 1958. A pesar de sus aptitudes, la joven Vivienne se graduó como maestra de escuela primaria, y luego se casó con Derek Westwood, un joven obrero con extravagante estética mod. La primera creación, sin saber de costura, fue su propio vestido de novia, así como las joyas que lució.
La influencia de Malcolm McLaren
Conocer a Malcolm McLaren cambió entonces la apacible vida de Vivienne Westwood. Estudiaba arte y compartía clase con uno de los hermanos de Vivienne, tenía el pelo rojo y rizado y el rostro blanqueado con polvos de talco. Se autonomizaba como padrino del punk. De apariencia excéntrica McLaren impresionaba por su creatividad y brillantez, al mismo tiempo que ofendía a las viejas generaciones y detestaba a todo el mundo, menos a sí mismo. La atracción con Vivienne fue inmediata y juntos comenzaron una de las grandes asociaciones creativas de la historia reciente de Reino Unido. Para la joven diseñadora, McLaren fue un despertar para ella: presentándole el arte, la música, y el poder transformador de la moda.
La moda y el punk
En 1970, McLaren se convirtió en el mánager de The Sex Pistols, grupo que definió el movimiento punk. En esa época, Westwood había aprendido el oficio de forma autodidacta y abrió una tienda en Kings Road, en Londres inspirada en la estética del grupo. La llamó con un nombre subversivo: ‘Sex’ con un enorme letrero rosa que alertaba a los transeúntes: “sólo entran los valientes”. En su interior, todo era chocante. El personal que atendía y la ropa expuesta estaba pensada para explorar el individualismo y la identidad de quien la vestía. Ropa con tachuelas, cadenas, cremalleras, prendas de piel ajustada, tacones imposibles, camisetas con mensajes subversivos… Todo estaba pensado para escandalizar. “Nosotros inventamos el punk”, enunciaba Westwood en su autobiografía. De hecho, la presencia de Vivienne y McLaren era de por sí intimidatoria. Querían impresionar, irritar y provocar una reacción, pero también inspirar un cambio. El punk no dejaba de ser un estallido en toda su magnitud.
Más tarde, McLaren reconoció que tenía la voluntad de tergiversar la cultura popular para reducirla en una especie de campaña de marketing, pero para Westwood, el movimiento era más profundo porque lo veía como una insurgencia juvenil contra la corrupción del viejo orden mundial. La diseñadora británica creía que la moda y la música canalizarían la ira de los jóvenes y provocarían cambios, pero más tarde se dio cuenta que muchos de ellos simplemente ignoraron la injusticia global, y con sus pendientes en la nariz y su música punk rock lo único que hacían era bailar y pasarlo bien.
El salto a las grandes pasarelas
El punk fue solo un capítulo en el legado que Westwood deja a la moda. La diseñadora tomó sus ideas subversivas y asaltó las pasarelas de Londres y París. Vivienne trabajaba al principio sola con una maquina de coser en casa y utilizaba la técnica del moulage, uniendo las piezas y usando su propio cuerpo como una plantilla. Investigó la historia de la moda, la rehízo a su manera y desafió el mundo de la alta costura. Una alianza con la generación de las supermodelos: Kate Moss, Naomi Campbell, Laetita Casta… mostrando sus diseños también la ayudó a posicionarse y a convertirse en la diseñadora independiente líder en la década de los 80 y 90. La clave del éxito de Vivienne Westwood fue la de no perder su identidad ortodoxa cuando se pasó al mundo de los desfiles y las colecciones de prêt-à-porter con prendas cortadas abruptamente, juegos de semiótica, objetos descontextualizados, drapeados… Precisamente su estilo subversivo y su imagen transgresora (llevaba su cabello decolorado o teñido de naranja y un maquillaje extremo), la convirtió en una de las diseñadoras más distintivas y originales del mundo de la moda. A principios de los 90 Vivienne Westwood construyó un mini imperio: abrió sus propias boutiques y produjo ropa, calzado, complementos, cosméticos y perfumes. ¡Hasta moda nupcial! Cuando el personaje de Carrie Bradshaw en la mítica serie ‘Sexo en Nueva York’ quiso un vestido de novia, recurrió a la célebre diseñadora, quien a finales de los 90 ya se había convertido en una importante marca nupcial.
El lado más comprometido
Para Vivienne Westwood la moda era un arma y el mensaje una parte indisociable de su herencia estética. Todo tenía un propósito. La diseñadora británica detestaba la clase política y se lanzó a una cruzada de por vida para promover la libertad individual, librar al mundo de las armas nucleares y combatir la amenaza del cambio climático. “Compra menos, elige mejor y hazlo durar”, es una de las lecciones que aún sobreviven en tiempos de emergencia climática.
“No quiero ser underground”, solía protestar, defendiendo que ella quería colocarse fuera de los focos para extender su mensaje. Apoyó numerosas causas, hizo donaciones al Partido Verde y se convirtió en una visitante habitual del fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Incluso estacionó un tanque blanco afuera de la casa del que fuera primer ministro David Cameron en una protesta contra el fracking.
Vivienne Westwood también fue condecorada por la reina Isabel II. La difunta monarca le entregó la Orden del Imperio Británico en 1992 y la diseñadora se presentó sin ropa interior. A su Majestad este gesto de rebeldía no le hizo gracia, pero por méritos propios estuvo de acuerdo en nombrarla Dama unos años más tarde. Y así es como Lady Westwood, madrina del punk, defendió hasta el último aliento, sus ideas transgresoras aplicadas dentro y fuera de la moda, pero sobre todo manteniendo una actitud coherente ante la vida al cuestionar a su manera, el orden mundial y las reglas del juego.
En Gratacós, rendimos homenaje a Vivienne Westwood con una selección de tejidos con motivos estampados y colores estridentes que nos recuerdan a su estilo ecléctico e irreverente. Ahora los puedes encontrar en nuestra tienda online o en el espacio de Barcelona a precios rebajados.
Viernes 30 diciembre 2022
A finales de año salen las listas de evaluación: los mejores libros, los personajes más influentes, las series imperdibles, las tendencias que han marcado cada temporada, los nuevos vocablos de moda que incorporamos al diccionario… Desde Gratacós hacemos nuestro particular revival mostrando los escaparates que se han expuesto en la entrada de nuestro espacio en Barcelona. De hecho, no es nada nuevo que apostemos por crear escaparates que llamen la atención. Lo hemos hecho desde siempre y cada escaparate representa una nueva carta de presentación visual porque habla de quien somos y qué hacemos de forma creativa, espontánea y actual, utilizando nuevos lenguajes de expresión que van más allá de la moda.
Durante este año de retorno a la “neo normalidad” hemos vestido a nuestros maniquís con tejidos espectaculares de la nueva temporada, pero también hemos contado con el apoyo de los alumnos de las escuelas de diseño que nos apoyan, la creatividad de marcas made in Barcelona y de algunos artistas vinculados con Gratacós. Todos ellos han puesto su granito de arena para construir nuevos escaparates que crean ese efecto de atracción a los que se acercan a nuestra tienda física. Los repasamos a continuación:
Febrero 2022. Ecos de primavera
El invierno duró poco en 2022 y las altas temperaturas, inusuales en febrero, fueron sin saberlo, un anticipo de lo que vendría después y se mantendría como tónica habitual durante 2022, uno de los años más cálidos que se recuerdan. En el mes tradicionalmente más frío del calendario, le dimos una vuelta a nuestro escaparate apostando por la primavera incipiente que ya asomaba su cabeza. Los primeros brotes verdes, las flores blancas y rosadas de los almendros y, en general, un nuevo despertar de la flora que expresamos a través de tafetanes (Picasso) y el color en sus tonalidades más suaves.
Marzo 2022. Un giro en clave arty
En marzo se dio un giro artístico hacia la ilustración de moda con el trazo identificable de Joel Miñana, donde sus coloridos maniquíes fueron los absolutos protagonistas del escaparate. Mediante lápices de colores, rotuladores y trazos geométricos, Joel interpretó en clave arty, algunos de los tejidos clave de la temporada. Esta visión contemporánea se complementó con recortes de vestidos de época, tejidos de otras temporadas y dibujos clásicos que repasan la historia de Gratacós ofreciendo dos visiones que definen nuestra empresa: tradición con modernidad.
Abril 2022. Un libro para recordar
En el mes dedicado a la cultura literaria quisimos hacer nuestra parte de homenaje a un libro en concreto: ‘Nadie lo sabe’ (Planeta, 2022) de Tony Gratacós. Un thriller histórico sobre algunos de los misterios de la primera vuelta al mundo. El autor le da una vuelta de tuerca a la figura del navegador Juan Sebastián Elcano, uno de los pocos supervivientes de la expedición Magallanes en un relato ambicioso que nos sumerge en una de las épocas más esplendorosas y fascinantes de la historia de España y que esconde un secreto que ha tardado quinientos años en salir a la luz. En el escaparate no podían faltar algunos ejemplares firmados, rosas y un maniquí con un tejido imperecedero, el cuadro Vichy en lino que cada año se renueva sin perder su esencia clásica.
Mayo 2022. Las novias del año
El escaparate nupcial esta vez tuvo lugar en mayo visibilizando el trabajo de las dos últimas ganadoras del concurso que cada año organiza la escuela IED Barcelona a través de su posgrado de Diseño de Vestidos Nupciales. En esta ocasión, se exhibieron los moulages de Myrian Medina, ganadora de 2022 y Nicole Claux, ganadora de 2021. Dos vestidos de novia, uno elaborado con georgette (Danubio) y, el otro, realizado con mikado en el cuerpo y un bordado de lentejuelas en la falda con cola. Los tejidos que cedió Gratacós junto con la singular técnica de corte y confección dieron paso a uno de los escaparates más especiales de 2022.
Junio 2022. Vuelve Studio 54
En junio dimos la bienvenida al que sería el verano más largo del siglo XXI rememorando la estética disco de los años 70. Materiales iridiscentes, cristales reflejantes y tejidos de brillo sutil para dar el pistoletazo de salida a una época llena de celebraciones al aire libre. La estética brilli-brilli la consiguió Joplin Atelier, la firma barcelonesa de Laura y Aida Molano que triunfan con su estilo glam rock creando looks femeninos y opulentos en volúmenes, colores y tejidos. Los maniquíes vistieron dos looks en algodón lima y satén de seda naranja combinados con piezas hechas con aplicaciones efecto espejo sobre tul a modo de minifalda.
Julio y Agosto 2022. Tiempo de rebajas
Las rebajas fueron las protagonistas de los meses de vacaciones y mostramos una selección de nuestros mejores tejidos de temporada en varias tonalidades de rosas y crudos: jacquards, estampados y bordados en su mayoría. El escaparate recreaba a su vez una habitación femenina con cierto aire de desorden, a través de una cómoda de espíritu vintage, donde brotaban suntuosos tejidos de cada uno de los cajones. Un homenaje a las despreocupadas divas del cine clásico llevado a nuestro terreno.
Septiembre 2022. Vuelta al cole
En la industria de la moda, el año empieza tradicionalmente en septiembre coincidiendo con el cambio de temporada, el nuevo calendario de pasarelas y las revistas más potentes del mundo invierten en portadas millonarias para rivalizar en ventas. Este mes, el diseñador Emile Albretch de la escuela ICM expuso sus últimos modelos a través de piezas realizadas con distintos jacquards, punto con lamé y muaré. El resultado fue un interesante ejercicio de mezcla con un resultado vistoso que engancha a las nuevas generaciones.
Octubre y Noviembre 2022. Hogar dulce hogar
Los meses otoñales por excelencia se dedicaron a explorar el universo tradicional del hogar. Las labores de costura, el corte y la confección, los hobbies pausados que requieren el trabajo de las manos con dosis de creatividad, perseverancia y paciencia. Desde este refugio íntimo se tejen los sueños del mañana a través de tejidos maravillosos como la seda salvaje en dorado o las paillettes XXL transparentes.
Diciembre 2022. Rojo Navidad
Despedimos el año con un homenaje clásico a la Navidad. Bolas de cristal que encierran retales de tejidos fantásticos, el tradicional pesebre que nos recuerda que por mucho que los tiempos cambien hay costumbres que se mantienen intactas con el paso del tiempo, y un espectacular maniquí en el centro vestido en lentejuelas rojas con adornos invernales que nos recuerdan que el invierno ya ha empezado, a pesar de ser igual de atípico que a principios de año. ¿Qué nos traerá 2023? Independientemente de los anhelos de cada uno, esperamos la llegada de nuevos escaparates que os sorprendan y os inviten a entrar al interior de nuestro espacio en Barcelona. ¡Feliz año nuevo!
Un universo virtual en magenta. Foto: Pantone
¿Es rojo rosado? ¿Morado rojizo? Quizás rojo carmesí o más bien, un tono frambuesa intenso. Todos estos matices que transitan entre el rojo, el rosa y el morado definen el singular Viva Magenta, el color que Pantone ha elegido para guiar 2023 e inspirar disciplinas vinculadas con el arte y el diseño.“Es valiente e intrépido, y un color palpitante cuya exuberancia promueve una celebración alegre y optimista, escribiendo una nueva narrativa”, declaraba Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del Pantone Color Institute. Viva Magenta 18-1750, así es su nombre técnico, es un tono que vibra con energía y vigor. “Un rojo animado que fomenta la experimentación y la autoexpresión sin restricciones. Un tono electrizante e ilimitado que se manifiesta con una declaración destacada”, aseguraba Eiseman.
“Viva Magenta promueve una celebración alegre y optimista, escribiendo una nueva narrativa”
La llegada de este rojo enigmático no es casual. Pantone introdujo el tono Viva Magenta en 2019, pero rápidamente ganó popularidad hasta ascender al estrellato de ser el color del año 2023. Este auge ha sido impulsado en gran medida por los acontecimientos que ha vivido la sociedad en los últimos años. Como expresaba Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute, “es un color poco convencional para un momento poco convencional”. La experiencia del Covid y sus secuelas sociales y económicas ha obligado a realizar cambios que, voluntariamente o no, han transformado el estilo de vida de las personas. Y ahí, después de dos años de incertidumbre expresado a través de tonalidades frías (Very Peri, 2022) o duales (Ultimate Grey + Illuminating, 2021), llega ahora un tono híbrido con personalidad suficiente para ser capaz de encender 2023. A diferencia de su antecesor, Viva Magenta combina en un mismo color frialdad y calidez, y pretende mezclar lo físico con lo virtual, una dicotomía que no puede ser más relevante hoy en día con el auge de la realidad virtual.
Motorola y el color de 2023. Foto: Pantone
“Es un color poco convencional para un momento poco convencional”
Viva Magenta ya fue avistado por los trendhunters que trabajan en el Pantone Color Institute. Su elección nunca es fruto del capricho o del azar, al contrario, es el resultado de un profundo análisis sociológico y antropológico de la sociedad actual. Elegir el color que marcará el año combina investigación, método e instinto. Y el magenta estaba ahí, en mundos tan variados como la moda, la cosmética, el diseño de concept stores, el arte digital, las redes sociales o la decoración. La cuestión era, ¿por qué fijarse en ese rojo carmín que ya está presente en la sociedad y qué valores emocionales y psicológicos está transmitiendo? Pantone rápidamente buscó su significado. Según asegura la autoridad internacional del color, en esta era de la tecnología se busca precisamente inspirarse en la naturaleza y en lo que es real. Pantone 18-1750 Viva Magenta está inspirado en el rojo de la cochinilla, uno de los tintes más preciados de los tintes naturales, así como una de las tonalidades más fuertes y brillantes de la naturaleza. Por lo tanto, arraigado en lo primordial, el color de 2023 reconecta con la materia original, revitaliza el espíritu y ayuda a construir una nueva fuerza interior. “Nos hemos fijado en un color que resalta nuestra necesidad de cambiar de perspectiva, que pone de relieve nuestras ganas de sentirnos empoderados y que nos infunde fuerza para poder arrojarnos con valor, con posibilidad y sin miedo a un nuevo camino con total confianza”, expresaba Pressman.
“Un color poderoso que infunde fuerza para poder arrojarnos con valor y sin miedo a un nuevo camino”
Visto este modo, el Viva Magenta es una tonalidad que se presenta como un bálsamo revitalizante que conecta nuestro interior para proyectarnos con fuerza al exterior.
¿Cómo aplicar el Viva Magenta en nuestra cotidianidad?
Las tonalidades rojizas y las mezclas explosivas como rosa-rojo intensas se han impuesto en todas partes, desde las pasarelas hasta el metaverso, y donde tiene más posibilidades de expansión es en interiorismo, ya sea un domicilio particular o un establecimiento comercial. Según Eiseman, las cocinas (y los electrodomésticos), que durante mucho tiempo han albergado un respeto por el rojo, ahora pueden impregnarse de “un toque de novedad” a través del Viva Magenta y su capacidad para romper con el “mismo tono rojo de siempre”, que definía a las generaciones anteriores. El color Pantone 2023 también es oportuno en la cristalería o en cualquier otra superficie reflejante, y puede anidar incluso en cojines y otros elementos decorativos pequeños para convertir el hogar en una “declaración hermosa, dramática y teatral”. Aunque un color tan vivaz pueda intimidar o condicionar ante la corriente de tonalidades neutras que se imponen en decoración, lo cierto es que Pantone afirma que los consumidores están más preparados que nunca para empezar a abrazar todas las posibilidades del color.
Un vestido floral de Acuamona. AW22/23 Foto: Acuamona
Y en moda, ¿cómo se aprecia?
No hay lugar a dudas. El color de moda de 2022 ha sido el rosa fucsia más brillante, fiel aliado de Valentino y su explosiva tonalidad Pink PP, y emblema de toda la estética Barbiecore. Ahora, Viva Magenta se presenta como una evolución natural de esa tonalidad aportando menos estridencias y conservando intacto su magnetismo. En verdad, el rojo ha sido uno de los tonos más repetidos en las pasarelas de invierno y para verano vuelve con fuerza, pero faltará ver como evolucionan las próximas colecciones que se están gestando para 2023/2024 para que el Viva Magenta aparezca aún con más fuerza.
Como color potente que es, el Viva Magenta no pasa desapercibido y cobra protagonismo en cualquier outfit, aunque aparezca en pequeñas dosis. Por un lado, sienta perfecto rodeado de tonos neutros como el negro o el blanco, o los dos juntos. Son los colores que mejor le sientan con looks favorecedores sin esfuerzo. Por otro lado, para un resultado más rompedor, el color de 2023 combina con su gama cromática: rosas pastel, lilas o fucsias, y también con azules o verdes complementarios aportando un toque de rebeldía y transgresión. En todo caso, si la moda necesita una dosis de optimismo, fuerza y alegría, para salir hacia delante abrazará irremediablemente el Viva Magenta. Ya lo iremos viendo…
Como empresa familiar de tejidos que aúna tradición con innovación, nos entusiasman los negocios longevos que tienen ese respeto por el legado, sin perder de vista la esencia ni el olfato para rastrear novedades. Santa Eulalia es una de esas casas que ha traspasado generaciones y se ha consolidado por mérito propio como un emblema de referencia en Barcelona y en el exterior de la moda elegante. Ahora, una exposición estrenada en Palau Robert rinde homenaje a su trayectoria a través de los vestidos más representativos de los años dorados de la alta costura en un recorrido breve, pero simbólico donde la belleza de los modelos festivos son los protagonistas de esta singular muestra de aniversario.
Un breve recorrido histórico
La historia de Santa Eulalia se entrelaza con el relato de Barcelona. Se fundó originalmente en 1843 y se instaló en la calle Boqueria como tienda de artículos textiles. Con el paso de los años fue cambiando de espacio y el negocio se fue ampliando para albergar también camisería y sastrería hecha a medida. Con la caída de las murallas medievales de la ciudad y con la proyección urbanística del nuevo Enanche, donde se instaló rápidamente la burguesía catalana, el establecimiento se trasladó a principios del siglo XX en Paseo de Gracia, donde está ubicado actualmente. Hay una fecha que marca un antes y un después: 1926. Fue cuando Santa Eulalia realizó el primer desfile de alta costura, siendo pionera en Barcelona de esta nueva fórmula venida de París de presentar la moda. Una iniciativa fruto del talento de Pedro Formosa, director creativo de la casa hasta 1970. Desde entonces, salieron de sus talleres los vestidos y sombreros hechos a mano más elegantes de la ciudad y vistieron a las clases adineradas de Barcelona y más allá. De los talleres de Santa Eulalia surgía el buen arte y saber hacer en el vestir gracias al meticuloso trabajo artesanal de los sastres y las modistas que trabajaban para crear diseños exclusivos a su distinguida clientela. Hay otra fecha que merece ser recordada que denota la labor y el prestigio del establecimiento. En el año 1941, Santa Eulalia formó parte de la Cooperativa de Alta Costura y lideró la moda junto con Pedro Rodríguez, Asunción Bastida, Manuel Pertegaz y El Dique Flotante, reconocidos como los Cinco Grandes de la Costura española; honores que compartían, en paralelo, con Cristóbal Balenciaga.
El legado a través de los vestidos
Bajo el nombre de ‘Santa Eulalia, 180 años de moda’, la muestra propone un recorrido de 70 años (1930-1990) para disfrutar de una época en la que Barcelona, con Santa Eulalia como referente, fue líder en diseño de moda. A lo largo de cuatro salas distintas, organizadas por tipologías de Calle y día, Noche, Puestas de Largo y Novias, el visitante se sumergirá en el maravilloso mundo de la Alta Costura a través de vestidos y sombreros cuidadosamente seleccionados, así como de una pieza audiovisual que recoge también carteles publicitarios, fotografías de moda y comunicaciones de Santa Eulalia que evocan la época dorada de la Alta Costura.
La exposición ha sido comisariada por Josep Casamartina, reconocido historiador de arte especializado en historia de la moda, que ha vertebrado un recorrido fascinante reuniendo 40 piezas (de las 500 piezas recuperadas) no solo del archivo propio de Santa Eulalia sino también otras procedentes de la Fundació Antoni de Montpalau, el Museu del Disseny de Barcelona (DHUB), el Centre de Documentació i Museu Tèxtil de Terrassa, y el Museo del Traje de Madrid.
Todos los vestidos recrean la belleza del trabajo artesanal de Santa Eulalia caracterizado por un patronaje muy depurado y tejidos de calidad perfectamente convertidos en diseños elegantes alejados de las estridencias, que mantienen la contemporaneidad a lo largo de los años. Hay diseños que son testigos de una época de celebraciones: los bailes, los cócteles, las puestas de largo o las estrenas operísticas en el Liceo barcelonés, reunían a las mujeres de la época en sociedad y eran ocasiones especiales para estrenar un vestido de Santa Eulalia. La evolución de los modelos, según las tendencias de cada década, los detalles femeninos o los elementos de fantasía están presentes en toda la exposición.
Por otra parte, la dirección creativa y escenográfica ha corrido a cargo de Nacho Alegre, quien está al frente del proyecto Apartamento Studio. Alegre ha sido también el editor del catálogo que acompaña y recoge el contenido de la exposición en una absorbente retrospectiva que reúne fotografías de moda, material de archivo histórico y objetos inéditos de colecciones privadas. El catálogo se edita en una edición limitada de 4.500 ejemplares que podrán encontrarse tanto en Palau Robert como en Santa Eulalia y en librerías seleccionadas. La exposición de acceso gratuito, permanecerá abierta hasta el 22 de enero de 2023.
Santa Eulalia, hoy por hoy
Hoy Santa Eulalia mantiene su estatus de ser una de las tiendas de moda más influyentes del sector a nivel internacional y continúa siendo un referente del lujo en Barcelona. El establecimiento, que ofrece cada temporada las colecciones de los diseñadores internacionales más deseados por la nueva generación de consumidores, está actualmente capitaneado por Luis Sans, miembro de la cuarta generación de la familia propietaria, y su mujer Sandra Domínguez. Este matrimonio también empresarial se adapta a los nuevos tiempos para mantener la esencia artesanal y el buen saber de Santa Eulalia, sin perder de vista las últimas tendencias que triunfan en el mercado.
Viernes 04 noviembre 2022
El 080 Barcelona Fashion volvió a la presencialidad después de dos años apostando por el formato digital con algunas novedades en los bolsillos como una experiencia inmersiva o la primera pasarela de ropa de segunda mano. Los desfiles tradicionales se celebraron en el Recinto Modernista de Sant Pau, escenario habitual antes de la pandemia, ante la atenta mirada de profesionales del sector que volvieron a revivir la calidez de ver in situ la colección de la próxima temporada en directo. En total, participaron 23 diseñadores y marcas, algunas de las cuales volvieron a confiar en los tejidos Gratacós para elaborar sus nuevos diseños para el próximo verano. A continuación, analizamos las colecciones más destacadas en el que encontramos estas maravillosas creaciones. Una vez más, ¡gracias por confiar en nosotros!
Avellaneda
“Imagínate todo el colorido de las puestas de sol que tenemos aquí en Barcelona. Esa paleta degradada es la que he querido transmitir en mi nueva colección”, aseguraba Juan Avellaneda en el backstage del 080. La nueva propuesta festiva ‘Sunset Mirage’ es precisamente un homenaje a los atardeceres mediterráneos tan vivos y coloridos, con colores intensos que van del violeta al naranja, pasando por el rosa y el rojo Avellaneda. “El atardecer es también la antesala de esas noches interminables que habitan en mi imaginario”, continuaba el diseñador barcelonés.
En cuanto a patrones y siluetas, Avellaneda se mantiene fiel a su estilo elegante que parte de la sastrería clásica con piezas fieles a su ADN como las camisas bien definidas, los smokings, los trajes con tejidos extraordinarios y los vestidos llenos de volumen con aberturas sorprendentes que están presentes en una versión u otra, en cada temporada. En ‘Sunset Mirage’ también convive lo masculino y lo femenino, la elegancia aristocrática y las prendas impecables que están pensadas para disfrutar de la vida, y especialmente de la noche.
Dominnico
Domingo Rodríguez Lázaro fue uno de los diseñadores más esperados de la pasarela catalana. De hecho, su desfile como Dominnico, la marca prêt-à-porter que fundó en 2016 en Barcelona, causó máxima expectativa. Ni una silla quedó vacía. El diseñador alicantino, debutó con ‘Nenne’ para volver a sus orígenes en una propuesta intimista: “Nene es el apelativo cariñoso con el que Juana, mi madre, llamaba a Domingo, mi padre y el punto de partida de esta colección intimista en homenaje a él”, explicaba Domingo Rodríguez Lázaro antes del desfile. Para vertebrar esta atrevida propuesta, el director creativo junta el mundo de la moda con el motor. Así, los monos de trabajo, el camión y sus carrocerías presentes de forma simbólica en la ropa contrastan con la moda más festiva de gran espectacularidad visual que se elabora siguiendo la confección artesanal, pero también el upcycling (dando una segunda vida a materiales y prendas recicladas).
En esta propuesta, la obra del ilustrador japonés Hajime Sorayama ayudó a explorar la simbiosis entre la robótica y el erotismo del cuerpo humano, creando nuevas estructuras en las que conviven la mecánica y la anatomía, sirviéndose de los volúmenes -creados con tafetanes y pelo de origen vegano-, para conseguir esa parte más orgánica y natural. También las texturas de tejidos más utilitarios, como la felpa o el denim, acercan Nenne al costumbrismo y a las piezas laborales reversionadas. En la pasarela vimos como los tejidos Gratacós adquirían nuevos usos y formas. Un magnífico ejercicio de creatividad en un diseñador que seduce a los jóvenes de la generación Z.
Escorpion
Escorpion optó por convertir la pasarela en una fiesta a través de una explosión cromática. “Teníamos muchas ganas de celebrar que la vida sigue”, afirmaba el director creativo, Carles Gràcia después del desfile. La firma catalana del knitwear, que lo exporta a nivel internacional a través de 900 establimientos, presentó ‘Euphoria’, un homenaje a esa fuerza para seguir hacia delante a través de una sensación intensa de alegría y bienestar.
Para ello, la colección primavera-verano 2023 apuesta por una estética arriesgada donde no hay miedo a las mezclas que pueden parecer caóticas en algunos aspectos y absolutamente brillantes, en otros. Jacquards con hilaturas brillantes, intarsias de algodón y lino, tartanes, lentejuelas, plumas… llenarán de optimismo y color la próxima temporada.
Is coming
La firma fundada por el empresario Constan Hernández, el que fuera presidente y fundador de Intropia, presentó una colección ecléctica titulada ‘Hotel en Barbados’. Una propuesta que se trasladó a ese universo vacacional en el Caribe para estructurar looks femeninos que transitan entre el día y la noche con un colorido explosivo que incita al buen humor y a la diversión. Siguiendo la línea de las anteriores colecciones, el equipo de diseño de Is Coming con Usua Echegoyen a la cabeza, presentó una colección atemporal, versátil y con prendas muy combinables entre sí.
En ‘Hotel en Barbados’ se mezclan estampados geométricos años 20, recurrentes en sus colecciones, esta vez representados en colores muy vivos. Como si de un mercado tropical se tratara, los papaya, chile, lima, cilantro y paprika se funden con los destellos de la fiesta nocturna en la playa: cobres, oro, verdes, agua… Las combinaciones arriesgadas de tejidos y estampados, marca de la casa, no podían faltar en esta colección. Rayas de algodón, cuadros ventana pequeños mezclan con esos estampados en voile ligero, en viscosa, con mariposas de lentejuelas. También margaritas aplicadas, flores en brocado casi fosforescentes con fondo crudo. Aplicaciones y estampados determinantes para destacar en la súper fiesta nocturna, conviven con piezas de día que usas para investigar y adentrarte en el colorido mercado local.
Yolancris
Yolancris también dio rienda suelta al color más extremo con su última propuesta ‘Idilia’, donde por primera vez se atrevió por las tonalidades fluorescentes, más allá de mostrar una rica paleta compuesta por sus habituales neutros o rosas empolvados, estampados, texturas y volúmenes característicos.
La propuesta para el próximo verano mira a la mujer de los años 60, a ese contraste entre la feminidad y esa bocanada de lucha y libertad que se respiraba en la época para presentar una colección femenina, sutil y algo irreverente. Para ello, la diseñadora Yolanda Pérez crea siluetas que juegan con los volúmenes, las asimetrías y la riqueza de una variedad de tejidos que van desde el tafetán, al encaje, la seda y la pedrería bordada a mano. El juego de proporciones mini-maxi, como volúmenes ondulados combinados con microcortos, ayuda a entender la versatilidad y el juego de los diseños de Yolancris que pueden vestir a la mujer en un evento ceremonioso o en un video de TikTok.
El cuadro Vichy es imperecedero. Sobrevive a las tendencias y a los ciclos de la moda y se sofistica a través de diseños arriesgados y tejidos que van más allá del clásico algodón de sus orígenes. Los más típicos combinan sobre fondo blanco colores como el negro, el rojo, el azul o los tonos pastel. Hace décadas, estos cuadros pequeños asociados con la libertad y la vida campestre, decidieron abandonar el campo para seducir las grandes estrellas del celuloide y, acabar más tarde en la pasarela reconvertidos en un motivo actual que se transforma según los gustos y exigencias de las nuevas generaciones.
Judy Garland en ‘El Mago de Oz’(1939) y un cartel publicitario de la época
De Malasia a Vichy
¿Sabías que el motivo Vichy procede de Malasia? Se le llama originalmente gingham pattern. El tejido, inicialmente rayado, era hecho en hilo de algodón teñido y, además de ser económico, se podía utilizar del derecho y del revés. Esta última peculiaridad fascinó a los británicos que decidieron importarlo a Inglaterra durante la soberanía de Isabel I. Entonces se producía en Manchester y se introdujo la versión con pequeños cuadros a partir de un trazado de líneas horizontales y verticales. Estas primeras versiones se utilizaban en textiles decorativos como tapicería y mantelería. En el mundo de la confección, llegó a mediados del siglo XIX cuando Napoleón III, emperador de Francia, convirtió a Vichy, en la principal ciudad de producción del tejido homónimo. A partir de aquí, los cuadros Vichy empezaron a vestir los trajes y vestidos de inspiración romántica de las clases aburguesadas en sus momentos vinculados con el ocio y el aire libre, dotándolo de un encanto bucólico y pintoresco. Nacía un tejido reinventado que se asociaría una década más tarde con el chic parisino de espíritu campestre.
Katherine Hepburn y Lauren Bacall encarnan el mito de la femme fatal con sus vestidos de cuadros Vichy
El séptimo arte se rinde a sus pies
El cuadro Vichy se hubiera quedado relegado al campo -en el siglo XX también lo utilizaban las clases trabajadoras-, sino fuera por la visión de los diseñadores y el personal encargado de vestir a las estrellas del cine. De esas reminiscencias campestres, de las mantelerías y los delantales o del universo naíf y bucólico surgió el vestido azul que lucía Judy Garland en ‘El Mago de Oz’ (1939). Despojadas de los aires inocentes de Garland, otras estrellas de cine que encarnaron el mito de las femmes fatal como Joan Crawford en la película ‘Rain’ (1932) o Katherine Hepburn en ‘Escandalo en Filadelfia’ (1940), Lauren Bacall en ‘Tener y no tener’ (1944) o Ingrid Bergman en ‘Notorious’ (1946), le supieron dar un toque más contemporáneo. Sus vestidos ceñidos o trajes dos piezas en cuadros Vichy acompañados de cinturones tipo corsé o tacones altos encarnaban una feminidad sensual y poderosa a los personajes que interpretaban. Eran mujeres de armas tomar. A partir de ese momento, todas las celebrities americanas empezaron a lucirlo desde Jackie Kennedy a Marilyn Monroe.
Brigitte Bardot con dos trajes icónicos de cuadros Vichy
Brigitte Bardot populariza los cuadros Vichy
Los cuadros Vichy también tuvieron buena acogida en el universo de las pin-ups de los años 50. Esas modelos retratadas sonriendo y en actitud sugerente que aparecían en las portadas de revistas, libros o calendarios para desafiar con su cuidadosa picardía, los acatados cánones estéticos de la época. A pesar de ello, quien extendió este tejido por todo el mundo fue Brigitte Bardot cuando en 1959 se casó con Jaques Charrier y para la ocasión, lució un vestido Vichy hecho a medida diseñado por Jacques Estrél. Unos años atrás, la actriz francesa no pasó desapercibida con una falda voluptuosa en forma de A de cuadros Vichy azules en la película ‘¿Quieres bailar conmigo?’ (1953).
Marilyn Monroe con unos pantalones de cuadros Vichy
Los siguientes años fueron decisivos en la consolidación de los cuadros Vichy en la moda prêt-à-porter. Marilyn Monroe y Audrey Hepburn lucían prendas de cuadros Vichy en sus looks más icónicos, cada una respetando su estilo, aunque era habitual verlas en pantalones con este motivo. Otro icono sensual de la época: Jane Birkin también lo lucía en la película ‘La Piscina’ (1966) con Alain Delon. Se ve con un vestido de cuadros negros y en una falda vichy azul marino. Otros iconos de estilo más contemporáneos como Linda Evangelista en la pasarela de Versace de los años 90 o la princesa Lady Di, también inmortalizaron algunos looks con estos cuadros en cuestión.
Looks del diseñador Victor von Schwarz
Los cuadros Vichy en la actualidad: ¿cómo llevarlos?
No hay prácticamente verano sin cuadros Vichy. Este tipo de cuadro se perfila como un clásico de la temporada que aparece con las altas temperaturas y siempre en una última versión renovada: cuadros más o menos pequeños, distintos colores, en tejidos más elaborados… En vestidos veraniegos de estilo campestre, en shorts y leggins ajustados para un look más urbano, en tops de mangas voluminosas o hasta en complementos como bolsos y zapatos.
En Gratacós nos gustan los cuadros Vichy y desde nuestro departamento creativo estamos atentos a las tendencias futuras para hacer siempre tejidos con este tipo motivo que sorprendan a nuestros clientes. Desde opciones clásicas hasta artículos más sofisticados que incorporan tonos fuera de lo común o elementos brillantes como las lentejuelas. Te damos algunas ideas y sugerencias con tejidos de cuadros rebajados que también puedes encontrar en nuestra tienda online. En la variedad está el gusto…
El diseñador de moda y director artístico de la muestra, Jean Paul Gaultier, en CaixaForum Barcelona.
Jean Paul Gaultier es el enfant terrible de la moda por méritos propios. Aunque ya no esté encabezando a nivel creativo su marca homónima, ahora capitaneada por su sucesor Olivier Rousteing, Gaultier siempre será Gaultier. Un genio autodidacta. Transgresor e irreverente, pero desde su faceta amable. Un verso libre de la moda que la revolucionó en los años 70, 80 y 90 exaltando la diferencia, celebrando la diversidad, rompiendo estereotipos y explorando la belleza de los márgenes. A Gaultier no le interesaba lo clásico ni lo convencional, pero sí que investigó como a través de la ropa podía empoderar a las mujeres de su tiempo. Sus diseños eran la armadura perfecta para una nueva generación que quería expresar a través del atuendo su fuerza, dinamismo y libertad. Uno de los iconos de Gaultier, el corsé puntiagudo que lucía Madonna en la gira mundial ‘Blonde Ambition’ en 1990 se creó gracias a la influencia que ejerció la mujer que más le ha inspirado: su abuela y su amplio armario lencero que recuerda el enfant terrible de su infancia.
Esta icónica prenda, entre otras se puede ver en directo en la nueva exposición estrenada en CaixaForum Barcelona: ‘Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier’. Una exposición coorganizada por la Fundación La Caixa y La Cinémathèque francaise que propone un viaje ecléctico que entrelaza cine y moda con grandes creadores y artistas, desde la óptica personal del controvertido creador, como diseñador de vestuario y como cinéfilo. Para Gaultier no hay cine sin moda, y viceversa.
Backstage, desfile de Jean Paul Gaultier, colección Barbès, 1984, prêt-à-porter de mujer otoño-invierno 1984-1985. © William Klein.
Dividida en cinco ámbitos, la exposición de autor donde Gaultier plasma su mirada, revisa la presencia del mundo de la moda en el cine, las colaboraciones de grandes modistos en el vestuario de películas y la creación de los arquetipos masculinos y femeninos. El enfant terrible de la moda pone el acento en aspectos clave que están presentes en su trayectoria como diseñador como el empoderamiento femenino y presta atención a figuras heterodoxas de guerreros y guerreras, andróginos y travestis, así como a la influencia de las culturas rock, punk y queer que tanto han marcado la moda en los últimos años.
Tras su paso por Paris y Madrid, la exhibición, dedicada a la memoria de la cineasta Tonie Marshall, reúne en Barcelona un conjunto heterogéneo de más de 100 piezas de indumentaria que se muestran en cerca de 70 looks, fragmentos de más de 90 películas y 125 representaciones gráficas (carteles, bocetos, fotogramas y fotografías), entre originales y reproducciones, procedentes en su mayoría de la prestigiosa colección de La Cinémathèque Française y que se complementan con obras de más de veinte prestadores nacionales e internacionales.
Díptico Marlene Dietrich. Masque & Narcisse, 2021. © Bastien Pourtout i Edouard Taufenbach, colección Pierre Passebon, 2021.
Entre los cerca de 70 looks icónicos del cine se encuentran vestidos que llevaron Grace Jones en ‘Panorama para matar’ (1985), Catherine Deneuve en ‘8 mujeres’ (2002), Grace Kelly en ‘La ventana indiscreta’ (1954); Sharon Stone en ‘Instinto básico’ (1992); Marilyn Monroe en ‘Eva al desnudo’ (1950); Seven Sinners de ‘Tay Garnett’ (1940); Brad Davies en ‘Querelle’ (1982) o como decíamos al principio, el célebre corsé rosa que enalteció a Madonna en su gira mundial.
También, los trajes de ‘Superman’ (que vistió Christopher Reeve); ‘La máscara del Zorro’ (1998), con Antonio Banderas; el short que llevó Sylvester Stallone en ‘Rocky’, o el vestuario de Victoria Abril en ‘Kika’ (1993) que, junto con el de otras películas como ‘La mala educación’ (2004) o ‘El quinto elemento’ (1997), fue diseñado por Gaultier. En esta línea, también se exponen diseños de alta costura de Coco Chanel, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy, Manuel Pertegaz, Balenciaga y Sybilla, entre otros.
Fotografía entre bastidores de la película ¿Quién eres tú, Polly Maggoo? 1966 © William Klein/ Films Paris New York.
Dos películas que marcan los inicios de Gaultier
Entre todo el desfile de looks, proyecciones y prendas clave, hay dos películas que ocupan un lugar de honor en la exposición y tienen que ver con los orígenes del diseñador. La primera cambiaría el rumbo de su vida. Gaultier tenía entonces 13 años cuando vió por primera vez de ‘Falbalas’ de Jacques Becker (1945). Un melodrama protagonizado por un costurero y ambientado en el ajetreo de una casa de costura durante la posguerra. Este filme es el “culpable” de que quisiera dedicarse al mundo de la moda. De ahí empezó a diseñar figurines que luego transformaría en diseños. La otra película que ha marcado al creador francés ha sido ‘¿Quién eres tú, Polly Maggoo?’ (1996) de William Klein, quien en el filme analiza su época con una mirada aguda y pone al desnudo los entonces incipientes reality shows. Se trata de una sátira de los delirios egocéntricos del mundo de la alta costura, donde en aquella época dominaba la era espacial en la que cayeron todos, desde el modisto misántropo hasta la redactora jefa más versátil.
Pedro Almodóvar, Victoria Abril y Jean Paul Gaultier en el plató de Kika, 1994 © Nacho Pinedo.
Moda y arte, actividades en paralelo
La exposición ‘Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier’ estará abierta al público hasta el 23 de octubre. En esta ocasión, para indagar en las estrechas relaciones entre la moda y el arte, CaixaForum Barcelona ha organizado en septiembre, un ciclo de conferencias que plantea diálogos sobre de qué manera se influyen el arte y la moda: ¿es el arte la fuente de inspiración para la moda o son los códigos de la moda, las vías que escoge el artista para desarrollar su poética? El filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, el arquitecto Manuel Blanco, los periodistas Isabel Margalejo y Carlos Primo, la divulgadora Charo Mora (responsable del ciclo) o la modelo Sita Abellán, son algunos de los nombres que ilustraran los vínculos entre la moda y el arte, la arquitectura, la literatura y la música.
Detalles de la exposición ‘Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier’
Empieza la temporada veraniega con una tendencia cada vez menos reservada para las ocasiones especiales: las lentejuelas, que con sus brillos atrapan todas las miradas. Desvinculadas de su zona de confort, estas pequeñas láminas metalizadas cosidas en el tejido se erigen las protagonistas del momento junto con otros materiales que deslumbran por sí solos como las iridiscencias o los acabados satinados que producen un brillo más discreto.
En esta ocasión, las lentejuelas, junto con los colores flúor y las transparencias, salen de los desfiles de las colecciones SS22 de Tom Ford, Michael Kors, Loewe, Valentino o Rodarte para invadir la calle a través de outfits resplandecientes. La clave de las lentejuelas, hasta ahora reservadas en celebraciones concretas como las Nocheviejas, es que existen muchas opciones para lucirlas con acierto en prendas para llevar a todas horas. De día y de noche sin reparar en brillos ni excesos. Desde los looks rock & roll de Saint Laurent, hasta la sofisticación de Chanel y Celine que las combinan con tweed o en detalles clave como muestran Gucci, Balmain o Paco Rabanne, creador de la icónica malla metalizada.
De Tutankamón a Leonardo da Vinci
El origen de las lentejuelas se remonta al Antiguo Egipto, donde se cosían pequeños discos de oro y plata en la ropa de los faraones y sus consortes como signo de riqueza. De hecho, fue durante el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922, cuando los arqueólogos encontraron, entre distintos objetos, ropa decorada con brillantes discos de metal. Una época que coincidió a su vez, con la fiebre metalizada de los Locos Años 20, encarnada por el vestuario de las flappers y la egiptomanía que desató este hecho, que inspiró a los diseñadores de la época a diseñar atuendos con discos metalizados para destacar en la pista de baile.
En inglés, la palabra sequin (lentejuela, se vincula al término en árabe sikka (moneda) y al zecchino, una moneda dorada acuñada en Venecia durante el siglo XIII. Las primeras lentejuelas fueron monedas cosidas a la ropa, por razones que iban desde exhibir la riqueza y el estatus hasta complicarle la vida a los ladrones. Se dice también que Leonardo da Vinci, uno de los grandes inventores de la humanidad, ideó una máquina para producir pequeños discos de metal. Un prototipo que nunca se llegó a fabricar, pero que ya ubica la antigüedad de la lentejuela.
Más tarde, en los siglos XVII y XVIII, empezaron a usarse carteras, estuches y aparecieron los bolsillos. Por lo tanto, en la indumentaria de hombres y mujeres ya no era necesario coser las monedas a la ropa para mantenerlas a buen recaudo, y los pequeños discos de metal se convirtieron en un ornamento puramente estético.
La lentejuela brilla en el siglo XX
Las lentejuelas como las conocemos surgieron en el siglo XX. Sus destellos empezaron a adornar los ricos vestidos de la Bélle Époque, añadían toques de luz a las creaciones de los años 20 y volvieron a adornar las prendas de los sensuales años cincuenta. Actrices como Marilyn Monroe o Rita Hayworth sucumbieron al centelleo de la lentejuela con innumerables trajes que resplandecieron dentro y fuera del celuloide. Un vestido brillante de la época que conecta con la actualidad es el icónico vestido beige que la diva rubia llevó cuando cantó ‘Cumpleaños feliz’ al presidente John F. Kennedy en 1962. Ese mismo vestido cubierto de cristales fue el que se enfundó Kim Kardashian en la MET Gala 2022.
Los materiales utilizados para crear las lentejuelas también cambiaron con el tiempo. El metal de los primeros prototipos evolucionó hacia la gelatina en la década de los 30. Este último material resultaba menos pesado, pero era frágil y no aguantaba bien los cambios de temperatura. Luego, pasaron a ser de plástico, flexible y resistente al lavado. Gracias a este cambio, las lentejuelas se volvieron más prácticas, menos costosas y más asequibles que sus anteriores versiones.
Un adorno vinculado con la música, el movimiento y el exceso
Con la innovación de los nuevos materiales y el triunfo del prêt-à-porter en los años sesenta, el uso de las lentejuelas se popularizó en ropa más común que se volvía atrevida, viva y colorida. ¿El objetivo? Adornar la silueta, empoderarla y convertirse en el centro de atención de las miradas. Este manifestó cuajo muy bien en los años setenta con la fiebre disco. En los movimientos contraculturales, las lentejuelas y todos los tejidos brillantes se convirtieron en un símbolo de rebelión contra el sistema que consideraban serio y aburrido. Ahí es cuando empezó la época del glam rock. Un movimiento sensual, andrógino, excéntrico y revolucionario que tuvo como símbolo a David Bowie con su icónico alter ego: Ziggy Stardust. El hombre de las estrellas, y otros cantantes de la época se envolvían con trajes de lamé, lentejuelas y mucho glitter.
Los tejidos brillantes, siendo las lentejuelas los preferidos, volvieron a resplandecer en los años ochenta. Michael Jackson fue el responsable que la brillantina y las prendas faraónicas volvieran a ver la luz con actuaciones memorables donde el Rey del Pop se enfundaba en trajes cubiertos de lentejuelas y pedrería.
Hoy en día las lentejuelas, así como otros tejidos brillantes, están sometidas a los vaivenes de la moda cíclica. Su material sigue siendo a base de plástico, ahora mayoritariamente reciclado, pero con recubrimientos especiales. Lo que no ha cambiado es su significado. Las lentejuelas despiertan la imaginación, se hacen visibles e iluminan la vida cotidiana de las personas. Son un elemento de escapismo, algo con lo que aferrarse hacia otros mundos de fantasía. Y ya sabemos que la moda es sueño y en Gratacós nos gusta haceros soñar a través de nuestros tejidos de lentejuelas. Aquí te dejamos una selección de los más novedosos para que brilles con luz propia.