Un año más, la Barcelona Bridal Fashion Week (BBFW) ha vuelto a situar Barcelona como epicentro de la moda nupcial internacional. El salón, que eleva la creatividad y el negocio de las novias a la máxima expresión, ha clausurado las puertas de una brillante edición que certifica el buen momento que vive la industria del “sí quiero”. En esta edición 2023, el evento ha afianzado su liderazgo con un importante salto cualitativo, al contar con más de 350 firmas participantes y miles de compradores que han venido de hasta 90 países. Más allá de las cifras del negocio, Gratacós ha estado presente en la BarcelonaBridal Fashion Week a través de algunos vestidos de novia que han expuesto las 34 firmas de moda nupcial que han participado durante la semana en la pasarela.
Esta vez, más allá de mostrar looks concretos, vamos a repasar algunas tendencias de moda para novias, vistas en las colecciones 2024 de los diseñadores que han participado en la pasarela de Barcelona. En líneas generales, las firmas nupciales han apostado por tejidos lisos combinados con otros de más brillo. Los detalles, los aportan los bordados, la pedrería y los encajes en siluetas muy variadas que esculpen y realzan la figura femenina. Destaca otro denominador común, los motivos naturales y las flores presentes en toda su diversidad, tamaño y complejidad.
Clásicos sí, pero renovados
Cada novia es única y busca realzar su identidad y personalidad en el que será el vestido más memorable de toda su vida. Hoy en día, hay tantas novias como estilos y preferencias. Consciente de ello, el sector ofrece un amplio abanico de posibilidades para satisfacer a todas las exigencias. Novias princesa, novias con traje de pantalón blanco, novias elegantes, novias minimalistas, novias románticas, novias que no quieren parecer novias… a todas ellas, los diseñadores ofrecen una variedad de vestidos que se adaptan a sus necesidades. Ante tanta diversidad, si que hay tendencias específicas que marcan las últimas colecciones que quieren seducir la nueva generación de novias.
Si hablamos de siluetas, los clásicos de silueta sobria y contenida, nunca fallan. Son diseños de cintura alta que ciñen el cuerpo y se acompañan de una falda larga, amplia y muy voluminosa que llega hasta los pies o a la altura de los tobillos. Una silueta que nos recuerda al New Look de Dior que se popularizó a finales de los años 40 del siglo pasado. También triunfan los modelos arquitectónicos con tejidos más especiales como brocados, encajes y damascos que dan un aire más sofisticado y le aportan contemporaneidad. La clave para una silueta renovada es mantener la esencia clásica agregando detalles que dan respuesta las exigencias de la nueva novia: asimetrías, aberturas estratégicas, tops con escote halter que dejan los hombros al descubierto o incluso, vestidos que incorporan bolsillos para una mayor comodidad.
Sí se observa una tendencia a la baja: las novias barrocas con excesos ornamentales. Por eso, los vestidos minimalistas de líneas depuradas tienen más éxito dentro y fuera de la pasarela: desde las propuestas slip dress, con diseños inspirados en la lencería, hasta los trajes vaporosos que juegan con las capas para una sensación etérea de movimiento. El tul, el organdí y la gasa nunca fallan, pero sin duda el crepé es el tejido liso más demandado. En cuanto a detalles, las flores nunca pasan de moda. Aparecen de todas las maneras posibles: desde las inspiraciones de paisajes floridos hasta los detalles más exuberantes. Por último, las aplicaciones ornamentales en pedrería, perlas o plumas también están a la orden del día.
El reverso más atrevido
En la otra cara de la moneda hay propuestas nupciales más audaces que reclaman ser el centro de atención por la vía poco convencional. Son diseños que se inspiran en la ropa de la calle que lucen las jóvenes de la generación Z, pero se adaptan desde una óptica nupcial. Así, ya es habitual ver en las pasarelas otro tipo de vestidos de novia: desde conjuntos de dos piezas formados por un top corto y una falda amplia y generosa que deja la barriga al descubierto, pasando por minivestidos ceñidos al cuerpo hasta monos cortos de estética deportiva. Todo vale si las nuevas generaciones se sienten representadas.
Las propuestas transformables también son cada vez más frecuentes: mangas abullonadas de quita y pon, faldas de vestidos que se acortan, velos que cambian de lugar y adquieren una nueva funcionalidad… Todo ello permite adaptar un vestido a las distintas ocasiones de la boda. Si la novia se lo puede permitir también se puede comprar dos vestidos o hasta tres, en función de las ceremonias que también se alargan más de un día.
En cuanto a los complementos, la novia actual busca un calzado cómodo sin renunciar al tacón. Por eso, las sandalias con plataforma tienen cada vez más aceptación entre las jóvenes. Las capas que envuelven de forma fantástica el vestido y las túnicas vaporosas van sustituyendo poco a poco, el tradicional chal. El velo, no falla nunca y aún identifica a las novias de la nueva generación porque le da esa aura especial que las identifica a golpe de vista. Por último, si definimos el color de la novia millennial y zoomer, la respuesta es abrumadora: El blanco es invencible y se reclama ahora más que nunca con toda su pureza y brillo.
El escaparate nupcial
Coincidiendo con la semana de la moda nupcial en Barcelona, Gratacós ha estrenado el último escaparate con una maniquí vestida de blanco de cabeza a los pies. Se trata del vestido ganador del concurso Bridal Scholarship for Talent by Gratacós, que se organiza cada año con la escuela IED Barcelona para premiar el mejor look realizado a través de la técnica de moulage, utilizada en alta costura. En esta edición, la premiada ha sido Krystle Sepúlveda, alumna del postgrado en Diseño de Vestidos de Novia y Ceremonia. La ganadora ha presentado un look de mikado y tafetán en el que destacan soberbios volúmenes que pertenece a la colección Juracán, inspirada en los huracanes que han azotado su país de origen, Puerto Rico.
El jurado compuesto por Gloria Casacuberta y Aida Molano, de Gratacós; Albasarí Caro, directora de la Barcelona Bridal Fashion Week; y Santiago Martín, director de Comunicación de Majestic Hotel Group han otorgado un premio de 1.000 euros en tejidos de temporada a la ganadora. El vestido premiado también se podrá ver en el escaparate de nuestro espacio en Barcelona hasta finales de mayo. ¡Enhorabuena!