En cada temporada, la industria de la moda dicta las nuevas tendencias y estas suelen evolucionar de dos maneras: se convierten en una suave transición de la moda anterior adaptada a la nueva estación, o bien, marcan justo lo opuesto que la temporada pasada. Continuidad o contraste. En el caso de los colores neón se da el segundo caso.
Llevamos un 2018 empachados con las tonalidades pastel: el rosa millennial que se resiste abandonar la palestra, el suave tono lavanda del invierno pasado, los tranquilizadores azul bebé, el verde menta… Después de este festín de colores dulces, la moda marca justo lo contrario con tonalidades dispuestas a revolucionar las retinas de los consumidores: los fluorescentes. Por lo tanto, con el verano aun marcando el calendario, damos la bienvenida al otoño con esta atrevida tendencia cromática que se rescata de la década de los 80 para llevar un poco de luz a nuestro tradicional guardarropa invernal.
El retorno de los colores neón no es algo novedoso. De hecho, ya hubo un regreso hace prácticamente una década en prendas de estilo deportivo inspiradas en los “uniformes” de los cantantes de rap y hip hop que lucían complementos como zapatillas, gafas de sol y otros detalles en la ropa como franjas laterales que brillaban en la oscuridad. Ahora, algunos diseñadores rescatan esta fiebre por los colores fluorescentes y lo hacen con nuevos enfoques y argumentos conceptuales. Los dos más evidentes o representativos han sido Calvin Klein y Prada, aunque también se han visto tonos neón en los desfiles de Moschino, Marni o Balenciaga.
El director creativo de Calvin Klein 205W39NYC, Raf Simons cumple su primer año en el cargo explorando el universo de la cultura norteamericana. En este caso, los tonos fluorescentes los utiliza para destacar los conceptos de “seguridad” y “protección” con prendas que hacen referencia a los chalecos reflectantes, los monos y los pasamontañas y donde se utiliza precisamente estos tonos al servicio de la moda.
Esta temporada, Prada hace una revisión del estilo sporty en clave futurista con prendas oversized inspiradas en los deportes al aire libre. Chalecos, cortavientos, gabardinas, botas de agua, sombreros de pescador en tonos flúor, flecos luminiscentes que adornan vestidos y tejidos superpuestos que crean sobre la pasarela un atrayente efecto iridiscente.
¿Y cómo se combinan los tonos flúor? Son colores que transmiten dinamismo y transgresión y se asociación con la juventud y la diversión. Este poder de atracción visual que ejercen es a su vez su mayor defecto porque de la misma forma que enganchan, repelen al instante. ¡Es fácil hartarse de ellos! La opción más arriesgada es lucirlo con prendas de estilo athleisure, en parkas, chubasqueros y cortavientos o en chaquetas de corte ochentero que rebajen la formalidad de un vestido cerrado o una falda midi con camisa. La más discreta es relejarlos a pequeños complementos o detalles como franjas laterales o cremalleras. Los colores que mejor los acompañan son el blanco y el negro junto a la gama de neutros.
En Gratacós damos la bienvenida a los tonos neón con algunos tejidos atrevidos que no pasan desapercibidos en la tienda. ¿Te acercas a verlos y tocarlos en primera persona?