Jueves 16 mayo 2019

Arte floral

Corren buenos tiempos para el arte más efímero de todos: el arte floral. En la última década, el sector vive una revolución que se traduce en un aumento de diseñadores, floristerías, técnicas y composiciones que se salen de lo convencional y asaltan todos los terrenos, más allá de la moda. La creatividad al servicio de las flores en la elaboración de auténticas obras de arte que cobran de por sí, un nuevo significado, alejado del puramente ornamental o estético. Obras de arte perecederas donde la belleza frugal es más apreciada que nunca. Esa es en parte su gracia –o su magia-.

Para adquirir conocimientos en este arte, nos hemos inspirado en un libro: ‘Blooms: Contemporary Floral Design’, publicado por Phaidon hace unos meses. Una obra visual que recoge las composiciones de los 80 diseñadores florales contemporáneos con más influencia del mundo. Aquellos que amplían los límites de su arte y lo llevan a nuevos terrenos donde las flores dialogan con las emociones creando lenguajes poéticos. Un libro didáctico y entretenido que repasa la trayectoria y los trabajos de los creativos de los pétalos cuyas obras son ya un referente en la cultura visual actual y el mundo del diseño.

A continuación, te mostramos algunos de los más notorios a modo de resumen:

  1. A.P.BIO (Nueva York)

Este estudio neoyorkino es uno de los claros exponentes en elevar el diseño floral al arte. Su fundadora Doan Ly y su equipo crean diseños que se salen de los circuitos convencionales para eventos y editoriales de moda. Sus creaciones combinan flores con otros productos de consumo, creando composiciones abstractas con una misma textura, luz y color con un mensaje a veces, algo incómodo.

  1. Cecilia Fox (Melbourne)

Melanie Stapleton es una de las floristas contemporáneas más notorias en Australia. En su estudio floral, Cecilia Fox se guía por la belleza fugaz de las flores y de las estaciones, siempre cambiantes para crear composiciones acordes con cada época del año. A Melanie le apasiona la naturaleza y su salvaje abundancia y en sus creaciones se aprecia la forma, la textura y el color en composiciones experimentales que son una oda a la botánica.

  1. Julius Iversen (Copenhagen)

Julius Iversen dirige Tableau desde Copenhague. Este es uno de sus proyectos más notorios en un concepto de floristería donde mezcla el arte floral con la arquitectura y el diseño. El estilo de Iversen es evocador y dramático con flores exuberantes que contrastan con acabados industriales y detalles como redes metálicas o envoltorio de hormigón. La belleza natural versus la belleza inerte.

  1. Jéremy Martin (París)

Nacido en Toulouse, Jeremy Martin conserva de su infancia su amor por la naturaleza. Estudió en París el arte floral y entre su obra como diseñador destaca el proyecto Les Ephemeres. Obras donde las flores adquieren otra dimensión al descubrirse nuevos usos o expresiones. Una visión personal y muy poética de la belleza vegetal.

  1. Lewis Miller Design (Nueva York)

Uno de los floristas con más renombre de la Gran Manzana que dirige su propio estudio. La ciudad es el mejor escenario para las obras de Lewis Miller que sorprende con una serie de arreglos florales que aparecen por sorpresa entre sus espacios más emblemáticos como Central Park, hasta lugares más inesperados, como contenedores de basura. La intención es apelar a la belleza de las flores dentro de la jungla de asfalto.

Desde Gratacós nos inspiramos en las obras de estos creativos florales para presentaros nuestros propios lienzos de flores. ¡Puedes consultar nuestra shop online para ver todos los modelos de la temporada!

Viernes 10 mayo 2019

El Camp está de moda

Piensa en algo exagerado, piensa en algo extravagante, piensa en algo teatral. ¿Lo tienes? Si es así estás pensando en la estética “Camp”, el neologismo que está de moda actualmente y que marca una tendencia hacia el maximalismo.

¿Qué es el Camp? No es un concepto fácil de abordar a nivel teórico, quizás estéticamente se entienda mucho mejor. Tampoco es un término nuevo, sino una sucesión de ideas que lo dibujan. Su concepción proviene de un ensayo de la escritora Susan Sontag de 1964 titulado como ‘Notes on Camp’, una publicación que aborda esta expresión artística que se revela como una estética compleja que abarca múltiples disciplinas. El camp se define como un movimiento irónico, humorístico, artificioso, teatral, exagerado… que se posiciona entre el arte más elevado y la cultura popular. Entre lo divino y lo terrenal. Lo bello y lo feo que es exuberante, pero estilizado. En los escritos de Sontag se argumenta que el camp es “el amor por lo antinatural: el artificio y la exageración. El estilo a expensas del contenido”.

Camp va más allá de lo kitsch: sugiere combinar el arte y la cultura pop”

Por ejemplo, Sontag encontró este fenómeno estético, por ejemplo, en las películas de Busby Berkeley y en el actor Victor Mature, en el cine de Maw West y General de Gaulle, en Swan Lake, en los cómics de Flash Gordon, en las pinturas tenebristas de Caravaggio, en el estilo chinoiserie y en la totalidad del movimiento Art Nouveau. La escritora y ensayista desglosa en 58 puntos todas las posibles aceptaciones del término con claras alusiones al cine, a la literatura, la pintura o la arquitectura. Respecto al ámbito de la moda, Sontag también anota referencias explícitas: “Camp es una mujer andando con un vestido hecho con tres millones de plumas”.

Precisamente esta semana se inaugura en The Metropolitan Museum of Art la exposición que da forma a todo este fenómeno a través de más de 250 objetos que datan del siglo XVII hasta el presente. Una muestra que explora los orígenes de esta exuberante estética y cuenta con un apadrinamiento de lujo que abandera precisamente una de las firmas que más se alinea con este movimiento: Gucci con su director creativo Alessandro Michele, representan ahora mismo una nueva inspiración de lo Camp en pleno siglo XXI.

¿Dónde surge el Camp?

Susan Sontag sitúa sus orígenes en pleno siglo XVII en la corte francesa bajo el reinado de Luis XIV. El mismo Rey Sol construyó Versalles, una poderosa fortaleza y un deslumbrante escaparate para que la nobleza estuviera reunida para goce y disfrute del monarca. Fueron en las ostentosas salas de Versalles donde se elaboraron un protocolo y unas demandas de vestimenta para el rey y su corte que obligaron a despilfarrar grandes sumas de dinero para mantener las apariencias. Literalmente.

A la muerte de Luis XIV floreció el estilo rococó en moda, caracterizado por el exceso, los volúmenes, las siluetas arquitectónicas y mastodónticas que servían principalmente para el adorno, acompañado de accesorios, lazos, bordados, pelucas… que potenciaban esta artificiosidad. La opulencia tocó techo hacia 1770. Tras algunas incursiones anecdóticas en el siglo XIX, la palabra ganó popularidad a principios del siglo XX entre los homosexuales de la época, donde encontraban en lo Camp todo un lenguaje lleno de significados. Un accesorio en concreto, un tejido en un zapato, una ropa demasiado ajustada, un determinado color. Más tarde, Andy Warhol también se inspiró en el término para hacérselo propio dentro la cultura pop. Diseñadores como Elsa Schiaparelli, Jean-Paul Gaultier, John Galliano, Marc Jacobs, Erdem, Cristobal Balenciaga y Thom Browne entran dentro de lo Camp, así como la nueva generación como Molly Goddard, Richard Quinn, Matty Bovan o Palomo Spain, para citar algunos. En la exposición “Camp: Notes on Fashion” también se citan otros diseñadores emblemáticos y legendarios como Paul Poiret, Marc Jacobs y Karl Lagerfeld a través de varios vestidos y looks que conforman la exhibición.

Camp en la MET Gala

Como aperitivo a la exposición, el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York recibió a las celebridades y a los filántropos más estilosos del planeta en la fiesta que tradicionalmente organiza cada año Anna Wintour: el MET Gala que se celebra todos los primeros lunes de mayo en esta emblemática ubicación neoyorquina. Una fiesta solidaria que se equipara con los Oscar a nivel mediática. Así bajo una nube de flashes en la alfombra rosa y el hashtag #MetCamp en las redes sociales, los mediáticos invitados exhibieron sus extravagantes atuendos inspirados, como no podía ser de otra manera, en la temática de la exposición, Camp: Notes on Fashion. De hecho, fue el británico Andrew Bolton, conservador jefe del Instituto del Vestido, el responsable de escoger la temática.

Además de la famosa editora de la omnipresente Vogue USA, la fiesta contó como anfitriones con Alessandro Michele al frente de Gucci, la reina del pop Lady Gaga, el cantante Harry Styles y la tenista Serena Williams.

Entre este popular desfile de vanidades hubo aciertos y errores, la temática no es fácil precisamente. Muchos fueron los looks que nos sorprendieron y citaremos algunos que nos inspiraron como, por ejemplo, la performance que hizo Lady Gaga con su despampanante vestido fucsia de Brandon Maxwell que se fue quitando poco a poco, con otros dos cambios para quedarse al final con un conjunto de lencería, unas medias de red y unas botas con plataforma. O la luz que trajo Katy Perry vestida de candelabro, una obra de Moschino. De Gucci fueron muchas celebridades, aunque destacó Jared Leto quien posó con una réplica de su cabeza como ya hicieron los modelos de la firma italiana en su desfile otoño-invierno 2018. La top Cara Delevinge apareció con un sorprendente Dior alta costura multicolor de inspiración arco-iris. El actor Billy Porter, conocido por la serie Pose, regaló a los asistentes un momento de oro al presentarse como una auténtica divinidad egipcia. La actriz y cantante Zendaya se convirtió en una Cenicienta moderna por gracia de Tommy Hilfiger o la siempre arriesgada Janelle Monae se visitó de obra de arte gracias al diseñador Christian Siriano.

Muchas fueron las propuestas en una de las noches más inolvidables del año donde se dio rienda suelta a la creatividad. Efectivamente, tampoco faltaron las plumas. Desde Gratacós también nos hemos inspirado en los tejidos que nos sugieren esta estética Camp bajo el lema: Lo artificioso como tendencia.



Jueves 02 mayo 2019

Un homenaje a las modistas

Barcelona estrena en el Museo de Historia de Catalunya, la exposición Moda i modistes. Col·lecció Antoni de Montpalau, una muestra que ensalza el oficio de las modistas y su contribución en la moda a lo largo del siglo XX. Un oficio tradicional y artesanal, desempeñado por mujeres, que representó en su momento una plataforma de emancipación femenina en el ámbito laboral, empresarial y creativo. Una actividad, conectada con la moda, que ayudó a desarrollar la industria textil y del comercio de la época. Su intenso trabajo ha requerido desde siempre conocimiento, destreza y dedicación, y en ocasiones todo este saber hacer ha quedado en la sombra, al margen de los grandes nombres del diseño y de las marcas. Es por este motivo que, Moda i modistes representa una mirada amplia a la obra y a la trayectoria de muchas mujeres que, han permanecido en el anonimato más allá de la memoria oral familiar o del recuerdo de su antigua clientela.

La exposición se divide en varios apartados, donde se desarrolla la profesión a través de la historia de la confección, los cambios sociales con la emancipación de la mujer, y la evolución y el saber hacer del oficio durante el siglo pasado hasta día de hoy. A continuación, te desarrollamos un breve resumen de lo que se puede ver en esta muestra.

Las trabajadoras de la aguja

Las mujeres consiguieron lograr un espacio propio en el arte de hacer vestidos a finales del siglo XIX. Antes era un oficio reservado a los sastres, y a penas las mujeres tenían entrada a la confección sino era por vía familiar o como colaboradoras. Fue en esta época y ya en la primera década del siglo XX, cuando el trabajo de modista se convirtió en una de las principales formas de inserción de la mujer al mundo laboral, más allá del trabajo en la fábrica, entre otras profesiones como la docencia.

La modistería se extendió debido a que para aprender el oficio no había que ir necesariamente a ninguna escuela, sino que bastaba con el aprendizaje en un taller o incluso de manera autodidacta a partir de manuales de corte y confección, y además porque este aprendizaje ofrecía la posibilidad de establecerse por cuenta propia con cierta facilidad una vez dominada la técnica.

Esta época también coincidió con el arranque del feminismo y el nacimiento de varias iniciativas a fin de proteger a las trabajadoras del sector.

Modista de profesión, un oficio en expansión

Las modistas representaban un colectivo muy variado que a menudo estaban al margen de los gremios y las organizaciones obreras: podían trabajar en un pequeño taller propio; en el de una modista establecida, en una casa de alta costura o bien ir a coser en domicilios particulares. En el oficio había muchas categorías, en función de la habilidad, el buen gusto, y, sobre todo, la clientela que tenían.

Hasta que el prêt-à-porter no se expandió de forma generalizada hacían falta muchas modistas para confeccionar ropa para las diferentes clases sociales. Las capitales de provincia y de comarca y las grandes ciudades aglutinaron un gran número de modistas, pero también cada ciudad pequeña y cada pueblo tenía sus modistas, con una clientela muy fiel. En el escalado del oficio había muchas categorías, desde la portera que hacía también de modista, porque disponía de suficiente tiempo en el trabajo, hasta las modistas de renombre, pasando por las que tenían una clientela humilde, las que trabajaban para otros, ya fuera en casa o en los diferentes talleres, las que iban a coser a domicilio, las que tenían un cierto nombre, pero no etiquetaban, por discreción o por economizar, o las que, con el orgullo del trabajo bien hecho, ponían su nombre en cada pieza.

¿Y cuáles eran sus fuentes de inspiración? Por norma general, las modistas eran más seguidoras que no creadoras e interpretaban a su manera las propuestas de moda de cada década y, a su vez, la adaptaban a los gustos, la talla y las diferentes posibilidades económicas de cada cliente. Las revistas, los desfiles donde se daban a conocer las tendencias de cada temporada, el cine con la irrupción de estrellas icónicas y la calle eran constantes fuentes de inspiración.

De hecho, a partir del trabajo realizado por las modistas, se puede repasar la moda de casi todo el siglo XX hasta que no se consolidó el prêt-à-porter. Las casas de alta costura de París, Milán o también de Barcelona dictaban las tendencias, se inventaban modelos y tenían una producción reducida y elitista. Las modistas, que entonces se contaban por miles, fueron las principales clientes de la industria textil porque compraban o recomendaban comprar las telas y tejidos para la clientela. Esto a su vez favorecía el comercio, generaba ingresos en las grandes casas de costura en comprarlos patrones y glasilla, fomentaban los talleres de bordados y de plisados, generaban puestos de trabajo e iban transmitiendo el oficio hasta llegar a la actualidad.

El legado se mantiene vivo

Los tiempos han cambiado y actualmente esta profesión mantiene la fuerza de antaño. Aun así, el legado de las modistas sigue vivo, simplemente se ha transformado. Las nuevas modistas continúan haciendo adaptaciones de ropa para tiendas y particulares, trabajan también para talleres de confección y realizan patronajes y prototipos para empresas grandes que luego fabrican fuera. En paralelo, también ha surgido una nueva generación de jóvenes creadoras que elaboran una producción artesanal y limitada, que se contrapone a la producción industrial a gran escala y de dudosa calidad. El trabajo de estas modistas es revalorizar la moda hecha a mano, la personalización y las prendas exclusivas para un cliente que valora el arte y el esfuerzo del hecho a mano.

La exposición Moda i Modistes se estrena hoy en el Museo de Historia de Catalunya y se podrá visitar hasta el próximo 13 de octubre de 2019. Una buena oportunidad para descubrir el legado y la evolución de este oficio artesanal centenario.

Jueves 25 abril 2019

Tendencias nupciales para 2020

Barcelona se ha convertido esta semana en la capital mundial de la moda nupcial con la mayor edición hasta la fecha de la Valmont Barcelona Bridal Fashion Week que pone sus focos, como es habitual, en la creatividad, el talento y el diseño como elementos clave para la innovación e internacionalización de la industria “del compromiso”. Una cita líder mundial que revaloriza la capital condal y pone en contacto a todos los protagonistas del wedding business.

Como creador y productor de tejidos nupciales, ponemos especial énfasis en conocer algunas de las tendencias que marcan el sector, más allá de los shows y los networkings, y en las últimas temporadas hemos observado cambios en los diseños de las grandes firmas que se deben en parte a las preferencias y necesidades de las novias millennial, las que actualmente ocupan el grueso del consumo de la moda nupcial actual.

Estas son algunas tendencias observadas que ya están incidiendo en las colecciones actuales y en las presentadas para 2020.

1. Blanco sí, pero no tanto

Afirmar que el blanco ya no es el color de las novias actuales nos parece una temeridad porque a pesar de las modas y los cambios de gustos en las consumidoras, el vestido en riguroso blanco mantiene su lideraje. Sí que es verdad que se van introduciendo los falsos blancos y los neutros: tonos marfil, hueso, clara de huevo, champagne… que le dan una apariencia vintage y el color en ocasiones, se mantiene relegado en pequeños detalles como lazos, bordados, gargantillas, coronas, complementos…

Lo más transgresor del momento lo protagoniza el éxito del rosa que también irrumpe en el sector nupcial. De las versiones más pálidas que son las preferidas para dar el sí quiero a las más subidas de tono que se mantienen como una opción aún residual. La empresaria Marta Ortega y la cantante Mandy Moore se decantaron precisamente por un vestido de color rosa o, al menos incluyeron un diseño de este color en un cambio de vestuario.

2. La opción vintage

La sostenibilidad y el factor ambiental también incide en la moda nupcial con la elección de vestidos vintage y piezas de segunda mano que pasan de generación en generación, o bien se adquieren en tiendas especializadas como un nuevo tesoro. Una tendencia en auge de dar una segunda oportunidad a prendas que en ocasiones solo se utilizan una vez en la vida y que, en ocasiones, se aprovechan también para combinarlas con otros atuendos, más allá del terreno nupcial. También hay un cierto interés por apostar por tejidos naturales y orgánicos, que minimicen el daño ambiental. Otras novias simplemente se inspiran en los looks nupciales de otras décadas para copiar vestidos y siluetas de las actrices de moda en la década de los 60 y 70.

3. El vestido ya no es lo que era

El vestido tradicional continúa siendo el uniforme oficial de la mayoría de las novias. Aún así, en los últimos años hemos visto numerosas transformaciones en los cortes y las siluetas que afectan a la estética que rodea a esta prenda milenaria. Así, por ejemplo, el largo hasta los pies convive con otras opciones más cortas o el estilo romántico con grandes volúmenes se ve eclipsado en ocasiones por otras propuestas más minimalistas y urbanas para novias que buscan comodidad y pocas estridencias. Triunfan también las combinaciones en dos piezas con cuerpo ceñido tipo crop top y falda voluminosa o tipo sirena. Una propuesta juvenil que acepta un sinfín de conjuntos. También aparecen los bolsillos delanteros en los vestidos y las faldas con volumen, las manos nunca se habían lucido tan escondidas dentro del vestido.

Otra opción que gana fuerza son los trajes chaqueta que ya no se destinan solo a las bodas civiles o a las segundas nupcias. Cada vez hay más diseños que apuestan por estos conjuntos dos piezas con faldas pantalón que en ocasiones también se presentan con largas colas desmontables

4. Tejidos y otros detalles

La novia sensual busca transparencias con tejidos tipo tul combinados con bordados florales, encajes y plumetis. Los cortes se agudizan con impresionantes escotes por delante y por detrás, así como en los laterales: la apertura a la altura de la pierna que tantas actrices han popularizado en la alfombra roja. Las flores continúan siendo protagonistas a través también de los tejidos que les rinden homenaje de una forma más evidente con aplicaciones, adornos y pedrerías con otras más sutiles con suaves jacquards o delicados encajes que le dan ese punto romántico. La organza y el tul se destinan a potenciar el volumen, mientras que otros tejidos como el crepé son los preferidos para aportar movimiento.

En definitiva, las novias mantienen su buque insignia: el vestido blanco tradicional, pero este se va modificando atendiendo a los gustos y las necesidades de las novias de cada época. En Gratacós te proponemos algunos tejidos nupciales inspirados en estas tendencias y te invitamos a nuestro espacio para que compruebes in situ la variedad de la nueva propuesta.

Jueves 11 abril 2019

Oda a la minifalda

Londres rinde homenaje a Mary Quant (Inglaterra 1930), leyenda viva de la moda y culpable de alborotar toda una época: los años 60 con una prenda de lo más irreverente, la minifalda. Aunque se disputa la autoría de tal prenda con el modisto francés André Courrèges, “la madre de la minifalda” supo popularizarla y acercarla a todo el mundo. “El objetivo de la moda es hacer que la ropa esté disponible para todos”, solía recordar. Ahora el museo Victoria&Albert ensalza a esta diseñadora que revolucionó la escena de la moda en aquella década de ebullición para que las nuevas generaciones conozcan de cerca su gran contribución. En palabras de Jenny Lister, una de las comisarias de la exposición, “Mary Quant es conocida como la artífice de la democratización de la moda en el Reino Unido”.

El origen de la minifalda está conectado con la música, el baile y la moda urbana del momento. Se dice que nació a finales de los años 50 en Norteamérica y para bailar los nuevos ritmos de swing y rock, las faldas poco a poco se fueron acortando. Quien captó esta progresiva regresión y este cambio fue Quant, quien en 1955 abrió una pequeña boutique llamada Bazaar en la calle de King’s Road en el barrio de Chelsea. Para darle visibilidad, Quant fue de las primeras en adoptar esta prenda que dejaba al descubierto piernas, rodillas y algo de pantorrillas, un verdadero escándalo en una época donde se desafiaban los convencionalismos. Poco a poco, desde su pequeña tienda en Londres, la diseñadora captó la atención de los jóvenes y de la propia industria que veía en sus minifaldas y petos de colores llamativos y acabados brillantes un atisbo de rebeldía, transgresión y frescura, tres conceptos que ligaban con la manera de pensar de las nuevas generaciones.

Mary Quant es la artífice de la democratización de la moda en el Reino Unido

Quant no tenía formación especializada en moda y de hecho sus creaciones eran el resultado de un aprendizaje personal que incluía la experimentación con diferentes materiales. Fue esa valentía y actitud rebelde que sedujo a la industria y se convirtió en un referente para las mujeres de la época. Junto a la modelo Twiggy, Mary Quant logró que esta corta prenda se convirtiera en la marca registrada no solo de su marca de ropa sino también de toda una década. Había nacido un símbolo. Tanto fue su éxito que, en 1966, la reina Isabel II le concedió la medalla de la Orden del Imperio Británico por su contribución a la moda, distinción que recogió en Buckingham ataviada con una de sus minifaldas.

La exposición expone 200 piezas en las que se refleja la colorida e innovadora identidad de la diseñadora británica. Incluye las famosas faldas junto con otros diseños, así como accesorios y cosméticos, en un llamativo recorrido cronológico que abarca desde 1955 a 1975. Entre accesorios y vestidos, el museo también recopila una selección de prendas y fotos de mujeres anónimas luciendo los diseños de Quant que evidencia la importancia de la minifalda para la moda de una década. La muestra estará abierta al público hasta el 16 de febrero de 2020.

Jueves 04 abril 2019

La moda es un lienzo

¿La moda es arte? Es una de las grandes cuestiones que lleva de cabeza a los creativos de la industria, así como otras figuras dentro y fuera del sector que abogan por darle un merecido sitio dentro de las disciplinas artísticas. Un reconocimiento al talento y saber hacer de su creador. Ahora mismo no entraremos en este tipo de discusiones, pero sí que vamos a analizar como la moda siempre ha mantenido una conexión con el arte y la cultura, y éstas han resultado ser inspiradoras para muchos creativos que no han dudado en plasmar sus técnicas o sus obras más representativas en las prendas de cada temporada.

Un breve repaso en la historia

En la historia ha habido momentos clave que evidencian esta simbiosis compartida que mantienen la moda, con el arte y la cultura. Por ejemplo, en los años 20-30 en pleno movimiento del diseño Art Déco, la moda influyó en el arte. Era una época donde París era la capital de las tendencias con casas como Lanvin o Poiret y pintores como George Barbier, Etienne Drian o Armand Valle, elaboraban ilustraciones de moda que fueron consideradas obras de arte. En el período de entreguerras, los diseñadores se fascinaron con el surrealismo y se crearon sorprendentes alianzas. Un ejemplo fue el famoso Lobster Dress creado por Elsa Schiaparelli y Salvador Dalí. En la década de los 60, el diseñador francés Yves Saint Laurent se inspiró en la obra del pintor vanguardista holandés Piet Mondrian y sus creaciones causaron furor en la época. Fue la época dorada del movimiento pop que se presentó como un reflejo de los cambios sociales que se estaban experimentando en Estados Unidos e Inglaterra. Una nueva tendencia artística que surgió como respuesta al expresionismo abstracto. Artistas como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Stuart Davis… sedujeron también a los diseñadores de moda como Versace, Prada y Gucci con su oda a la modernidad, la psicodelia, la geometría y los colores vivos que se hicieron presentes a través de toda una explosión visual para el consumidor.

Si nos ceñimos a la actualidad, a lo que hemos visto recientemente, podemos decir que moda y arte convergen constantemente con influencias pictóricas eclécticas que van del expresionismo y el movimiento abstracto a lo más evidente. Pintores como Jackson Pollock, Vasili Jandinski, Miquel Barceló, Paul Klee… son nuevos referentes de la moda actual que se trasladan a la pasarela a base de brochazos y el uso de la paleta de colores más viva. Firmas como Marni, Dries Van Noten, Sacai, Louis Vuitton o Loewe han exhibido sus estampados arty sin pudor. También mencionar las manchas coloristas de algunos looks de Moschino combinadas con medias en zig-zag que se asemejan a los trazos de los dibujos animados. ¡Jeremy Scott siempre se divierte!

¿Y cómo se traslada a la calle?

Los estampados pictóricos son originales, frescos y extremadamente visuales, y ese último atributo es, a su vez, su punto fuerte y débil. Estos prints son fáciles de llevar porque centran toda la atención en cualquier look, per no admiten otras prendas o complementos estampados que compitan con ellos. No es lo mismo inspirarse en un cuadro que ir hecho un cuadro. Para buscar el punto de equilibro hay que encontrar refugio en las prendas de corte minimalista y la gama de neutros que puedan acompañar la ropa de estampado artístico. Gabardinas, blazers, faldas asimétricas y vestidos vaporosos son los mejores lienzos para exponer toda la creatividad que otorgan los prints artísticos.

Desde Gratacós, queremos proponerte algunos tejidos arty de nuestra colección primaveral, inspirándonos también en las tendencias vistas en la calle. ¿Qué os parecen?

Jueves 28 marzo 2019

Moritz Feed Dog 2019

Vuelve una nueva edición del Moritz Feed Dog, el único festival dedicado al documental sobre moda que se celebra del 28 al 31 de marzo de 2019 en Barcelona. Este evento audiovisual es especial porque se centra en el género del documental y la obra de autor y tiene a la moda como clara protagonista, entendida siempre como una expresión cultural amplia y diversa. Bajo el lema, “La moda es cultura”, Moritz Feed Dog propone mostrar la riqueza y la complejidad de la moda como fenómeno cultural vivo en transformación y como reflejo de la sociedad y su historia. Este festival nació en 2015, en un contexto en el que la moda había ganado un merecido lugar en los museos y en las agendas culturales de las principales capitales internacionales.

Como en cada edición, el Moritz Feed Dog propone un recorrido a través del universo de la moda que abraza a todos los actores de la industria de la moda, más allá de los creadores o diseñadores: los fotógrafos, los personajes de la sociedad, el oficio y los artesanos, los mecanismos de la propia industria, los periodistas, los críticos… y siempre desde un punto de vista puesto en la pasarela más grande del mundo, la calle.

Una nutrida programación

En esta ocasión, Moritz Feed Dog 2019 inaugura su programación con el documental Yellow is Forbidden de Pietra Brettkelly. Una obra que retrata la figura de la diseñadora Guo Pei, uno de los grandes nombres de la moda china, descubierta en el mundo gracias a un vestido amarillo que Rihanna llevó a la gala del Met 2015. El documental se centra en la colaboración colección que Pei presentó en París, convirtiéndose en la primera asiática en alcanzar la meta. Un filme que retrata las luces de la prestigiosa firma de alta costura, pero también revela alguna verdad incómoda.

Por su parte, la película Halston de Fréderic Tcheng será la película de clausura. Un filme que retrata el auge y la decadencia de Halston. Un creador que pasó de hacer los sombreros Bergdorf Goodman para convertirse en el rey de la moda americana y luego, fue desahuciado de su trono. Un drama lleno de lujo y excesos.

Entre la inauguración y la clausura se proyectarán películas dedicadas a indagar en el universo creativo y las intimidades de los diseñadores como Jean Paul Gaultier: Freak and Chic y su circo de excentricidades o McQueen que retrata al diseñador británico como lo que fue: un genio en la pasarela y un alma torturada fuera de ella. También destacan filmes dedicados a dos míticos fotógrafos: Peter Lindbergh y Bill Cunningham, entre otros títulos destacados.

Invitados especiales

Moritz Feed Dog también dedica parte de su programación a reflexionar sobre la moda y crear debates en paralelo a las proyecciones audiovisuales. En esta edición, el festival ha confirmado la presencia del diseñador Miguel Adrover, premio Nacional de Moda 2018 y la colaboradora habitual del New York Times Dana Thomas, autora del libro ‘Gods and Kings: The Rise and Fall of Alexander McQueen and John Galliano’. Por último, también contará con la presencia de Roland Ballester, productor de Halston.

Además, el festival también ha confirmado las actividades paralelas que tendrán lugar alrededor de la programación: Belleza convulsa. Alexander McQueen & Leigh Bowery. Este año es la primera vez que una mesa redonda está vinculada a dos documentales de la programación del festival. En este caso, poniendo el foco en el trabajo y trayectoria de dos creadores cuya obra ha dejado un profundo legado, por su capacidad de expresar sus ideas, sentimientos y obsesiones a través del cuerpo y la moda. En la mesa redonda participarán Dana Thomas, Leticia García directora de moda en Fashion & Arts y Ángel Vilda, director creativo de Brain & Beast y director departamento de moda de IDEP.

Por último, también se ha programado una mesa redonda dedicada a recuperar la tradición textil. Bajo el título Tejer futuro, se hablarán de cuestiones como la relación entra tradición textil y cultura, la conexión de las técnicas artesanales con la identidad de una comunidad y el poder transformador de proyectos pequeños y sostenibles alejados de los estudios de mercado y las estrategias económicas.

Toda la programación, así como los horarios los tenéis en la web del Moritz Feed Dog 2019. ¡Desde Gratacós no nos lo perderemos!

Viernes 22 marzo 2019

The Colour Community: Multiple

The Colour Community acaba de presentar el nuevo informe de colores y materias que influenciaran la temporada Otoño-Invierno 2020-2021 en el mundo del diseño y la moda. La iniciativa, liderada por tres profesionales del color, se presentó, como es habitual, en la Antigua Fábrica Estrella Damm de Barcelona, ante la atenta mirada de un centenar de entusiastas del sector. Recordamos que el equipo fundador lo conforman el arquitecto Pere Ortega; la diseñadora especializada en Colour & Trim, Eva Muñoz; y Rosa Pujol, Textil & Colour Stylist de Gratacós. En cada edición a este “equipo madre” se le suman nuevos colaboradores que aportan su visión, y ayudan a configurar la nueva carta de colores y materias que inspirarán la nueva temporada. Una iniciativa que se repite dos veces al año y que cuenta con nuestro apoyo. “Gratacós siempre está con las puertas abiertas, en nuestro espacio de moda, para todo amante del tejido, la textura y el color”, aseguró Juan Gratacós en el inicio de la presentación del informe.

Juan Gratacós: “Nuestro espacio de moda siempre está abierto a los amantes del tejido, las texturas y el color”

En esta ocasión, la temporada se basa en el concepto de ‘Multiple’ y consiste en una reflexión en clave positiva sobre la sociedad futura donde la línea de lo real y lo virtual será más difusa que nunca. “Actualmente esta virtualidad de la realidad existe en las redes sociales o en los videojuegos, pero poco a poco, va a ser tan tangible como lo que ahora nosotros llamamos realidad”, explicaba Pere Ortega en la presentación del informe. La propuesta ‘Multiple’, a su vez se articula a través de cuatro gamas de color y materias bautizadas como On, Inside, Balanced y Metronome.

Pere Ortega: “Actualmente esta virtualidad de la realidad existe en las redes sociales o en los videojuegos, pero poco a poco, va a ser tan tangible como lo que ahora nosotros llamamos realidad”

1.- On

La primera inspiración apela al dinamismo, a la creación de un diálogo con las nuevas realidades que son virtuales. Es una gama dinámica y versátil que crea productos conectados con el ser humano en un entorno digital. Los tonos escogidos para conceptualizarla son los fríos en su versión más atractiva: grises metalizados, iridiscentes, azules encendidos, negros brillantes y toques de amarillo que juegan al contraste. Una gama de temática industrial y futurista que juega con materias plásticas, oleosas, líneas arquitectónicas rectas y curvas y las formas artificiosas. Fantasía bajo control.

2. Inside

La segunda gama es más densa y teatral que la primera. Trabaja el tema de las realidades que miran el pasado. Una especie de retrospectiva. Los tonos que se utilizan para darle forma son los marrones, los morados, los azules profundos y la gama de metalizados que siempre aparece en cada una de las cuatro inspiraciones como nexo común. Los estampados florales, las formas orgánicas, las líneas sinuosas, los elementos de la naturaleza, las tapicerías… todos estos elementos influyen en esta gama intimista que toma de ejemplo el barroquismo de Versalles en su versión más contemporánea.

3. Balanced

La tercera inspiración se basa en el concepto del equilibrio y las armonías cromáticas. Es una gama modesta que se inspira en las formas y las texturas de la naturaleza y trabaja la artesanía de una manera muy folk. Los colores predominantes hacen referencia al otoño: los beiges, los tierra, el blanco, los metalizados y los verdes bosque mezclados con azules vibrantes. Las rugosidades, las pieles, los elementos geométricos más básicos y la influencia tribal también se tratan en esta gama folklórica.

4. Metronome

Por último, la cuarta inspiración se basa en el ritmo métrico del metrónomo con elementos en movimiento que siguen su compás: un trabajo de colores que vienen y vuelven, y a su vez juegan a los contrastes. Esta gama pertenece al mundo de la ciudad: es urbana, cosmopolita y juvenil. Se inspira en toda la multiplicidad de personas, tribus e individuos que conviven dentro de una misma comunidad. Abundan los tonos grises, los detalles plateados y los metalizados en superficies lisas que contrastan con elementos gráficos y estampados arty. El denim y las superposiciones de prendas, entendidas como muestra de expresión, configuran las distintas identidades que conforman una misma ciudad.

Jueves 14 marzo 2019

Colección SS19: Play

¿Estás preparado para jugar? El juego en su sentido más amplio. El juego como diversión, donde hay espacio para la experimentación mezclada con pizcas de entretenimiento y grandes dosis de curiosidad. En esta nueva temporada que estrenamos, rendimos homenaje al ocio, al recreo, a la libertad en una colección que se inspira, como no podía ser de otra manera, en el concepto ‘Play’. Una propuesta sofisticada y desenfadada a la vez, que apuesta por el colorido, el movimiento con tejidos ligeros y la artesanía para los meses más cálidos del año. Una colección Primavera-Verano 2019 que cuenta con grandes dosis de creatividad e ingenio por parte de nuestro equipo de diseño, que hacen de Gratacós una empresa de tejidos de lujo con un estilo y una personalidad definida. Así, pues disfrutemos de la nueva propuesta que hemos preparado con la intención una vez más de sorprender y emocionar. Juguemos juntos: Let’s play!

Play es una propuesta sofisticada y desenfadada a la vez que apuesta por el colorido, el movimiento y la artesanía”

Concepto general

Play’ es una colección amable que busca la aparente simplicidad con productos que sean atractivos y atrayentes a simple vista. Es una propuesta estética basada en artículos atemporales alejados de la extravagancia y la artificiosidad, pero estos tienen que aportar un rasgo distintivo, cierta personalidad. No queremos el básico versátil un tanto ñoño, sino que le damos un giro creativo. En paralelo, rescatamos los rasgos característicos de la cultura folk y apostamos por la artesanía para presentar tejidos tradicionales con aspectos rústicos y detalles manuales.

Buscamos la simplicidad aparente con productos atractivos y atrayentes a simple vista”

Tejidos

El objetivo de esta colección es revitalizar el lujo de las texturas y las materias. Para conseguir los nuevos básicos, utilizamos tejidos impecables con apariencias limpias y serenas. También Jacquards coloridos con relieves táctiles, tejidos fluidos de seda o poliéster de apariencia delicada, gasas con transparencias, rasos densos, materiales iridiscentes que captiven la luz o estampados de flores de acuarelas. A su vez, dentro de la tendencia folk, recuperamos las texturas granulosas, los aspectos fibrados y ligeros que evidencian el relieve a través de la hilatura, los relieves artesanales y los bordados con motivos inspirados en la naturaleza.

Revitalizamos el lujo de las texturas y las materias”

Colores

La gama de colores evoluciona de lo natural a lo artificial. Así, los tonos pastel y las tonalidades dulces y golosas dan paso a los colores más vivos en una transición suave y en clave muy femenina. Las tonalidades más vibrantes se destinan a los detalles. ‘Play’ es también una colección dedicada a la luz, es por eso que, también apuesta por las iridiscencias, las transparencias y el nacarado con un guiño al mar.

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Jueves 07 marzo 2019

Oda a la sobremesa

Ignasi Monreal (Barcelona, 1990) es uno de los ilustradores de moda más populares del panorama nacional, el ojito derecho de la industria cuya obra dibujada se ha popularizado a nivel internacional. Para quienes no le sigáis la pista, sus ilustraciones han llamado la atención a clientes tan destacados como Gucci, Dior, Louis Vuitton, Four Season o JW Anderson que han contado con su arte para sus últimas campañas publicitarias. Esta vez, el joven artista, residente en Roma, ha retomado los pinceles para crear una de sus obras más intimistas, dedicada a algo tan mundano y universal como es la comida o el acto de la sobremesa, una vez quedan los platos semidesnudos: “He aprovechado esta oportunidad para hacer algo 100% mío, esto es lo que pasa cuando me das tres meses de libertad”, aseguraba Ignasi en su página web.

De la ilustración a la pintura reflejando lo mundano

La vida en Roma ha hecho del comer el eje principal de mi vida en comunidad, y teniendo en cuenta que está todo muy rico, he desarrollado una serie de memorias muy ligada a los sentidos”, explicaba el artista catalán en la presentación de su primera muestra de pintura en La Fresh Gallery de Madrid, dentro de las actividades que impulsa la feria internacional ARCO, dedicada al arte contemporáneo. Así, Monreal ha abandonado el iPad, que utilizaba para ilustrar las campañas ilustradas para regresar a la pintura tradicional con óleo sobre lienzo para crear sus nuevas obras.

He aprovechado esta oportunidad para hacer algo 100% mío”

La exposición ‘Plats Bruts’ “captura para la posteridad un registro implícito de momentos de sobremesa, comidas y nuevas amistades”, resumía Ignasi. Una serie de obras, inspiradas por el Realismo madrileño y en las naturalezas muertas del Barroco italiano y español, que adoptan la presencia de objetos cotidianos, platos y bandejas sucias que, vistos a cierta distancia, parecen reales. Monreal recurre al realismo figurativo para explotar el trampantojo. Los lienzos de restos de comida son tan reales que caes en la tentación de alargar el brazo para coger lo que sobra de los platos. “Quizás Instagram, la posverdad o las fake news hayan sido inspiraciones inconscientes”, bromeaba el artista a la vez que hacía suya una máxima de Caravaggio: “El arte debe reflejar el pulso de la vida con todos sus matices y oscuridades, por triviales que parezcan”.

Esta serie de lienzos es el resultado de lo que ha sido la vida de Monreal estos últimos meses: un paréntesis tras los encargos comerciales de las principales firmas de lujo anteriormente citadas. En este tiempo, Ignasi Monreal se ha refinado a la fuerza y es precisamente en estos platos sucios cuando el joven artista inicia un camino de retorno a las Bellas Artes con una colección de obras creadas por iniciativa propia, siguiendo solo su instinto y enfrentándose a la dimensión material del arte: tiempos de secado, procesos químicos del óleo y el paso de las dos a las tres dimensiones. “Ha sido un proceso de reaprendizaje fascinante”, concluía Monreal en su portafolio digital.

Plats Bruts’ permanecerá abierta al público en La Fresh Gallery hasta el 12 de abril. Una oportunidad de oro para conocer de cerca la atrayente obra de Monreal.