Miércoles 19 octubre 2022

Picasso y Chanel, cuando la pintura dialoga con la moda

Pablo Picasso. Las bañistas, 1918. Óleo sobre lienzo. 27 x 22 cm. Musée national Picasso-Paris, donación en 1979. ©RMN Grand Palais (Musée national Picasso-Paris) © Sylvie Chan-Liat © Succession Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2022.

Imagínate retroceder 100 años atrás. En un tiempo y en un lugar donde se mezcla la creatividad con la vanguardia. La provocación con el inconformismo. La pintura y la moda. Imagínate encontrarte a Pablo Picasso y a Gabrielle Chanel, conversando, intercambiando sinergias, experimentando con formas y materiales, y creando arte a través de sus respectivas disciplinas bajo una misma visión estética y conceptual. ¿No te resulta motivador?

Influencia mutua

Sobran las presentaciones, Picasso y Chanel fueron dos genios que se encontraron en el momento adecuado y en el sitio preciso en plena ascensión profesional y en la cima de su talento. Entonces, los dos creadores rondaban la trentena y gozaban de éxito y prestigio social: Picasso con sus pinturas y Chanel con su revolución femenina hacia una elegancia cómoda y vanguardista. Picasso y Chanel se admiraban mútuamente, frecuentaban los mismos sitios artísticos: desde clubs de moda hasta el ballet.

Vista de una sala de la exposición

En los años 20, el espíritu cubista de Picasso sacudía todas las artes y su estilo no pasó desapercibido en los diseños de Chanel: geometrías, cortes precisos, trajes de líneas rectas y ángulos estudiados que estaban presentes en los vestidos que triunfaban entre las mujeres más liberadas y modernas de la época. En general, se buscaba la simplicidad en contraposición al barroquismo de la época anterior. Por este motivo, los dos genios también tenían predilección por los mismos colores: los neutros que representaban una nueva sencillez cromática. El negro, el blanco y los beiges estaban muy presentes en sus respectivas creaciones. Otro ejemplo, en materia de tejidos y lienzos. Mientras Picasso defendía la técnica del collage para introducir texturas más bastas y austeras, Chanel defendía tejidos más sencillos y humildes como el algodón o el punto de lana. ¿Y qué decir del perfume icónico de la firma francesa? Hasta en este detalle coinciden Picasso y Chanel. El frasco de Chanel nº5 tiene forma cúbica con una etiqueta minimalista y sobria. Un recipiente que recuerda a las botellas pintadas por el pintor malagueño en las naturalezas muertas de 1912. ¿Otra simple coincidencia?

Le Train Bleu: Léon Woïzikovsky, Lydia Sokolova, Bronislava Nijinska and Anton Dolin, 1924 Photography. 25, 4 x 33,3 cm. Library of Congress, Washington D.C., Music Division

El ballet como nexo de unión

El ballet unió a Pablo Picasso y a Gabrielle Chanel. Y fue en sentido literal. Los dos genios colaboraron profesionalmente en dos ocasiones, ambas con Jean Cocteau: en ‘Antígona’ (1922) y en el ballet ruso de Serguéi Diághilev ‘Le Train Bleu’ (1924). El pintor malagueño y la diseñadora francesa ya se conocían desde la primavera de 1917, seguramente a través del propio Cocteau o de Misia Sert. Chanel entabló con ambos una larga y duradera amistad que la introduciría en el círculo de Picasso. A partir de entonces, Chanel frecuentará al matrimonio Picasso, coincidiendo con la activa participación del artista en los ballets rusos. La creadora llegó a estar muy relacionada con el mundo artístico e intelectual del París de la época, hasta el punto de afirmar: “son los artistas los que me han enseñado el rigor.”

Pablo Picasso. Sin título / Arlequín y Polichinela, 1924. Temple sobre papel, 23,7 x 29,5 cm. Colecciones Fundación MAPFRE © Succession Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2022

Una exposición completa

Para indagar más en las relaciones creativas y personales entre Pablo Picasso y Gabrielle Chanel, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza  ha abierto las puertas a una de las muestras más esperadas del año para mostrar como dialogaron estos dos grandes genios creadores del siglo XX, volviendo a reunir arte y moda en un nuevo proyecto expositivo. ‘Picasso/Chanel’ se organiza en cuatro grandes secciones que se suceden en orden cronológico y abarcan, aproximadamente, de 1910 a 1930.

El primer bloque se titula ‘El estilo Chanel y el cubismo’ y presenta la influencia de este movimiento en las creaciones de la diseñadora francesa. ‘Olga Picasso’, representa el segundo capítulo y está dedicado a los numerosos y bellos retratos que Picasso realizó de su primera mujer, la bailarina rusa Olga Khokhlova, devota clienta de Chanel; junto a ellos, algunos vestidos de este periodo inicial de la diseñadora francesa, de los que se conservan escasos ejemplos. El tercer apartado se basa en ‘Antígona’ adaptación moderna de la obra de Sófocles realizada por Cocteau. Esta obra se estrenó en París en 1922, con decorados y máscaras de Picasso y vestuario de Chanel, que vuelven a reunirse en este capítulo para mostrar su común inspiración en la Grecia clásica. Por último, ‘Le Train Bleu’ es el título del cuarto apartado y del ballet producido por Diághilev en 1924, con libreto de Cocteau, inspirado en el deporte y la moda de baño. La obra ‘Dos mujeres corriendo por la playa (La carrera)’, un pequeño gouache que Diághilev descubrió en el taller de Picasso, se convirtió en imagen para el telón de la obra, y el pintor aceptó también el encargo de ilustrar el programa de mano, mientras que Chanel entusiasta deportista, creó trajes para los bailarines inspirados en modelos deportivos diseñados para ella misma y para sus clientes.

La exposición Picasso/Chanel se podrá visitar en el Museo Thyssen hasta el próximo 15 de enero de 2023.