Fotos looks: 1. Rodarte, 2. Gonçalo Peixoto, 3. Mariano Moreno, 4. ON RUSH, 5. Joplin Atelier, 6. Acuamona. Cortesía de las marcas
Granate, escarlata, borgoña, guinda, vino, cereza… Existen muchas formas de referirse a la gama de rojos oscuros con un toque azulado o violáceo. Este abanico de posibilidades abarca un color cautivador, sinónimo de lujo, poder y estatus, que seduce por su calidez y ha fascinado tanto a diseñadores como a artistas a lo largo de los siglos. Este otoño 2024, vuelve a ser protagonista en las pasarelas, reafirmando su lugar como un color elegante, versátil y lleno de personalidad. Algunos lo llaman “el nuevo neutro”, pero ¿por qué este tono oscuro de rojo tiene un atractivo tan atemporal, casi hechizante? Exploraremos su historia, psicología y el porqué de su regreso triunfal en las colecciones de esta temporada.
Origen del color. Sobre vino, vestimenta y teatralidad
El color granate o burgundy debe su nombre a los célebres vinos tintos de la región de Borgoña, en Francia, conocidos por su refinamiento. Esta conexión lo convierte en un color asociado a la riqueza, el lujo y la sofisticación. En 2015, Pantone elevó esta asociación -entre moda y vino- al coronar el Marsala como la tonalidad que iba a guiar el diseño industrial, la moda, la belleza, el mobiliario y la decoración de interiores. Para ese año, la autoridad internacional del color imaginó un mundo teñido de “una tonalidad cálida, además de elegante, universalmente atractiva y que se transpone fácilmente en las artes multidisciplinares”. Pantone consideraba que el Marsala era igualmente atractivo para hombres y mujeres, capaz de conmover y despertar el sentido del gusto, además de incitar a la creatividad y a la experimentación con el color.
Si navegamos en la historia, el uso del granate o burgundy en textiles y vestimentas se remonta mucho más allá de su denominación contemporánea. Desde la antigüedad, los tintes rojos oscuros eran apreciados por su rareza y el estatus que otorgaban a quienes podían permitirse lucirlos. Durante la Edad Media y el Renacimiento, los tintes de color burdeos eran extremadamente costosos debido a los ingredientes raros necesarios para producirlos, como el caracol púrpura de Tiro o la raíz de rubia. En consecuencia, este color estaba reservado para la aristocracia y la realeza, que usaban prendas de tonos rojizos oscuros para simbolizar poder y autoridad. En la corte de Enrique VIII, por ejemplo, el burgundy era una tonalidad muy empleada por la alta nobleza, como María Tudor, quien lucía un icónico vestido de terciopelo borgoña en su boda con Luis XII de Francia en 1514. Otra referencia histórica se encuentra en los vestidos de terciopelo y satén burdeos que llevaban las mujeres de la realeza europea en el siglo XVIII, como María Antonieta, cuyo gusto por los colores ricos y profundos marcó tendencia en la moda cortesana.
En tiempos modernos, el borgoña sigue vinculado a la teatralidad y el dramatismo. Pensemos en la tonalidad del telón y los cortinajes de un teatro. En el cine, esta vibrante tonalidad ha sido inmortalizada en películas como Lo que el viento se llevó, donde Scarlett O’Hara luce un majestuoso vestido en este tono, diseñado para transmitir tanto poder como sensualidad. Este color también ha sido un elemento clave en películas contemporáneas como Moulin Rouge, donde se emplea para realzar el drama y la pasión de los personajes.
¿Por qué vuelve a estar de moda este otoño 2024? De la pasarela a la calle
El burgundy combina la pasión del rojo con la profundidad del marrón, evocando lujo, ambición y poder. Es una tonalidad versátil que favorece a distintos tonos de piel: en pieles claras, resalta su luminosidad; en pieles oscuras, aporta sofisticación sin ser estridente. Su intensidad varía según el material en el que se emplee, adquiriendo una textura visual que puede ser moderna y minimalista en tejidos como el satén, o lujosa y opulenta en terciopelo.
El granate es el protagonista de las colecciones otoño-invierno, tanto en looks monocolor como en combinaciones atrevidas. Desde gabardinas sesenteras combinadas con mocasines de plataforma y bolsos estructurados, como propone Sabato De Sarno para Gucci, hasta trajes sastre en las colecciones de Roksanda y Ferragamo. En una versión más desenfadada, Lacoste apuesta por monoleggings combinados con abrigos oversize, creando una mezcla entre comodidad y estilo.
Este tono también ilumina las noches de otoño, donde microvestidos de cuero ajustados destacan en las colecciones de Thierry Mugler y Ermanno Scervino. Otras propuestas incluyen tops de lazada y pantalones plisados en la colección de Philosophy di Lorenzo Serafini, aportando una segunda piel en granate que redefine el lujo discreto. Además, el granate se combina con tonos neutros, como el beige o el azul noche, en propuestas de Victoria Beckham y Khaite, o con colores más atrevidos como fucsia, en una apuesta audaz que defendió Pierre Cardin.
Y en tejidos… ¿Qué te recomendamos?
En Gratacós, caemos rendidos ante el borgoña, un clásico que nunca pasa de moda. Este tono se potencia en tejidos lujosos que permiten jugar con la textura y el movimiento. Para sacarle el máximo partido, te recomendamos estos materiales:
- Sedas y satenes: Ideales para prendas elegantes y con caída fluida que realza la sensualidad del granate.
- Paños de lana: Perfectos para abrigos y prendas exteriores, transmitiendo calidez y sofisticación en looks de invierno.
- Terciopelo: Aporta profundidad y un aire lujoso que convierte cualquier prenda en una pieza especial.
- Encajes y tules: Para looks románticos y femeninos, ideales en eventos de noche o prendas más delicadas.
Consulta nuestra colección de temporada en nuestra tienda online y descubre los tejidos que mejor se adapten a tu estilo. ¡No te pierdas la oportunidad de dejarte cautivar por este color tan atemporal!
The Olympic Issue. Una editorial magnífica de Mariano Moreno y Vogue World Paris 2024.
La moda, reflejo de cada sociedad, está presente en todos los ámbitos y analiza de forma silenciosa lo que ésta representa. En los Juegos Olímpicos de París 2024, uno de los mayores escaparates del mundo, no podía ser menos. Millones de ojos de distintas nacionalidades han observado en los últimos días las presentaciones de los uniformes, y analizarán, sin ser expertos en la materia, los detalles de la inauguración con sus indumentarias creadas para la ocasión, así como los outfits de los atletas que protagonizarán cada una de las hazañas deportivas. Somos curiosos por naturaleza, y los Juegos Olímpicos nos enseñan que el estilo no tiene que estar reñido con el espíritu competitivo.
Uniforme oficial de Francia diseñado por Le Coq Sportif
¿Qué hay que tener en cuenta?
Los uniformes representan el foco mediático donde la relación entre la moda y el deporte se hace más evidente, especialmente en los últimos años. Esta relación es beneficiosa mientras uno no fagocite al otro, algo que estos días está dando de qué hablar tanto por los aciertos como por algunos deslices, generando una gran cantidad de memes. Detrás de cada uniforme hay una aguja: la participación de un diseñador o una marca renombrada que promete llevar la relación entre moda y deporte a nuevas alturas. Aunque la estética es clave al representar la cultura y el estilo de cada país, no hay que olvidar nunca los objetivos principales de estos trajes especiales: la comodidad y la funcionalidad. Un uniforme olímpico debe ser práctico. Está al servicio de los deportistas y su misión es asegurar el mejor rendimiento. Además, no los llevan modelos con medidas normativas y estandarizadas, más bien al contrario. Los atletas abanderan una diversidad de cuerpos con morfologías diversas y hay que tener en cuenta esa diversidad física a la hora de buscar un diseño que siente bien y sea cómodo. Dicho esto, combinar estética con funcionalidad no es tarea fácil, y esto se refleja en los resultados. Todo el mundo quiere proyectar una imagen cool y moderna de su país, al fin y al cabo, los atletas son los representantes a ojos del mundo de su tierra, pero nadie quiere lucir algo ridículo ni llevar ropa que parezca una bandera en movimiento. Por eso, el uniforme también juega un papel importante en la confianza y la autoestima de cada deportista.
Uniforme oficial de Reino Unido por Ben Sherman.
Uniformes más representativos de los JJOO
Las diferentes delegaciones han presentado los uniformes que lucirán sus deportistas durante toda la competición. Las propuestas son muy variadas, buscando esta fórmula perfecta entre modernidad e identidad, y estética con funcionalidad. Algunos países, como Italia y Francia, han aprovechado para mostrar el gran potencial de diseño de moda que ostentan. Otras delegaciones, como la de España o Japón, han presentado propuestas más prácticas y alejadas del diseño. Repasamos las propuestas más interesantes sin pasar por alto algunos aciertos y errores.
Como país anfitrión, Francia ha colaborado con Le Coq Sportif y Stéphane Ashpool para diseñar un uniforme adaptado tanto a deportistas olímpicos como paralímpicos, reflejando la esencia de la cultura y el amor por el deporte del país anfitrión. Las camisetas y sudaderas de inspiración noventera ya son un éxito de ventas al conseguir una fusión entre moda, deporte y patriotismo sin estridencias. En Reino Unido han apostado por una marca que representa el diseño y la elegancia inglesa: Ben Sherman. Vestida por mods en los 60, esta firma siempre se ha caracterizado por encapsular la magia del estilo único de los británicos. Además de los colores de la Union Jack, la firma ha añadido flores a casi todas las piezas de la colección olímpica y paralímpica.
Italia ha confiado en uno de los grandes nombres de la historia de la moda: Giorgio Armani. Sus diseños presentan un conjunto de prendas elegantes y minimalistas con el azul marino como protagonista. En las sudaderas, la palabra “Italia” en grandes letras blancas capta toda la atención. Algunas voces críticas aseguran que el resultado ha quedado un poco insulso, debido a las altas expectativas. Estados Unidos ha vuelto a confiar en Ralph Lauren, un nombre sinónimo de moda americana, para diseñar los uniformes de su selección. Lo hace desde 2008. Esta vez, con un enfoque en la sostenibilidad, los uniformes están hechos de materiales reciclados, demostrando que la moda ecológica también puede ser estilosa. Los detalles en rojo, blanco y azul rinden homenaje a la bandera estadounidense, mientras que las siluetas modernas garantizan el máximo rendimiento y comodidad. Aunque el uniforme oficial ha sido bien recibido, el maillot femenino de atletismo de Nike no ha estado exento de polémica. Lauren Fleshman, excampeona de Estados Unidos en los 5.000 metros, criticó el traje técnico por su poca cobertura.
España ha apostado por la sostenibilidad como eje central. La firma Joma, encargada de la equipación oficial de los atletas españoles, ha diseñado una colección que fusiona tradición con modernidad, elaborando prendas en tejidos de alto rendimiento inspirados en el clavel, capturando la esencia de la cultura española con un toque contemporáneo. La equipación ha recibido críticas mixtas: mientras algunos alaban la estética escogida, otros la comparan con el uniforme de Iberia. En Japón, fieles a su minimalismo, han confiado en Asics, una insignia del país nipón, con una propuesta poco artificiosa para que toda la atención se la lleven los logros de los atletas.
Uniforme oficial de Canadá a cargo de Lulululemon.
Otros uniformes que han recibido buenas críticas han sido los de Etiopía. Adidas ha creado para los deportistas etíopes un uniforme con diseño actual y moderno. En Canadá, la firma Lululemon ha diseñado un uniforme de verano centrándose en la adaptabilidad, el confort térmico, el ajuste y la funcionalidad, y el orgullo nacional. La equipación, que no distingue género, combina funcionalidad y estilo a través de una construcción innovadora y tejidos de alto rendimiento, con siluetas modernas y estampados de inspiración canadiense. En Australia, algunos críticos han señalado la longitud de las faldas y pantalones de las equipaciones. Los uniformes australianos, diseñados por Sports Craft, presentan algunas similitudes con la indumentaria española.
Por último, aunque en cuestiones estilísticas para gustos los colores, no hay duda de que algunos países se han ganado la opinión pública con uniformes deportivos que merecen una medalla olímpica. Este ha sido el caso de Haití. La diseñadora haitiana-italiana Stella Jean ha colaborado con el pintor Philippe Dodard para elaborar unos diseños de la delegación que combinan elegancia y creatividad. En términos de uniformes, Mongolia ha presentado el mejor diseño para su delegación, con chalecos intrincadamente bordados, túnicas plisadas y accesorios inspirados en la vestimenta tradicional. Los diseños son obra de Michel & Amazonka, una marca con sede en Ulaanbaatar que produce prendas de alta costura y prêt-à-porter que “expresan la esencia de la tradición y la cultura de Mongolia” en lo que la marca llama una “luz contemporánea”.
Uniforme oficial de Mongolia, uno de los más aplaudidos por la opinión pública.
Foto: María Novo
Los desfiles nos inspiran al ver cómo algunos de nuestros artículos se transforman en espectaculares creaciones y cobran vida de forma etérea en el propio espectáculo de la pasarela. En esta edición, nos trasladamos al Recinto Modernista de Sant Pau para seguir de cerca la nueva edición del 080 Barcelona Fashion y las propuestas de las 24 marcas y diseñadores que participaron. Aquí os dejamos algunas que nos parecieron interesantes:
Free Form Style
Gratacós apoya plenamente a las marcas que consideran que la moda no tiene límites ni restricciones y desafían los convencionalismos con propuestas que hacen gala de la inclusión y la diversidad real desde múltiples perspectivas. En este sentido, colaboramos por segunda vez con Free Form Style, la marca española pionera en diseñar moda adaptada a diferentes discapacidades. Sus fundadoras, Marina Vergés y Carolina Asensio, crearon en 2019 una marca de ropa inclusiva que repensaba las prendas básicas para que se adaptaran a todo tipo de personas. La firma catalana diseña con un enfoque en cuerpos no normativos, para que todas las personas se sientan representadas y sean bienvenidas en cada una de las colecciones que presentan. Se busca un enfoque de comodidad sin renunciar a la elegancia, promoviendo la autoestima y empoderamiento.
En esta ocasión, Gratacós proporcionó una parte de sus tejidos más especiales a la firma para elaborar su segunda propuesta presentada en la plataforma 080 Barcelona Fashion. La nueva colección se inspiró en los uniformes de trabajo de mediados del siglo XIX en Estados Unidos, adaptando la esencia y el estilo de la moda vaquera a los cortes y ajustes de la ropa para personas que se desplazan en silla de ruedas. Con un patronaje contemporáneo y alternativo a la ropa habitual, Free Form Style ha conseguido diseñar prendas que fomentan la libertad de movimiento sin alejarse de ese estilo estético que identifica las piezas icónicas de la cultura tejana. Destacamos también de la colección las blusas en tejidos fantasiosos y los vestidos vaporosos elaborados con nuestros artículos más brillantes.
Escorpion
Escorpion atraviesa un momento de cambio para seguir seduciendo a las nuevas generaciones, manteniendo la esencia primigenia de la marca especializada en punto desde 1929. La nueva colección explora ese momento de transición a través de ‘Re-connection’, una propuesta sensorial que quiere envolver al espectador y conectarlo de nuevo con su universo knitwear. El punto estuvo muy presente en la propuesta para el próximo otoño en un viaje multicultural que une formas, colores e inspiraciones. No pasaron desapercibidos los Jacquards y estampados de flores pixeladas acordes con el universo digital, las fusiones como las hilaturas amables con tejidos nobles de lana, seda y viscosa, y algunas prendas claves que seducen a la nueva generación de jóvenes como las bombers oversize, los vestidos de punto combinados con culottes, los shorts y los cropped tops en pata de gallo. Siluetas contemporáneas que renuevan el espíritu clásico.
Menchén Tomás
Siempre seguimos muy de cerca las creaciones de Menchén Tomás porque añade ese punto de sofisticación que a veces, se echa de menos en la pasarela catalana. En esta ocasión, Olga Menchén recreó el ambiente de una fiesta en la piscina con amigos, tomando como referencia las evocadoras fotografías de Slim Aarons, el fotógrafo estadounidense de la ‘jet set’ que retrató en la década de los 60 y 70, sus vidas íntimas. Imágenes donde los protagonistas no son los invitados sino la propia piscina: sus detalles, tonalidades, colores, el agua, el sol y las vistas al mar. Ese momento de fantasía real y aspiracional es la que Menchén Tomás ha trasladado a la colección ‘Poolside’ a través de tejidos bordados, sedas, gasas y algodón recreando un ambiente festivo pero relajado a través de vestidos de ensueño para invitadas de cualquier celebración que se vuelven atemporales. Elegancia sin ruido.
Larhha
En el apartado de firmas independientes y nuevos talentos no perdimos de vista las propuestas de Larhha. Una marca cordobesa, liderada por Miguel Marín, que nació en 2020 con el propósito de unir la moda urbana con el diseño más elevado. Una visión que surge de la unión de las dos grandes pasiones del fundador y director creativo de la firma: la arquitectura y la alta costura. La marca responde a las vanguardias del mundo de hoy, dando vida a colecciones atemporales que nacen de la investigación, de la mezcla de polos opuestos, y del encuentro entre pasado, presente y futuro. Una visión holística del diseño que permite actualizar los volúmenes y siluetas clásicas de décadas pasadas a través del uso de nuevos materiales y acabados técnicos de la era contemporánea. En ‘Chapelle’, la firma cordobesa viajó a la Santa Capilla de París para hacer gala nuevamente de su saber hacer en moda creando puentes de diálogo entre ambas disciplinas.
Compte Spain
También destacamos la nueva colección de Compte Spain, donde vimos algún guiño a nuestros tejidos. El diseñador valenciano Santi Mozas muestra un respeto absoluto por la artesanía, creando piezas exclusivas elaboradas de manera tradicional, ética y sostenible. Esta joven marca también se distingue por su creatividad al presentar colecciones que acercan historias populares al ámbito creativo de la moda. La nueva propuesta, titulada ‘Happy Ending’, se inspiró en los finales de cuentos del imaginario popular y los transformó en una expresión artística propia.
Lazos, volantes, tonos pastel y vestidos baby doll se fusionan para elevar un estilo hiperfemenino de alma barroca que busca la artificiosidad. El maximalismo se despliega en todo su esplendor. Nos referimos a la estética coquette, cuyo reinado parece no vislumbrar su fin, al menos en esta temporada primavera-verano que acabamos de iniciar. Si bien esta tendencia no es realmente nueva, en los últimos meses ha alcanzado un nivel de viralidad notable en las redes sociales, específicamente en TikTok a principios de 2024. Con la etiqueta #coquette, esta plataforma de vídeos instantáneos, que cautiva especialmente a la Generación Z, acumulaba más de 18 mil millones de visualizaciones. Esta cifra supera con creces a su principal competidora, Instagram, que registraba cerca de 1,5 millones de publicaciones relacionadas.
Este fenómeno evidencia cómo una estética que parecía relegada al olvido, a excepción de ciertas tribus urbanas japonesas, resurge con fuerza y vuelve a situarse en el centro de atención de la moda actual. Ya sabemos que a la nueva generación de jóvenes les fascina el elemento nostálgico, en un fenómeno que los expertos han calificado como un revisionismo estético de tendencias del pasado.
¿Cómo se identifica el estilo coquette?
Entre todas las descripciones ofrecidas para definir este estilo que fusiona a la perfección feminidad, inocencia, dulzura y suavidad, destaca la proporcionada por la estilista Marisa Ledford en la revista People, quien lo describe como “un estilo hiperfemenino que hace referencia a la época victoriana de la Regencia, donde los vestidos de muñeca, los volantes, los lazos y los colores pastel son los elementos distintivos”.
Esta corriente experimentó un repunte en 2010, coincidiendo con dos fenómenos culturales que generaron gran interés durante meses y que, a su vez, alimentaron la industria de la moda: el estreno de la película ‘María Antonieta‘ de Sofia Coppola y el ascenso de Lana del Rey como uno de sus principales iconos de estilo. De hecho, la cantante y compositora volvió a estar en boca de todos recientemente gracias a la campaña que protagonizó para la firma Skims con motivo de la celebración de San Valentín. Esta campaña incluía todas las referencias que identifican a la corriente coqueta: lazos en abundancia, transparencias, gatos y tejidos delicados como el satén y el encaje.
Recientemente, otro fenómeno cinematográfico ha dado un nuevo impulso al estilo hiperfemenino y, de paso, hiperbólico: la película de ciencia ficción ganadora del Oscar, ‘Poor Things‘, que ha obtenido, entre otras distinciones, el premio al mejor vestuario. Esta película caracteriza a su protagonista, Bella Baxter, como una mujer victoriana con un guardarropa que revoluciona lo clásico al mantener una mirada contemporánea que se refleja en cada uno de los excéntricos y estimulantes looks en cuanto a forma, volumen, relieve y color. Creaciones como vestidos de volantes y mangas abullonadas, bombachos victorianos, largas batas de seda o fastuosos camisones dejan al espectador boquiabierto y recuerdan al estilo en cuestión: lo coquette engancha.
Por otro lado, el hecho de que esta tendencia siga más viva que nunca también queda corroborado por marcas de moda que hacen del estilo coquette su seña de identidad habitual. Por ejemplo, en su colección de primavera-verano 2024, Rodarte se inspiró en un jardín de flores y en las siluetas de la década de los 30. Asimismo, Simone Rocha presentó para la misma temporada lazos voluminosos, encaje, tul y flores como los grandes protagonistas de su colección, tanto en su propuesta femenina como masculina. No es necesario revisar las tendencias de las grandes marcas, ya que también los pequeños diseñadores apuestan por este estilo que realza la feminidad aniñada. Por ejemplo, las creaciones de Quique Vidal a través de Becomely, su alter ego en moda, o las fantasías de Anel Yaos. En la colección presentada el año pasado en la pasarela 080 Barcelona Fashion, había claras alusiones a esta estética en una propuesta que exploraba los sentimientos más personales a través de gasas, transparencias y tonos pastel.
Origen histórico de la estética
La palabra “coquette” proviene del francés y significa coqueta. Como estilo, toma elementos de la indumentaria del siglo XVIII, con una fuerte inspiración en el rococó tardío de la reina María Antonieta, de la cual incorpora elementos decorativos de la ropa como los moños y el encaje. De igual manera, se basa en el “infame” vestido chemise à la reine, una prenda generalmente confeccionada en algodón y utilizada como ropa interior, pero que María Antonieta transformó en muselina semitransparente, con volados en el pecho y las mangas, con el cual la reina decidió pasar sus días en el campo.
Quizás el elemento más icónico del estilo coquette, o al menos el más fácil de distinguir, es el lazo o moño, que se utiliza tanto en el cabello como en la ropa. Este uso se remonta a la moda del período romántico, a finales del mismo siglo XVIII y principios del XIX, cuando después de las revoluciones y el surgimiento de las Repúblicas, la feminidad volvió a ser relevante. Esto se reflejó en la vestimenta y en los adornos de la ropa como un elemento asociado con la clase social, ya que en su mayoría ya no había monarquías.
Una tendencia enraizada en la calle
A pesar de que estos orígenes se remontan varios siglos atrás, su llegada a la moda actual se enmarca en el revisionismo de la Generación Z, que ahora recurre a diversas estéticas de los años 90 y 2000. Otro factor que contribuye al triunfo de este estilo es cómo ha conquistado los looks urbanos. Así, lejos de saturarse, son las propias influencers y prescriptoras de moda quienes protagonizan las imágenes de street style más comentadas y, ciertamente, no parecen estar cansadas de esta tendencia. Durante la pasada temporada de desfiles, no era difícil encontrar referencias a esta corriente: lazos adornando todo tipo de prendas, ya sean más o menos extravagantes, más o menos románticas, presentes en el cabello e incluso adheridos al rostro, así como alusiones al universo infantil, como la combinación habitual de zapatos con calcetines de calados y lazos, y la paleta de colores pastel. Sin olvidar las alfombras rojas por las que desfilan las estrellas de Hollywood. De hecho, el estilo coquette también ha protagonizado algunos looks en la celebración de los Oscar 2024. Lo atestiguan los estilistas que vistieron a actrices como Ariana Grande, quien deslumbró en la red carpet con un modelo rosa abullonado con escote de palabra de honor y cola de Giambattista Valli Couture. También Chloë Sevigny y Sofia Vergara, quienes lucieron lazos coquetos en las after-parties de los Oscar.
En Gratacós, también hemos querido rendir nuestro propio homenaje al estilo coquette con una selección de nuestros tejidos de la nueva temporada, para que te inspires y puedas crear tus propios diseños dentro de esta estética tan femenina, fantasiosa y aniñada.
Un espectacular vestido de lentejuelas de la firma Acuamona.
Aunque apreciamos todos los tejidos por igual debido a su singularidad, reconocemos que existen ciertos artículos que resisten mejor la prueba del tiempo y se convierten en una inversión inteligente para cualquier época del año. Aprovechando las últimas semanas de descuentos de nuestra colección de invierno, Gratacós te presenta cinco artículos que no pierden su relevancia, a pesar de las efímeras tendencias. Además, ahora los puedes encontrar a precios más atractivos en nuestra sección outlet.
Tweed
Este tejido destaca por su extraordinaria riqueza en todos los aspectos imaginables: posee un legado histórico que se remonta a las Highland escocesas; es un comodín en constante evolución; resulta fácilmente reconocible a simple vista y se inspira en la elegancia clásica, al tiempo que exhibe un carácter camaleónico que le permite adaptarse a versiones más contemporáneas. ¿Qué más se puede pedir?
Se trata de un tejido con apariencia irregular, de tacto rugoso, textura calada y elástica, con patrones bien definidos como el houndstooth, windowpane y herringbone. Este artículo se presta al cosido y al planchado, ofreciendo una versatilidad que puede trascender los límites del género, o más bien, que no los tiene.
De origen modesto, el tweed proviene de Escocia y era un tejido común en la vestimenta de abrigo de las clases populares, utilizado en el campo para enfrentar las adversas condiciones climáticas. En el siglo XIX, la aristocracia inglesa encontró en este tejido su mejor aliado para llevar a cabo actividades campestres y deportes al aire libre. Quien supo conferirle un halo de glamour al tweed fue, sin duda, Coco Chanel, que a finales de los años 20 del siglo XX lo incorporó al guardarropa femenino en prendas que se han convertido en símbolos, como sus chaquetas cortas o faldas lápiz. Este tejido proporcionaba a la mujer de la época un extra de comodidad sin perder un ápice de elegancia.
Descubre todos nuestros tweeds de temporada.
Mikado
El mikado es una joya textil que se distingue por su exclusividad y sofisticación, encerrando consigo una historia milenaria. Originario de Japón, este tejido ha logrado cautivar a diseñadores gracias a su singularidad y a su capacidad para transformar prendas aparentemente simples en auténticas obras de alta costura.
Empezamos por su nombre. Significa ‘emperador’ en japonés, un título que refleja su regio esplendor. El mikado se produce mediante un proceso especial de fabricación y acabado, confiriéndole así un aspecto lujoso y una estructura firme. Inicialmente destinado a la confección de kimonos imperiales y otras prendas ceremoniales, el mikado simboliza la nobleza y la elegancia. Dada esta rica carga simbólica, no sorprende que en la actualidad sea uno de los tejidos más utilizados y demandados en el ámbito nupcial.
El mikado se distingue por su estructura pesada y su superficie ligeramente brillante, proporcionándole un aspecto opulento y un tacto distintivo. Compuesto a menudo de seda, este tejido destaca por su suavidad y la capacidad para crear pliegues elegantes. Además, su habilidad para mantener su forma lo convierte en el tejido ideal para la confección de vestidos de alta costura que requieren volumen y estructura
Encuentra nuestras propuestas de mikado. Desde diseños lisos hasta los motivos florales o de inspiración geométrica.
Lentejuelas
A este tejido no le hacen falta presentaciones. Las lentejuelas son las auténticas protagonistas del vestuario femenino, desplegando su resplandor a lo largo de décadas. Ya sea de día o de noche, en cualquier ocasión, las lentejuelas aportan luminosidad y se vinculan con el lujo y el glamour.
Su legado histórico se remonta a la antigüedad, cuando estas diminutas piezas brillantes se utilizaban en prendas de vestir en el Antiguo Egipto, añadiendo destellos a las vestimentas de esa época. Sin embargo, su renacimiento ocurrió en la década de 1920, durante la era del jazz y los vibrantes años veinte, convirtiéndose en símbolos de opulencia y sofisticación. Su apogeo llegó en la década de 1930, cuando las estrellas de Hollywood comenzaron a lucir vestidos decorados con este tejido en las alfombras rojas. Desde entonces, las lentejuelas han sido sinónimo de glamour y cierta extravagancia. Diseñadores de renombre mundial, desde Coco Chanel hasta Versace, han incorporado este brillante tejido en sus creaciones, consolidando su estatus como un elemento atemporal en la moda de lujo.
Lo que define a las lentejuelas es su capacidad para transformar cualquier prenda en una obra maestra de brillante elegancia. Estas pequeñas piezas, generalmente de metal, plástico o material reflectante, se cosen en patrones para crear un efecto visual deslumbrante. Su brillo, a menudo asociado con la luz de las noches de gala, ha sido un componente esencial en la moda nocturna y en la alta costura.
Hoy en día, las lentejuelas han trascendido las ocasiones festivas, conquistando la moda urbana con propuestas contemporáneas que se adaptan a cualquier estilo.
Encuentra las lentejuelas que se adaptan a tu estilo.
Jacquard Floral
El Jacquard floral es una obra maestra textil que fusiona la destreza técnica con elementos inspirados en la naturaleza. Originario de Francia, este tejido se distingue por su elaborado patrón en relieve. La clave reside en su técnica, que lleva el nombre de Joseph Marie Jacquard, que ha dejado una huella distintiva en la historia de la confección de telas, convirtiéndose en un símbolo de lujo y sofisticación.
En el siglo XIX, su inventor introdujo una innovadora máquina de tejer que revolucionó la industria textil al permitir la creación de patrones intrincados y detallados. Esta tecnología pionera llevó la fabricación de telas a nuevos niveles, posibilitando la reproducción precisa de motivos ornamentales y diseños complejos.
Lo que hace único al tejido Jacquard es su capacidad para generar patrones en relieve con una variedad de colores y texturas. Este proceso se logra mediante la cuidadosa combinación de hilos de diferentes colores y tipos, creando una obra de arte tridimensional en cada hilo. La textura resultante es rica y lujosa, aportando una profundidad visual única a la tela. El Jacquard también ha ganado su lugar en el mundo de la moda gracias a su versatilidad en el diseño. Desde trajes de alta costura hasta prendas más informales, el Jacquard se ha extendido en una amplia gama de prendas que incorporan desde patrones geométricos hasta los motivos florales más exquisitos.
Añade un toque de romanticismo y feminidad a tus creaciones con estos Jaquards florales.
Pata de Gallo
El tejido pata de gallo es uno de esos clásicos atemporales que resiste las tendencias efímeras para convertirse en un símbolo de elegancia y estilo. Su historia se remonta al siglo XIX en Escocia, donde los tejedores locales lo crearon con esmero. Inicialmente conocido como houndstooth (dientes de perro), el patrón pata de gallo se distingue por bloques de forma abstracta que evocan las huellas de un gallo. Con el tiempo, este patrón trascendió las fronteras escocesas, convirtiéndose en un elemento icónico en la moda global.
Lo que confiere a los artículos con patrón pata de gallo su atractivo distintivo es su habilidad para combinar simplicidad y sofisticación. Compuesto generalmente por bloques repetitivos en blanco y negro, el patrón crea un efecto visual audaz y equilibrado. La versatilidad de este tejido se manifiesta en una amplia gama de prendas, desde trajes y abrigos hasta faldas y accesorios, adaptándose tanto a ambientes formales como a conjuntos casuales. Desde las pasarelas hasta las calles, la pata de gallo continúa siendo una elección elegante que evoca un aire de sofisticación clásica.
En Gratacós te recomendamos este tejido pata de gallo.
Retrato de Yayoi Kusama. Cortesía de Ota Fine Arts, Victoria Miro y David Zwirner © YAYOI KUSAMA. Foto: Yusuke Miyazaki.
Se la considera una leyenda viva, una revolucionaria que ha destacado en múltiples movimientos artísticos desde los años 60 hasta la actualidad, una artista visual admirada capaz de conectar el arte con la moda a través de sus universos singulares, plagados de geometrías. O más bien lunares, su rasgo más identificativo. Yayoi Kusama (Matsumoto, Nagano, 1929), sí la de carne y hueso -y no la figura robótica hiperrealista que le hizo Louis Vuitton en su última colaboración con la marca- es la absoluta protagonista de una de las exposiciones más visitadas en el Museo Guggenheim de Bilbao. Convertida en verdadero icono cultural a nivel global, en las últimas siete décadas, Yayoi Kusama se ha consagrado a su visión vanguardista con convicción, perfeccionando su visión estética, que es fiel reflejo de su filosofía vital. Como acostumbra a decir la propia artista: “¿Qué significa vivir una vida? Me pierdo en este pensamiento cada vez que creo una obra de arte”.
Esta exposición va más allá de una simple trayectoria. Busca centrarse en las cuestiones existenciales que impulsan las exploraciones creativas de la artista y escritora japonesa. A través de sus pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones y material documental sobre sus performances, la muestra ofrece un análisis en profundidad de su práctica, desde los primeros dibujos que realizó siendo adolescente durante la Segunda Guerra Mundial hasta sus últimas instalaciones inmersivas con espejos.
Organizada siguiendo criterios cronológicos y temáticos, Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy aborda los seis temas clave que atraviesan la vida de la artista: ‘Infinito’, ‘Acumulación’, ‘Conectividad radical’, ‘Lo biocósmico’, ‘Muerte’ y ‘La energía de la vida’. Estos temas interrelacionados aparecen y evolucionan dentro del universo obsesivo de Kusama, quien lleva décadas agitando la escena artística y la sociedad para favorecer la “sanación de toda la humanidad”.
Yayoi Kusama. Sala de espejos del infinito – Un deseo de felicidad humana llamando desde más allá del Universo (Infinity Mirrored Room – A Wish for Human Happiness Calling from Beyond the Universe, 2020. Espejos, madera, sistema de iluminación LED, metal, panel acrílico. 293,7 × 417 × 417 cm. ©YAYOI KUSAMA. Cortesía de Ota Fine Arts.
Algunas claves para entender a Yayoi Kusama
Autoretrato
El trabajo de Kusama se fundamenta en la auto-afirmación, la auto-destrucción, la auto-promoción, la auto-invención, lo auto-referencial y el autorretrato, incluso en aquellas creaciones donde la representación de su propia imagen resulta menos explícita. Esta sala reúne algunas de las pinturas y dibujos realizados por Kusama dentro del género del autorretrato, que ocupa un lugar destacado en su producción.
Esta sección comienza con Autorretrato (1950), un cuadro oscuro donde un girasol de un tono rosa carne flota sobre una boca humana, y es una de las primeras obras que recibió ese título; preside el espacio su Retrato (2015), en el que Kusama dispone algunos de sus característicos motivos —lunares, calabazas, redes y formas tentaculares— en una composición construida como un collage y dominada por una hierática figura.
Infinito
Kusama creció en un vivero de semillas rodeada de inmensos campos de flores. Sin embargo, en 1957 mientras sobrevolaba el Pacífico durante su primer vuelo a EE. UU., la visión del océano le inspiró sus bien conocidas pinturas de Redes de infinito. En esta serie, los lienzos están totalmente cubiertos, de manera obsesiva, de minúsculos arcos pintados en un rápido gesto, creando un patrón expresionista de redes y puntos interconectados. La pincelada libre contrasta con la reiteración del motivo, que impide identificar el inicio y el fin de este universo sin jerarquías, cuyas dimensiones fueron ampliándose dentro de la producción de Kusama hasta lograr que el público se viera inmerso en la infinitud de sus instalaciones.
Acumulación
En el arte de Kusama, el concepto de acumulación no es simplemente una tendencia obsesiva y compulsiva, ni un deseo innato de reiteración, sino que puede interpretarse como un afán de expansión impulsado por la necesidad de la artista de ampliar su visión creativa.
Tras crear las’ Redes de infinito’, Kusama desarrolló ‘Acumulación’, una serie de collages realizados con fragmentos reutilizados de papel y esculturas blandas de formas reiterativas. En estas piezas, un objeto cotidiano, como una silla, queda transformado al acumular sobre él gran cantidad de formas fálicas y tubulares de tela rellena y cosida, que hacen desaparecer el propio objeto y su función. Poco a poco, el deseo compulsivo de multiplicar estas formas blandas llevó a Kusama a expandir su visión a las habitaciones de espejos del infinito, que comenzó en 1965, y a las telas plateadas o estampadas que realiza durante los años setenta y ochenta, como ‘Acumulación de manos’, donde un sofá y unas sillas están cubiertos de cientos de guantes plateados.
Yayoi Kusama. Auto-obliteración (Self-Obliteration), 1966–1974. Pintura sobre maniquíes, mesa, sillas, pelucas, bolso, tazas, platos, cenicero, jarra, plantas de plástico, flores de plástico, frutas de plástico. Dimensiones variables. M+, Hong Kong. © YAYOI KUSAMA
Conectividad radical
A finales de la década de 1960, la lucha en favor de los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam genera una atmósfera de contracultura en la que Kusama desarrolla una práctica centrada en la acción pública y la performance. La artista denuncia los estereotipos de raza y género, critica la política belicista estadounidense y atrae la atención de los medios con sus provocadores happenings, especialmente los protagonizados por cuerpos desnudos cubiertos con lunares, que son actos de “auto-obliteración”.
Este es un concepto fundamental en la filosofía de Kusama, que representa la liberación del yo como forma de sanación grupal y que conecta profundamente a las personas, especialmente quienes viven en los márgenes de la sociedad. La artista japonesa recurre al poder de los medios para difundir su filosofía e intensificar su visibilidad y notoriedad.
Biocósmico
¿De dónde nace su obsesión por los lunares? Yayoi Kusama nos da la respuesta: “Nuestra tierra es solo un lunar entre los millones de estrellas del cosmos. Los lunares son un camino al infinito. Borramos la naturaleza y nuestros cuerpos con lunares, nos integramos en la unidad de nuestro entorno.”
Su infancia cerca del vivero de plantas de su familia hizo que la artista japonesa sintiera un profundo vínculo con la vida orgánica, que la artista considera que está conectada con la dimensión y el espacio del cosmos. ‘Lo Biocósmico’ expresa su creencia de que lo terrenal y lo celestial son lo mismo. De niña comienza a observar la anatomía de las plantas, sus ciclos de vida y la unión entre el cielo y la tierra. Tal vez la imagen de lo biocósmico más constante en su obra sea la de sus distintivas calabazas, de superficies caprichosamente onduladas y moteadas, que Kusama identifica con un espíritu vegetal benévolo y como reflejo de su propia alma. Su postura respecto a la naturaleza ilustra cómo Kusama expresa su alienación del mundo y su necesidad expansiva de entrar en comunión con el cosmos.
Yayoi Kusama. Calabazas (Pumpkins), 1998–2000. Técnica mixta. 6 piezas, dimensiones variables © YAYOI KUSAMA
Muerte
“Lo que la muerte significa, sus colores y su especial belleza, la quietud de sus pisadas y la ‘nada’ después de la muerte. Ahora me encuentro en una fase en la que creo arte para el reposo de mi alma, aceptando todo esto”, asegura Kusama en la exposición del Guggenheim de Bilbao.
El trabajo de Kusama transcurre constantemente en el umbral entre la vida y la muerte. Una niñez rodeada de la efímera existencia de las plantas en el vivero familiar, la adolescencia marcada por la guerra y sus consecuencias, y especialmente la muerte de su padre y de su amigo íntimo Joseph Cornell a mediados de los años setenta, llevaron a la artista a considerar que la muerte no es el punto final, sino otra fase de la existencia que puede dar origen a una nueva. En ocasiones, en su lucha creativa y en medio de la desesperación, Kusama anhela liberarse de lo que describe como el “lánguido peso de la vida”. Sin embargo, a través de su práctica artística y literaria transforma ese deseo en una suerte de fantasía terapéutica, en una recompensa espiritual en la “solemne belleza” de la muerte y en la pérdida del ego como retorno a la eternidad.
La fuerza de la vida
Hacia 1988, el arte y la psique de Kusama experimentan un cambio importante. Con la llegada del ansiado y merecido reconocimiento público, tanto de sus exposiciones internacionales como de sus publicaciones, elogiadas en los círculos literarios de la vanguardia, el poder sanador del arte y la celebración de la vida se convierten en los temas centrales de su producción. Como afirmó en 1999, Kusama llegó a creer que su función consistía en transformar su sufrimiento a través del arte “para la sanación de toda la humanidad”. En el nuevo milenio, la artista japonesa quiere amplificar este mensaje. Por ello, las coloridas pinturas y esculturas de una de sus últimas series, Mi alma eterna (2009–) y Ruego todos los días por el amor (2021–hoy), suponen, tal vez, la culminación de este compromiso.
La exposición “Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy” permanecerá abierta al público hasta el próximo 8 de octubre.
Diversidad e inclusión. Estos son los valores que la plataforma 080 Barcelona Fashion ha querido destacar en su última edición celebrada en el Recinto Modernista de Sant Pau. Y lo ha hecho de forma evidente, reforzando en el cásting de modelos, una amplia pluralidad de cuerpos que no entienden de morfologías, tallas, funcionalidades, edades o pieles que muestran toda su riqueza de color y texturas. Si la moda es un reflejo de la sociedad, la diversidad está en el orden del día, se aprecia visiblemente en la calle y no puede ser tratada como una excepción. Por eso, la pasarela catalana también ha animado a diseñadores y marcas, a ejercer el poder de favorecer este cambio real y, al mismo tiempo, a hacerse cargo de los diferentes desafíos y retos de una sociedad cambiante y diversa.
En esta dirección, la pasarela catalana ha dado un paso más allá al acoger el primer desfile de moda inclusiva en España, a través de la marca Free Form Style. Una iniciativa de sensibilización del Gobierno sobre la neutralidad corporal y la diversidad funcional que se enmarca dentro de un plan de acción para combatir la presión estética. Fundada en 2019 por Marina Vergés y Carolina Asensio, Free Form Style se posiciona como una marca valiente que apuesta por la comodidad sin renunciar a la elegancia. También es pionera en diseñar moda adaptada a personas con diferentes discapacidades con la premisa de dignificar todo tipo de cuerpos porque la moda otorga ese poder de ensoñación y ayuda a fomentar la autoestima de todos los colectivos.
Gratacós colaboró en el desfile de moda inclusiva
En su debut en el 080, Free Form Style se alió con Manuel Bolaño que se encargó de crear todos los diseños de los 16 modelos que desfilaron, entre ellos las atletas paralímpicas Desirée Vila y Sarai Gascón. En esta primera colección, Bolaño estudió cuidadosamente los patrones y los adaptó a las necesidades específicas de cada persona, teniendo en cuenta la diversidad física y las posibles dificultades en el vestir: cremalleras laterales colocadas estratégicamente, aberturas sorprendentes para evitar rozaduras incómodas o pequeños detalles que facilitan la acción de poner y sacar una prenda de ropa.
Gratacós también aportó su granito de arena en esta acción de sensibilización y cedió todos los tejidos a la marca y al diseñador, para que pudieran idear la colección dando rienda a la creatividad para transformar los tejidos en diseños sorprendentes. En la pasarela se mostraron espectaculares Jacquards de cuadros de tonalidades vibrantes, motivos de pata de gallo, encajes, bordados y transparencias que otorgaban sensualidad y también lentejuelas para aportar ese punto de luz que añade vistosidad. Todos estos tejidos se exhibieron en la colección debut ‘Just a perfect day’. Una propuesta que sigue los principios de la sastrería inglesa y está influenciada por los movimientos punk y new romantic, creando piezas funcionales y cómodas para vestir la diversidad, pero sin olvidar la fantasía porque como defiende Free Form Style, “tener una discapacidad no significar no poder ir a la moda”.
Un escaparate especial
Para dar más visibilidad a esta acción y fomentar los diseños expuestos en la pasarela 080, este mes de mayo Gratacós ha dedicado el escaparate de nuestro espacio de Barcelona a la moda inclusiva. Así, nuestros maniquís se vestirán con algunos modelos de la colección debut que Manuel Bolaño ha realizado pensando en las personas con diversidad funcional. Os animamos a visitar nuestro espacio y contemplar de cerca estos diseños que aúnan comodidad con fantasía.
Marrón. Ya de entrada suena feo y antipático, desencadena alguna burla y en general, representa un color poco apreciado: Sólo el 1% de las personas reconocen tenerlo como favorito, siendo la tonalidad que más rechazo genera entre la población. A nivel psicológico, el marrón tiene connotaciones negativas porque se asocia con lo viejo y anticuado, a la pobreza, a la suciedad o a la cotidianeidad. Lo ordinario se representa de marrón. Lo discreto también porque el marrón, al ser la mezcla de los colores primarios, pasa desapercibido. Estas asociaciones mentales se relacionan con la historia de la vestimenta y el uso que se le dio en el arte, a este menospreciado color. A pesar de ello, el marrón también tiene un reverso luminoso: representa la tierra y está presente en la naturaleza, a través de la flora y la fauna. En diseño y decoración, el marrón es muy apreciado porque remite a la calidez, al recogimiento y al bienestar. Los ambientes rústicos, con gran presencia de maderas, pieles y barro y arcilla son de tonalidades pardas. A continuación, os explicamos algunas curiosidades de esta reservada tonalidad imprescindible en otoño, la estación que psicológicamente asociamos al marrón.
El origen del marrón
El marrón siempre ha estado ahí, y abunda a nuestro alrededor. Estos tonos son muy comunes en la naturaleza: las cortezas de los árboles, la piel y el pelo de los animales, la tierra arcillosa, los suelos áridos, los flujos del lodo… El marrón representa la madre tierra, donde emana con toda su fuerza, su naturaleza, y, por lo tanto, la vida y la muerte. La madurez es marrón por eso en otoño, este color resplandece en toda su intensidad. Las flores pierden su juventud y las hojas se tiñen poco a poca de esta tonalidad para anunciar el fin de su ciclo.
Etimológicamente, el nombre del color es un galicismo. Remite a “marron” que significa castaña en francés. Esta palabra se introdujo a mediados del siglo XIX para designar a lo que antes se conocía como castaño. Fue tanta la aceptación y el uso entre la población del término que se introdujo al diccionario normativo en 1927. Por lo tanto, no hace ni un siglo que nuestra lengua ha aceptado la palabra marrón para designar al color castaño o pardo. A pesar de ello, hoy en día seguimos usando el viejo adjetivo para nombrar al pelo y cabello que no es ni rubio ni moreno.
El color de la humildad y la pobreza
Históricamente, el marrón siempre ha sido un color abundante, fácil de producir y en muchos casos, representaba los tejidos sin teñir a través de piezas elaboradas de borra y pelo de cabra, ciervo y liebre hilados con lino y cáñamo crudos y parduscos. Por lo tanto, la ropa de color marrón era la original y no necesitaba ningún tratamiento añadido. Desde la Grecia Clásica y prácticamente hasta finales del siglo XVIII, las piezas de ropa de colores luminosos como el rojo, el azul de ultramar, el verde o el amarillo dorado eran símbolo de estatus -eran colores caros de producir- y estaban reservadas a las clases privilegiadas. Las prendas sin teñir mostraban claramente una condición inferior y por eso, las clases populares las usaban con frecuencia, siendo el marrón el color vinculado con la sencillez, la humildad y la pobreza. Por ejemplo, en la Antigua Roma, la ropa marrón se asociaba con los pobres o los bárbaros -aquellos pueblos que no dominaban las artes tintoreras-. El término que se utilizaba para dirigirse a los plebeyos era “pullati”, que significa literalmente aquellos vestidos de marrón. En la Edad Media, se consideraba el marrón como el color más feo del espectro porque era el color que vestían los campesinos, los siervos, los criados y los mendigos. También representaba un color abundante, corriente y vulgar, valores opuestos a la opulencia de la nobleza. Por lo tanto, el marrón se veía como un color mundano, asociado a la muchedumbre, la turba y por qué no, a la suciedad. Heces, lodos y betunes son marrones y rodeaban frecuentemente la plebe.
Si el marrón también representaba símbolo de la humildad, no era de extrañar que los primeros monjes cristianos utilizaran este color para predicar una vida sencilla, alejada de toda clase de lujos. Cuando se establecieron los colores para las distintas órdenes, los colores pardo y gris vestían a los monjes que hacían voto de “máxima pobreza” como los franciscanos conocidos por sus túnicas marrones como símbolo de humildad cristiana. El marrón fue también, durante siglos, el color del luto de los pobres porque los tejidos teñidos de color negro resultaban inaccesibles para las clases más populares.
Un cambio de concepción
El ideal estético de los colores vibrantes duró mientras se mantuvo el elevado el coste de los tintes luminosos. Este paradigma empezó a cambiar a partir del siglo XVIII cuando se pudo teñir por primera vez los colores puros (rojo, azul y verde eran los más valorados) a precios razonables. Este hecho cambió el sistema de valores: los colores puros se consideraron entonces simples, y el arte del tintorero se transformó en el arte de mezclar tintes. De ahí surgió, en la época rococó la predilección por los colores pastel, y la introducción del castaño como color de moda entre la nobleza. Para obtener el codiciado marrón se teñían varias veces con diversos colores, unos después de otros, para obtener un tono más variado. Por ejemplo, Luis XVI sentía predilección por los colores pulga (los llamaba, coleurs de puce) con matices muy variados: pulga vieja, pulga joven, espalda de pulga, cabeza de pulga, pierna de pulga… Todos se reverían a un tipo de marrón distinto.
Goethe por otro lado, consideraba los colores puros como algo desdeñable, puesto que eran difíciles de combinar en la vestimenta de las personas sofisticadas: “El uso de colores enteros sin duda tiene muchas limitaciones; en cambio, los colores como sucios, muertos, los llamados colores de la moda, muestran muchísimas gradaciones y matices, la mayoría de los cuales tiene su gracia”, decía. Los “colores sucios” eran todos los tonos marrones, y los “colores muertos” se refería a los que se oscurecían de negro con sus distintas variaciones que eran más versátiles. Es así, como progresivamente la cultura alemana le dio un vuelco total al significado del marrón. De la plebe y la marginación pasó a representar la cultura y el buen gusto de las clases altas.
El marrón en el arte
Aunque el marrón se ha utilizado en el arte desde tiempos prehistóricos, esta tonalidad raramente su usaba en el arte hasta el Renacimiento. En la Edad Media, por ejemplo, los artistas preferían colores brillantes y distintivos para pintar cuadros o ilustrar libros religiosos. En los siglos XVII y XVIII el marrón tuvo un mayor uso. Caravaggio y Rembrandt usaron varias tonalidades de marrones para crear efectos de claroscuro, donde el sujeto se distinguía de la oscuridad. Rembrandt también agregó sombra a las capas de tierra de sus pinturas porque promovió un secado más rápido. El artista comenzó a usar un nuevo pigmento marrón, llamado Cassel earth o colonia tierra. Este era un color de la tierra natural compuesto por materia orgánica, como el suelo o la turba. Fue utilizado por Rubens y Anthony van Dyck, y más tarde se hizo conocido comúnmente como marrón Van Dyck. Los impresionistas franceses del siglo XIX no fueron muy adeptos al color en cuestión, en excepción de Paul Gauguin que creó retratos luminosos de color marrón de las personas y los paisajes de la Polinesia francesa.
Un color apreciado en moda
Tradicionalmente, se pensaba que la persona que vestía de marrón transmitía al mundo que quería pasar desapercibida. El efecto psicológico que causa es el de ser un color corriente, hasta mediocre. De hecho, existen aún normas adscritas en cuestiones de vestimenta que se remontan a este imaginario de los colores. Por ejemplo, se dice que los ejecutivos de alto rango tienen prohibidos los trajes marrones porque desmerecen su estatus.
Más allá de ciertas creencias o tradiciones, la moda ha adoptado el marrón en su lecho y le ha dado infinidad de posibilidades. El marrón es un tono cálido y profundo, desprende magnetismo, es fácil de combinar, y por lo tanto se adapta a la perfección en infinidad de looks porque hace de su discreción, su mejor baza. No en vano se le considera un neutro como el blanco, el negro o el azul marino. A pesar de estar relacionado tradicionalmente con el otoño, el marrón este 2022 se ha llevado en primavera y en verano, a través de looks juveniles y frescos que han seguido algunas celebridades y prescriptoras de moda como Cardi B, Dua Lipa, Selena Gómez, Kendell Jenner o Rihanna. Llevarlo en versión total look ha sido también la preferencia de las grandes firmas de moda.
En Gratacós queremos mostrarte algunos de los tejidos clave de la nueva temporada en tonalidades marrones para demostrarte todo su potencial. También encontrarás otros artículos a precios rebajados. En nuestra tienda online los encontrarás disponibles.
En definitiva, el marrón nunca pasará a la historia de los colores más significativos, pero caminará de la mano de ella gracias a su naturaleza sencilla, versátil y discreta.
Volver, comenzar y estrenar. Estos son los verbos que nos apetecía poner en marcha después de liquidar la última temporada de invierno y presentar en Première Vision Paris, la nueva colección para la primavera que viene. En este limbo de la propuesta del pasado y la futura nos queda hablar del presente, en este caso de la colección primavera-verano 2022 que tenemos ganas de mostrar en todo su esplendor a través del catálogo, la tienda online y nuestro espacio físico en Barcelona.
A grandes rasgos…
Estrenamos temporada inspirándonos con una cita del historiador y filósofo israelí Yuyal Noah Harari: “Esta tormenta pasará, pero las decisiones que tomemos ahora podrían cambiar nuestras vidas en los próximos años”. Esta frase marca el rumbo de la colección porque, sin dejar de lado las contribuciones del pasado, nuestros ojos están fijados en el futuro y en el camino que tenemos que seguir para explorar nuevos territorios sin perder la identidad.
“Esta tormenta pasará, pero las decisiones que tomemos ahora podrían cambiar nuestras vidas en los próximos años” – Yuyal Noah Harari
En el contexto de incertidumbre que mantenemos desde el inicio de la pandemia, hemos visto que las personas se aferran a valores sólidos como la seguridad y la confianza. Por este motivo, las propuestas textiles que presentamos esta temporada se centrarán en artículos que tranquilicen, calmen, no decepcionen y, sobre todo, sean duraderos. No nos interesa lo frugal ni lo inestable. En esta temporada, el color es el catalizador que hará que los consumidores vuelvan al mundo del diseño y confíen en él. Por eso, el color es fundamental para dar forma a los tejidos y desempeña un papel clave en la definición de las nuevas propuestas. Desde los tonos neutros, hasta sus reversos más brillantes pasando por azules y verdes hasta los rosas y naranjas luminosos.
En líneas generales, os presentamos una temporada que nos gustaría que fuera tranquila, que rebose mucha calma, alegría y optimismo, pero siempre guiados por la necesidad de hacer productos que tengan en cuenta el medio ambiente y el entorno en el que vivimos. A continuación, os damos más detalles.
El color se suaviza
Esta temporada, los colores se oxigenan y pierden saturación para establecer mezclas armónicas y combinaciones emocionales, que calmen y tranquilicen. Destacan los tonos neutros, que incorporan destellos, transparencias y pequeñas pinceladas de color en azul, rosa, verde y amarillo. Las tonalidades suaves y delicadas aportan una visión contemporánea y se entienden desde la discreción, sin excesos ni añadidos.
Si hilamos fino, destacamos el color beige del papel de estraza o kraft, el blanco que nos ayuda a trabajar formas y volúmenes, y el negro que utilizaremos añadir sofisticación y crear total looks con diseños de gran impacto gráfico. Como tonos más alegres, dentro de esta paleta de coloraciones frescas, pero menos saturadas destacaremos el rosa millennial, el azul en su versión más multifacética, versátil y adaptable, y el verde que nos acerca a la naturaleza y sigue teniendo protagonismo en los tejidos de la temporada. Como contrapunte, destacar el optimismo del amarillo lima, el naranja atenuado y el coral que son perfectos para refrescar y para añadir luz a los artículos. Estos tonos se mezclan con una tonalidad antagónica: el turquesa en una combinación refrescante y singular.
Por último, el color también se trabajará de diferentes maneras: en versiones lisas, bicolor o multicolor para un efecto liberador y estimulante.
Tejidos abrazables y compromiso con la sostenibilidad
Esta temporada destacamos las fibras naturales que estén implicadas en la gestión de los recursos y también sintéticos reciclados y regenerados. En concreto, trabajaremos con algodones BCI, viscosas FSC, seda tussah, linos naturales sin tintar y poliésteres reciclados, algunos de ellos obtenidos a partir de botellas de plástico usadas.
En la colección primavera-verano 2022 queremos disfrutar de la simplicidad para un tipo de moda más cómoda, minimalista y hermosa. Para ello, utilizaremos gasas, voiles y organzas en tonos neutros, suavemente diferenciadas entre ellas, que definirán la ligereza de los tejidos. Queremos producir ese componente fresco y cariñoso, como un abrazo tierno. También trabajaremos con técnicas de fil coupé que nos conectan con un romanticismo moderno y tejemos estructuras con contrastes suaves para una belleza simple.
“Queremos disfrutar de la simplicidad para un tipo de moda más cómoda, minimalista y hermosa”
Dentro la colección destacamos popelín y satén mates de aspecto limpio, tejedurías clásicas, relieves gofrados e inspirados en el cartón de embalaje, Jacquares con estructuras geométricas en repetición rítmica, tweeds de verano con hilaturas gruesas y piqués para tejedurías estructuradas. Esta temporada el aspecto rústico también es protagonista y a través de los tejidos queremos conseguir una rusticidad táctil a través de hilaturas fantasía.
En materia de aspectos de los tejidos, esta temporada se imponen los tactos suaves. También acabados brillantes con iluminación clara, limpia y nítida y motivos satinados que imitan la cerámica. El brillo jugará con la luz para sorprendernos con cierto atrevimiento. Por eso hemos apostado por hilaturas brillantes en tejidos que serán versátiles.
La temporada también se caracteriza por propuestas de aspecto irregular a través de inspiradoras telas arrugadas y acabados naturales, con otras más ligeras como preciosas organzas que recubren el cuerpo creando volúmenes sin excesos, voiles que se trabajan en capas, gasas que proporcionan las transparencias adecuadas y sensuales satenes de algodón ya sean lisos o estampados.
Diseños depurados que no renuncian a los jardines florales
En líneas generales los tejidos se expresarán sin excesos decorativos a través de geometrías serenas y contrastes visibles, pero sin ruido visual. No es una temporada ni de excesos ni estridencias, todo lo contrario. Nos inspira el estilo étnico y folk desde un punto de vista estilizado y depurado. En materia de estampados hay tejidos que dan la bienvenida a los trazos abstractos con detalles de pinceladas. También las rayas con trazo de manual y persisten los cuadros, pero en su versión más libre.
En primavera no pueden faltar las flores, y esta temporada tampoco será una excepción. Un paseo por los jardines campestres nos trae inspiraciones renovadas para una nueva vuelta creativa a estos estampados que utilizan flores y hojas, escogidas por sus formas particulares, inspiradoras texturas y colores sorprendentes.
Por último, destacar que continuamos con nuestro compromiso con la sostenibilidad que ya empezó en temporadas anteriores y ha llegado para quedarse. Nuestra colección utiliza hilaturas regeneradas y recicladas con certificados europeos y eso ayuda a reducir la huella ambiental de la producción textil: algodón BCI, algodón regenerado, seda tussah, lino, viscosa FSC, poliéster New Life y reciclado, son algunas hilaturas presentes en esta nueva colección primavera-verano 2022 que acabamos justo de inaugurar. Estrenar, este verbo que tanto nos gusta…
¡Te invitamos a que descubras toda la colección en nuestra shop online!
¿Cómo te imaginas moda del futuro? Es curioso como esta cuestión siempre ha estado en el imaginario de muchos diseñadores del siglo XX que han ideado una forma propia de concebir ropa adelantada a su tiempo, influenciados por la literatura, la pintura, el cine o la ciencia. A través de diseños punteros, volúmenes imposibles, tejidos sorprendentes y materiales innovadores, los creadores más punteros han construido una visión personal de la moda del mañana. Algunos des de la nostalgia retro, otros desde el optimismo de la carrera espacial que contrasta a su vez, con la revisión de las distopías más catastróficas y apocalípticas que sostiene el diseño futurista de otros modistos contemporáneos. En pleno siglo XXI, las innovaciones tecnológicas, los entornos digitales y los universos virtuales como el metaverso han abierto nuevas puertas de expansión y crecimiento a la industria de la moda, transformando algunos de sus cimientos. A su vez, este desarrollo tecnológico ha permitido el florecimiento de nuevas visiones entorno a cómo concebimos la moda del futuro -que no es más que la del presente- con singulares creaciones que son un reflejo de la sociedad actual. Repasamos algunos de los momentos históricos y los nombres propios de la moda futurista para entender hacia dónde va la moda que ansía vestir el mañana.
Los primeros movimientos futuristas
El futurismo como término nació a principios de siglo con el movimiento artístico de vanguardia vinculado con Tommaso Marinetti. El poeta italiano publicó el 20 de febrero de 1909 en Le Fígaro su ‘Manifiesto futurista’, donde expresaba sus valores y experiencias celebrando la era de la máquina. Su visión se oponía a la burguesía del momento a través de conceptos como la velocidad, la fuerza, y el dinamismo. Para Marinetti, el futurismo era sinónimo de “movimiento orientado hacia el futuro”. Más allá de la literatura y el arte, este movimiento influenció también la moda. Artistas como Giacomo Balla fue uno de los encargados de traducir los ideales futuristas de Marinetti a la ropa y Vincenzo Fanni, bajo el pseudónimo de Volt, daría alas a la vestimenta femenina en su manifiesto de 1920. Entre algunos de sus escritos destacan frases como: “La moda femenina nunca puede ser lo suficientemente extravagante” o “Vestidos que provocan sorpresas y transformaciones, equipados con resortes, aguijones, lentes de cámara, corrientes eléctricas, reflectores, aerosoles perfumados, fuegos artificiales, preparaciones químicas y miles de artilugios. Una última cita: “En la mujer podemos idealizar las conquistas más fascinantes de la vida moderna. Transformaremos a la dama elegante en un verdadero complejo tridimensional vivo”. Unas declaraciones que se anotaron hace un siglo y que serviría de punto de partida para muchos de los diseñadores de mitad del siglo XX que, dejarían las visiones utópicas de sus antecesores para pasar a la acción: experimentar con diseños que reflejen este espíritu de modernidad.
La moda de la carrera espacial
El diseño futurista vinculado con el espacio tuvo su máximo esplendor en los años 60 coincidiendo con el pulso por liderar la carrera espacial que mantenían Estados Unidos y Rusia en plena Guerra Fría. El lanzamiento del Sputnik en 1957, la conquista de la luna en 1969… fueron algunos hitos históricos que marcaron un auténtico furor por la moda que se inspira en el espacio, las heroínas de ciencia ficción y los viajes intergalácticos. Jane Fonda caracterizada como la seductora Barbarella inmortaliza uno de esos looks espaciales de la década. La moda futurista de los años 60 fue liderada por André Courrèges, Pierre Cardin y Paco Rabanne. Los padres de “las damas del espacio” o de las “Cosmic Girls”. Se caracterizó por siluetas pop (minifaldas, minivestidos, silueta A, cuellos cerrados, botas altas con plataforma, cascos…), texturas de vinilo, tejidos tecnológicos, destellos metalizados y mucho color plata para expresar cromáticamente la moda galáctica. Este estilo y la propia corriente era utópica y optimista porque auguraba un mundo mejor, más racional pero también más creativo. Más allá del auge de la carrera espacial, esta tendencia coincidió con el boom del prêt-à-porter que lo popularizó con modelos producidos en serie que imitaban los diseños espaciales de los padres de la moda futurista.
Más fantasía en la década de la opulencia
En los excesivos años 80, la ciencia ficción y la temática espacial volvió a despertar el interés de las exclusivas casas de moda, aunque cada diseñador adaptó el estilo futurista a su propio discurso. El futuro se podía percibir como algo utópico y brillante, rescatando el espíritu de hace dos décadas, o bien, aterrador con una visión apocalíptica que vuelve a estar de moda actualmente. Uno de los máximos exponentes fue Thierry Mugler, recientemente fallecido. El diseñador francés fue un visionario, cuyos diseños dramáticos y fantasiosos, transformaron el vestuario femenino con seducción y personalidad que reflejaban el poder de la mujer. Mugler reivindicó el power dressing a través de nuevos materiales como látex, el PVC, la fibra de vidrio, el caucho y siluetas escultóricas que ceñían el cuerpo de la mujer y lo ensalzaban. Hombros voluminosos, cinturas extremadamente ceñidas, metalizados, acabados innovadores una concepción intemporal y futurista de la moda, sumado a la provocación como arma, consiguieron ponerlo en primer plano, así como él lo hizo con el empoderamiento femenino. De Mugler son también los diseños inspirados en insectos, alienígenas o androides inspirados en los clásicos del género.
Firmas como Balmain, Margiela, Sies Marjan o Dior también han imaginado en colecciones y diseños concretos cómo sería la moda del mañana a través de tejidos iridiscentes y plateados, y haciendo claras alusiones a la nueva temática espacial: la conquista de Marte.
Las nuevas distopías del fin del mundo
La pandemia mundial también ha pasado factura en la industria a nivel creativo que ha visto en la incertidumbre, el hastío y el desconcierto nuevas pautas para idear una visión oscura de la moda del futuro. El estreno a su vez de clásicos de la ciencia ficción como ‘Matrix’ y ‘Dune’ o el auge de los videojuegos han inspirado las propuestas de Balenciaga, Rick Owens, Khaité y Ottolinger, entre otros diseñadores convirtiendo el estilo distópico en tendencia. La estética dark, entre gótica y ciberpunk, ha vuelto a resurgir con prendas características: abrigos largos, prendas de cuero, pantalones multibolsillos, botas militares y acabados brillantes y acharolados, siendo el negro de la cabeza a los pies el color que gobierna esta nueva interpretación de la moda futurista en su visión apocalíptica.
A todo ello hay que añadir la reciente irrupción del metaverso y la expansión de la moda virtual. En este nuevo paradigma, las marcas pueden vender activos digitales (NFT), es decir, sus propias colecciones para vestir los avatares de los usuarios hasta abrir una tienda u ofrecer un servicio de atención al cliente en esos universos virtuales. Aunque aún es temprano para analizar el impacto del metaverso, esta nueva realidad puramente digital, quizás inspirará la moda del futuro de los diseñadores del mañana.