Lazos, volantes, tonos pastel y vestidos baby doll se fusionan para elevar un estilo hiperfemenino de alma barroca que busca la artificiosidad. El maximalismo se despliega en todo su esplendor. Nos referimos a la estética coquette, cuyo reinado parece no vislumbrar su fin, al menos en esta temporada primavera-verano que acabamos de iniciar. Si bien esta tendencia no es realmente nueva, en los últimos meses ha alcanzado un nivel de viralidad notable en las redes sociales, específicamente en TikTok a principios de 2024. Con la etiqueta #coquette, esta plataforma de vídeos instantáneos, que cautiva especialmente a la Generación Z, acumulaba más de 18 mil millones de visualizaciones. Esta cifra supera con creces a su principal competidora, Instagram, que registraba cerca de 1,5 millones de publicaciones relacionadas.
Este fenómeno evidencia cómo una estética que parecía relegada al olvido, a excepción de ciertas tribus urbanas japonesas, resurge con fuerza y vuelve a situarse en el centro de atención de la moda actual. Ya sabemos que a la nueva generación de jóvenes les fascina el elemento nostálgico, en un fenómeno que los expertos han calificado como un revisionismo estético de tendencias del pasado.
¿Cómo se identifica el estilo coquette?
Entre todas las descripciones ofrecidas para definir este estilo que fusiona a la perfección feminidad, inocencia, dulzura y suavidad, destaca la proporcionada por la estilista Marisa Ledford en la revista People, quien lo describe como “un estilo hiperfemenino que hace referencia a la época victoriana de la Regencia, donde los vestidos de muñeca, los volantes, los lazos y los colores pastel son los elementos distintivos”.
Esta corriente experimentó un repunte en 2010, coincidiendo con dos fenómenos culturales que generaron gran interés durante meses y que, a su vez, alimentaron la industria de la moda: el estreno de la película ‘María Antonieta‘ de Sofia Coppola y el ascenso de Lana del Rey como uno de sus principales iconos de estilo. De hecho, la cantante y compositora volvió a estar en boca de todos recientemente gracias a la campaña que protagonizó para la firma Skims con motivo de la celebración de San Valentín. Esta campaña incluía todas las referencias que identifican a la corriente coqueta: lazos en abundancia, transparencias, gatos y tejidos delicados como el satén y el encaje.
Recientemente, otro fenómeno cinematográfico ha dado un nuevo impulso al estilo hiperfemenino y, de paso, hiperbólico: la película de ciencia ficción ganadora del Oscar, ‘Poor Things‘, que ha obtenido, entre otras distinciones, el premio al mejor vestuario. Esta película caracteriza a su protagonista, Bella Baxter, como una mujer victoriana con un guardarropa que revoluciona lo clásico al mantener una mirada contemporánea que se refleja en cada uno de los excéntricos y estimulantes looks en cuanto a forma, volumen, relieve y color. Creaciones como vestidos de volantes y mangas abullonadas, bombachos victorianos, largas batas de seda o fastuosos camisones dejan al espectador boquiabierto y recuerdan al estilo en cuestión: lo coquette engancha.
Por otro lado, el hecho de que esta tendencia siga más viva que nunca también queda corroborado por marcas de moda que hacen del estilo coquette su seña de identidad habitual. Por ejemplo, en su colección de primavera-verano 2024, Rodarte se inspiró en un jardín de flores y en las siluetas de la década de los 30. Asimismo, Simone Rocha presentó para la misma temporada lazos voluminosos, encaje, tul y flores como los grandes protagonistas de su colección, tanto en su propuesta femenina como masculina. No es necesario revisar las tendencias de las grandes marcas, ya que también los pequeños diseñadores apuestan por este estilo que realza la feminidad aniñada. Por ejemplo, las creaciones de Quique Vidal a través de Becomely, su alter ego en moda, o las fantasías de Anel Yaos. En la colección presentada el año pasado en la pasarela 080 Barcelona Fashion, había claras alusiones a esta estética en una propuesta que exploraba los sentimientos más personales a través de gasas, transparencias y tonos pastel.
Origen histórico de la estética
La palabra “coquette” proviene del francés y significa coqueta. Como estilo, toma elementos de la indumentaria del siglo XVIII, con una fuerte inspiración en el rococó tardío de la reina María Antonieta, de la cual incorpora elementos decorativos de la ropa como los moños y el encaje. De igual manera, se basa en el “infame” vestido chemise à la reine, una prenda generalmente confeccionada en algodón y utilizada como ropa interior, pero que María Antonieta transformó en muselina semitransparente, con volados en el pecho y las mangas, con el cual la reina decidió pasar sus días en el campo.
Quizás el elemento más icónico del estilo coquette, o al menos el más fácil de distinguir, es el lazo o moño, que se utiliza tanto en el cabello como en la ropa. Este uso se remonta a la moda del período romántico, a finales del mismo siglo XVIII y principios del XIX, cuando después de las revoluciones y el surgimiento de las Repúblicas, la feminidad volvió a ser relevante. Esto se reflejó en la vestimenta y en los adornos de la ropa como un elemento asociado con la clase social, ya que en su mayoría ya no había monarquías.
Una tendencia enraizada en la calle
A pesar de que estos orígenes se remontan varios siglos atrás, su llegada a la moda actual se enmarca en el revisionismo de la Generación Z, que ahora recurre a diversas estéticas de los años 90 y 2000. Otro factor que contribuye al triunfo de este estilo es cómo ha conquistado los looks urbanos. Así, lejos de saturarse, son las propias influencers y prescriptoras de moda quienes protagonizan las imágenes de street style más comentadas y, ciertamente, no parecen estar cansadas de esta tendencia. Durante la pasada temporada de desfiles, no era difícil encontrar referencias a esta corriente: lazos adornando todo tipo de prendas, ya sean más o menos extravagantes, más o menos románticas, presentes en el cabello e incluso adheridos al rostro, así como alusiones al universo infantil, como la combinación habitual de zapatos con calcetines de calados y lazos, y la paleta de colores pastel. Sin olvidar las alfombras rojas por las que desfilan las estrellas de Hollywood. De hecho, el estilo coquette también ha protagonizado algunos looks en la celebración de los Oscar 2024. Lo atestiguan los estilistas que vistieron a actrices como Ariana Grande, quien deslumbró en la red carpet con un modelo rosa abullonado con escote de palabra de honor y cola de Giambattista Valli Couture. También Chloë Sevigny y Sofia Vergara, quienes lucieron lazos coquetos en las after-parties de los Oscar.
En Gratacós, también hemos querido rendir nuestro propio homenaje al estilo coquette con una selección de nuestros tejidos de la nueva temporada, para que te inspires y puedas crear tus propios diseños dentro de esta estética tan femenina, fantasiosa y aniñada.
Un espectacular vestido de lentejuelas de la firma Acuamona.
Aunque apreciamos todos los tejidos por igual debido a su singularidad, reconocemos que existen ciertos artículos que resisten mejor la prueba del tiempo y se convierten en una inversión inteligente para cualquier época del año. Aprovechando las últimas semanas de descuentos de nuestra colección de invierno, Gratacós te presenta cinco artículos que no pierden su relevancia, a pesar de las efímeras tendencias. Además, ahora los puedes encontrar a precios más atractivos en nuestra sección outlet.
Tweed
Este tejido destaca por su extraordinaria riqueza en todos los aspectos imaginables: posee un legado histórico que se remonta a las Highland escocesas; es un comodín en constante evolución; resulta fácilmente reconocible a simple vista y se inspira en la elegancia clásica, al tiempo que exhibe un carácter camaleónico que le permite adaptarse a versiones más contemporáneas. ¿Qué más se puede pedir?
Se trata de un tejido con apariencia irregular, de tacto rugoso, textura calada y elástica, con patrones bien definidos como el houndstooth, windowpane y herringbone. Este artículo se presta al cosido y al planchado, ofreciendo una versatilidad que puede trascender los límites del género, o más bien, que no los tiene.
De origen modesto, el tweed proviene de Escocia y era un tejido común en la vestimenta de abrigo de las clases populares, utilizado en el campo para enfrentar las adversas condiciones climáticas. En el siglo XIX, la aristocracia inglesa encontró en este tejido su mejor aliado para llevar a cabo actividades campestres y deportes al aire libre. Quien supo conferirle un halo de glamour al tweed fue, sin duda, Coco Chanel, que a finales de los años 20 del siglo XX lo incorporó al guardarropa femenino en prendas que se han convertido en símbolos, como sus chaquetas cortas o faldas lápiz. Este tejido proporcionaba a la mujer de la época un extra de comodidad sin perder un ápice de elegancia.
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Mikado
El mikado es una joya textil que se distingue por su exclusividad y sofisticación, encerrando consigo una historia milenaria. Originario de Japón, este tejido ha logrado cautivar a diseñadores gracias a su singularidad y a su capacidad para transformar prendas aparentemente simples en auténticas obras de alta costura.
Empezamos por su nombre. Significa ‘emperador’ en japonés, un título que refleja su regio esplendor. El mikado se produce mediante un proceso especial de fabricación y acabado, confiriéndole así un aspecto lujoso y una estructura firme. Inicialmente destinado a la confección de kimonos imperiales y otras prendas ceremoniales, el mikado simboliza la nobleza y la elegancia. Dada esta rica carga simbólica, no sorprende que en la actualidad sea uno de los tejidos más utilizados y demandados en el ámbito nupcial.
El mikado se distingue por su estructura pesada y su superficie ligeramente brillante, proporcionándole un aspecto opulento y un tacto distintivo. Compuesto a menudo de seda, este tejido destaca por su suavidad y la capacidad para crear pliegues elegantes. Además, su habilidad para mantener su forma lo convierte en el tejido ideal para la confección de vestidos de alta costura que requieren volumen y estructura
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Lentejuelas
A este tejido no le hacen falta presentaciones. Las lentejuelas son las auténticas protagonistas del vestuario femenino, desplegando su resplandor a lo largo de décadas. Ya sea de día o de noche, en cualquier ocasión, las lentejuelas aportan luminosidad y se vinculan con el lujo y el glamour.
Su legado histórico se remonta a la antigüedad, cuando estas diminutas piezas brillantes se utilizaban en prendas de vestir en el Antiguo Egipto, añadiendo destellos a las vestimentas de esa época. Sin embargo, su renacimiento ocurrió en la década de 1920, durante la era del jazz y los vibrantes años veinte, convirtiéndose en símbolos de opulencia y sofisticación. Su apogeo llegó en la década de 1930, cuando las estrellas de Hollywood comenzaron a lucir vestidos decorados con este tejido en las alfombras rojas. Desde entonces, las lentejuelas han sido sinónimo de glamour y cierta extravagancia. Diseñadores de renombre mundial, desde Coco Chanel hasta Versace, han incorporado este brillante tejido en sus creaciones, consolidando su estatus como un elemento atemporal en la moda de lujo.
Lo que define a las lentejuelas es su capacidad para transformar cualquier prenda en una obra maestra de brillante elegancia. Estas pequeñas piezas, generalmente de metal, plástico o material reflectante, se cosen en patrones para crear un efecto visual deslumbrante. Su brillo, a menudo asociado con la luz de las noches de gala, ha sido un componente esencial en la moda nocturna y en la alta costura.
Hoy en día, las lentejuelas han trascendido las ocasiones festivas, conquistando la moda urbana con propuestas contemporáneas que se adaptan a cualquier estilo.
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Jacquard Floral
El Jacquard floral es una obra maestra textil que fusiona la destreza técnica con elementos inspirados en la naturaleza. Originario de Francia, este tejido se distingue por su elaborado patrón en relieve. La clave reside en su técnica, que lleva el nombre de Joseph Marie Jacquard, que ha dejado una huella distintiva en la historia de la confección de telas, convirtiéndose en un símbolo de lujo y sofisticación.
En el siglo XIX, su inventor introdujo una innovadora máquina de tejer que revolucionó la industria textil al permitir la creación de patrones intrincados y detallados. Esta tecnología pionera llevó la fabricación de telas a nuevos niveles, posibilitando la reproducción precisa de motivos ornamentales y diseños complejos.
Lo que hace único al tejido Jacquard es su capacidad para generar patrones en relieve con una variedad de colores y texturas. Este proceso se logra mediante la cuidadosa combinación de hilos de diferentes colores y tipos, creando una obra de arte tridimensional en cada hilo. La textura resultante es rica y lujosa, aportando una profundidad visual única a la tela. El Jacquard también ha ganado su lugar en el mundo de la moda gracias a su versatilidad en el diseño. Desde trajes de alta costura hasta prendas más informales, el Jacquard se ha extendido en una amplia gama de prendas que incorporan desde patrones geométricos hasta los motivos florales más exquisitos.
Añade un toque de romanticismo y feminidad a tus creaciones con estos Jaquards florales.
Pata de Gallo
El tejido pata de gallo es uno de esos clásicos atemporales que resiste las tendencias efímeras para convertirse en un símbolo de elegancia y estilo. Su historia se remonta al siglo XIX en Escocia, donde los tejedores locales lo crearon con esmero. Inicialmente conocido como houndstooth (dientes de perro), el patrón pata de gallo se distingue por bloques de forma abstracta que evocan las huellas de un gallo. Con el tiempo, este patrón trascendió las fronteras escocesas, convirtiéndose en un elemento icónico en la moda global.
Lo que confiere a los artículos con patrón pata de gallo su atractivo distintivo es su habilidad para combinar simplicidad y sofisticación. Compuesto generalmente por bloques repetitivos en blanco y negro, el patrón crea un efecto visual audaz y equilibrado. La versatilidad de este tejido se manifiesta en una amplia gama de prendas, desde trajes y abrigos hasta faldas y accesorios, adaptándose tanto a ambientes formales como a conjuntos casuales. Desde las pasarelas hasta las calles, la pata de gallo continúa siendo una elección elegante que evoca un aire de sofisticación clásica.
En Gratacós te recomendamos este tejido pata de gallo.
Peach Fuzz, el color elegido por Pantone para representar 2024. Foto: Cortesía de Pantone.
Pantone ha instaurado una tradición que los entusiastas del color esperan con fervor como antesala a las fiestas navideñas. Se trata de la elección de la tonalidad que marcará el rumbo de las tendencias en 2024 y que influirá en el arte, el diseño, la moda, la decoración o la publicidad, entre otras disciplinas creativas dirigidas por profesionales que se nutren de las últimas novedades del mercado, también cromáticas.
Un color sincero, tierno y empático
Siguiendo su vocación de bautizar los colores con nombre sutilmente sensuales, Pantone ha elegido el ganador para el año que viene. El color en cuestión se llama Peach Fuzz 13-1023 y es una tonalidad melocotón que evoca sinceridad y ternura, y transmite, según la autoridad mundial en cuestiones de colorimetría, un deseo de cuidar de nosotros y de los demás. Una tonalidad suave y aterciopelada cuyo espíritu envolvente enriquece la mente, el cuerpo y el alma. Así lo explica Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute, en un comunicado sobre el color que lo teñirá todo en 2024. “Buscábamos una tonalidad que expresara nuestro deseo innato de cercanía y conexión, así que escogimos este radiante color que rebosa calidez y elegancia moderna. Es un color que despide empatía, nos arropa en un abrazo que casi podemos sentir y aúna con toda naturalidad lo juvenil con lo imperecedero”. Este tono cálido y reconfortante estimula el deseo de unión con los demás o de tener momentos de quietud, y la sensación de protección que esto genera.
El tono de la calma y de la paz interior
Según Pantone, Peach Fuzz 13-1023 es una atractiva tonalidad amelocotonada, cuidadosamente equilibrada entre el rosa y el naranja, que inspira pertenencia, relajación y la oportunidad de cuidar, evoca calma y ofrece un espacio en el que se puede vivir, sentir, sanar y prosperar. Por lo tanto, el color de 2024 es reconfortante y fomenta la paz interior y el bienestar. Peach Fuzz 13-1023 tiene tanto de idea como de sensación y estimula todos los sentidos, ya que hace percibir su tactilidad y envuelve a las personas en su calidez.
Un tono moderno que se refugia en la nostalgia
Peach Fuzz 13-1023 es un color dulce y ligero que evoca una nueva modernidad. Se centra en la experiencia humana de enriquecer y cuidar de la mente, el cuerpo y el alma, pero también es un tono melocotón sutilmente sofisticado, moderno y profundo, con una luminosidad suave pero efectiva que llena de belleza el mundo digital. Un tono amelocotonado, poético y romántico que transmite limpieza y una sensación vintage, Peach Fuzz 13-1023 refleja el pasado, pero reimaginado para ambientes modernos. Esta última característica la hace especialmente interesante para el mundo del diseño y la decoración.
El significado del color en un contexto inestable
El Peach Fuzz 13-1023 es el color que substituye el Viva Magenta, que fue elegido como color de 2023. Lo defendían así: “Un tono arraigado en la naturaleza que vibra con energía y vigor. Que desciende de la familia roja y expresa una nueva señal de fuerza”. Así, ahora pasamos de la fuerza a la calidez.
“Cuando nuestra vida se ve afectada por la inestabilidad, crece aún más nuestra necesidad de cuidar y de tener empatía y compasión, así como de imaginar un futuro que traiga más paz”, explica de nuevo Laurie Pressman sobre el significado del color que veremos en los próximos meses a lo largo y ancho de todo Instagram y de tableros de Pinterest, así como, probablemente en las próximas tendencias tanto de moda como de decoración. “En un mundo en el que se suele enfatizar la productividad y los logros externos, es crucial reconocer la importancia de cuidar de nuestro interior y buscar momentos de calma, creatividad y conexión con otras personas en medio del ajetreo de la vida moderna”, añade la vicepresidente del Pantone Color Institute. Valorar los vínculos, el cariño y el hogar: “El color que hemos seleccionado tenía que expresar nuestro deseo de estar cerca de nuestros seres queridos y la felicidad que sentimos cuando conectamos con nuestro propio ser y disfrutamos de un momento de quietud a solas. Tenía que ser un color que transmitiera una calidez envolvente y un mensaje de compasión y empatía”, argumenta Laurie Pressman.
25 años marcando tendencias en color
En 2024 se cumplirán 25 años desde que Pantone Color Institute empezó a poner el color en el mapa sensorial y creativo del año siguiente. Fue en 1999 cuando el programa educativo Pantone Color of The Year involucró a la comunidad del diseño de todo el mundo en una conversación en torno al color. “Queríamos poner énfasis en la relación entre la cultura y el color para destacar ante nuestro público cómo lo que está ocurriendo en nuestra cultura global se expresa y refleja a través del lenguaje cromático”, explica de nuevo Pressman. En esta primera sesión salió un claro vencedor: el azul cerúleo (Pantone 15-4020), una tonalidad que volvió al estrado gracias a la película ‘El diablo viste de Prada’ y el célebre discurso de Meryl Streep sobre cómo funciona la industria de la moda. “Con los años, el programa Pantone Color of the Year se ha convertido en un referente cultural en todo el mundo y ha estimulado la imaginación de muchos diseñadores, marcas y consumidores”, explica Pressman.
Para llegar a la selección de cada año, el equipo de Pantone Color Institute recorre el mundo en busca de nuevas influencias cromáticas. Pueden encontrarse en la industria del entretenimiento (cine, series de televisión e incluso música), obras de arte y nuevos artistas. Por supuesto, en la moda y el diseño, pero también en lugares o conceptos más aspiracionales, como puedan ser destinos de viaje que empiezan a ser tendencia, estilos de vida, nuevas tecnologías y materiales, texturas o efectos (sí, como los filtros de Instagram) que generen interés o acaparen la atención de alguna forma.
Lo que comenzó siendo un catálogo con 500 colores que sirviese como guía para las artes gráficas ha crecido de tal manera que su influencia en las próximas tendencias se equipara a lo que la mayor celebridad del momento luzca en la portada de la revista Vogue. La guía Pantone cuenta ya con más de 2.000 referencias que se van actualizando cada 18 meses, con nuevos tonos más precisos que se van añadiendo a la lista.
Otra manera de contar la evolución como sociedad
El color desempeña un papel fundamental en la experiencia de las personas. Tiene una relación cercana con las emociones y la expresión de los sentimientos y en sus matices se aprecian también en cómo evoluciona la historia año tras año con sus ciclos de auge y descenso. El impacto del color también se nota en el mundo de la moda, en los colores de los cosméticos, en los artículos para el hogar, en el diseño automovilístico e industrial, y en los productos, embalajes, diseño multimedia e interiores de los comercios. “Nos complace enormemente haber estimulado a diseñadores y entusiastas del color de todo el mundo a contar sus historias a través del lenguaje cromático y a mostrar su creatividad en sus comunidades. Esperamos poder seguir haciéndolo durante muchos más años”, concluye Pressman.
Desde Gratacós también hemos querido hacer nuestro particular homenaje al Peach Fuzz 13-1023 con una selección de tejidos de colección en tonos melocotón para que vayas pensando un posible diseño para este 2024. Los encontrarás aquí: ¡Da rienda suelta a la imaginación!
Mircoles 22 noviembre 2023
Todas las fotos son del Museo del Traje CIPE.
¿Cuántos vaqueros tienes en tu armario? O, mejor dicho, ¿cuántas prendas elaboradas con denim? Seguramente, la cifra mental ocuparía dos dígitos si nos ponemos a contar el número de pantalones, faldas, vestidos, camisas y chaquetas que cuelgan de las perchas y están confeccionadas con el mundialmente conocido denim, sin lugar a dudas, el rey de las telas.
Los jeans, el denim y la ropa vaquera son algunos de los elementos más universales en la moda contemporánea. Estas prendas trascienden las barreras de clases sociales en todo el mundo y, aunque inicialmente surgieron como prendas utilitarias para las clases trabajadoras, con el tiempo se han convertido en artículos comunes que unifican todos los armarios.
Desde la pionera Levi’s, fundada en 1853, hasta las actuales marcas de pret-à-porter y las casas de lujo. Si tuviéramos que definir el siglo XX hasta la actualidad en una pieza, esta sería seguramente un par de vaqueros: ya sea un modelo con grandes rotos, elementos de patchwork y bajos desalineados, o el estiloso modelo que llevaba Kaia Gerber en Valentino para el desfile de Alta Costura Otoño-Invierno 2023-2024. En palabras de Pier Paolo Piccioli: “La fuerza no está en los estilismos, sino en las prendas”.
Conscientes del poder universal y concebidos como un símbolo de nuestra cultura contemporánea, el Museo del Traje ha querido rendir homenaje a los eternos vaqueros con la exposición ‘Jeans, de la calle al Ritz’.
Comisariada por Josep Casamartina i Parassols e Ismael Nuñez Muñoz de la Fundació Antoni de Montpalau y coordinada por María del Mar Belver, la muestra rinde homenaje al vaquero. ¿Cómo? A través de un recorrido por la historia del tejido denim, desde sus orígenes como material en el siglo XVIII, pasando por el nacimiento del jean a mediados del siglo XIX y su enorme expansión a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI, hasta sus infinitas variaciones formales y textiles, pero también simbólicas y sociales.
La propuesta incluye más de 200 piezas de indumentaria acompañadas de documentación gráfica y complementos procedentes de la Fundació Antoni de Montpalau, completados con préstamos de las colecciones privadas del coleccionista Josep M. Rovira, del archivo histórico de la marca Lois y del coleccionista Paco Sifre, así como de las empresas Jeanología y Evlox. Entre ellas destacan las firmas clásicas dedicadas a la confección de vaqueros como Levi Strauss, Lee, Lois o Pepe Jeans, pero también marcas como Cavalli, Armani, Kenzo, Paco Rabanne, Gloria Vanderbilt, Calvin Klein, Thierry Mugler, Jean Paul Gaultier, Dolce & Gabbana, Moschino, Versace, Gori de Palma o Christian Lacroix.
De Europa hasta los Estados Unidos. Los orígenes del denim
Los orígenes de este tejido se remontan a los siglos XVII y XVIII, hasta que a mediados del siglo XIX nace la prenda que toma el nombre del propio tejido. El denim es una sarga de algodón realizada con hilos torsionados muy resistentes y duraderos. Los inicios de la industria se sitúan entre Nimes —de aquí le viene el nombre— y Génova, donde estaban concentradas la mayoría de las fábricas que producían el tejido. El jean como tal no se “inventó” hasta 1860, cuando Levi Strauss comenzó a utilizar el tejido de sarga para confeccionar ropa de trabajo. Sin desvincularse de los Estados Unidos, la exposición sigue el transcurso de la historia y despoja al vaquero de su asociación exclusiva con la clase obrera, explicando cómo llegó a ser un símbolo de la masculinidad y, posteriormente, una prenda de empoderamiento femenino a través de su destacada difusión en el mundo del cine, la música o los movimientos urbanos.
La exposición también presenta un apartado sobre la producción de denim en Europa, con un tejido industrial de marcas dedicadas a la ropa vaquera que pronto alcanzarían una gran difusión internacional. De hecho, España fue uno de los productores más destacados, con empresas en Cataluña, Valencia, País Vasco y Castilla la Mancha.
Una metamorfosis constante
A partir de la década de 1970, el mundo de la moda adoptó el denim e lo integró sin complejos. La industria avanzó en la búsqueda de nuevos horizontes y dio lugar a innumerables variaciones en los tipos de prendas vaqueras. Es curioso que, aunque el jean nació para perdurar, a finales del siglo XX surgió el gusto por el desgastado y roto. De la misma manera, se utilizó para recrear versiones modernas de piezas históricas totalmente alejadas de la ropa utilitaria. Pinzas, drapeados, abullonados, tableados, estampados extravagantes y todo tipo de bordados inundaron el jean en el mundo del lujo. De hecho, la exposición también explica cómo las grandes marcas de lujo adoptaron el denim e introdujeron los jeans en el mundo del glamour, generando un universo denim caleidoscópico.
Precisamente, la muestra culmina con un “brunch en el Ritz”, donde se busca recalcar cómo el denim ha pasado a formar una parte destacada de la élite social. Con un guiño a la célebre cita de Yves Saint Laurent, que proclamaba “¡Abajo el Ritz!, ¡viva la calle!”, la exposición muestra cómo los jeans acabarían tomando el Ritz con derecho propio gracias a su enorme versatilidad y su papel de reyes absolutos de la calle.
La visión sostenible
Jeans, de la calle al Ritz’ también destaca un asunto incómodo. Más allá de ser el tejido más popular y duradero del mundo, el denim también posee un reverso oscuro: es el tejido que más demanda recursos hídricos. Para producir un solo pantalón vaquero se necesitan 3.000 litros de agua. En uno de los desafíos planteados para el nuevo siglo, la exposición también aborda, aunque de manera cautelosa, las implicaciones ecológicas del proceso de fabricación y la búsqueda de alternativas sostenibles para su producción.
‘Jeans, de la calle al Ritz’ estará abierta al público hasta el 17 de marzo de 2024.
Este noviembre, Gratacós rinde homenaje a la ilustración de moda y lo hace en primer lugar, renovando el escaparate de nuestro espacio en Barcelona que, con las décadas, se ha convertido en un punto de peregrinación para amantes de la moda y el arte.
El vibrante fucsia o pink shocking, el tono que inmortalizó Elsa Schiaparelli en París en los años 30, llama la atención a simple vista, seduciendo con su agresividad dulce pero impactante. La maniquí, que marca la estética del escaparate, va vestida de pies a cabeza con un intenso rosa fucsia en un interesante juego de texturas y relieves. Un exuberante tocado floral complementa un luminoso vestido de lentejuelas y una capa de Jacquard en relieve con motivos geométricos. Una obra visual del diseñador Juan Pedro López, colaborador habitual de nuestro escaparate. Le acompañan varias ilustraciones de la artista británica Lucy Davis, quien, junto con la periodista cultural Laia Beltran Querol, ha editado recientemente el libro ‘Sketching Fashion‘ de la Editorial Gustavo Gili.
‘Sketching Fashion’, una historia práctica de la ilustración de moda
Precisamente esta obra en color shocking pink resume de manera amena los hitos que han marcado la historia de la ilustración de moda, la primera disciplina artística en documentar la moda y, más tarde, en dictar tendencias.
El libro empieza desde los inicios históricos, cuando los grabados renacentistas se convirtieron en el primer medio de reproducción gráfica de la indumentaria, y sigue una línea cronológica que se desarrolla en varios capítulos que han dejado huella en la ilustración gráfica, como la aparición de las láminas de moda en las incipientes revistas literarias de finales del siglo XVII, las cuales informaban a los lectores europeos acomodados sobre las nuevas tendencias en el vestir. El libro también se enfoca en la gran transformación que vivió la ilustración de moda en el siglo XIX, cuando dio el salto a los periódicos y las emergentes revistas de moda, y luego el posterior auge que experimentó esta disciplina artística con el surgimiento de los maestros contemporáneos a principios del siglo XX, quienes elevaron la ilustración de moda a la categoría de arte. Por último, ‘Sketching Fashion’ también aborda los altibajos que ha enfrentado la ilustración en la era de la fotografía de moda y los desafíos actuales que enfrenta la disciplina en pleno siglo XXI, ante las amenazas de la digitalización y la inteligencia artificial.
Más allá de ser un libro histórico goloso de leer, ‘Sketching Fashion’ también deja al descubierto la trayectoria de 21 artistas contemporáneos que marcan la pauta de lo que es hoy en día la ilustración y destacan por su pluralismo y riqueza de estilos. Nombres destacados como David Downton, conocido como el “Leo Messi de la ilustración”, Cecilia Carlstedt, Malika Favre, autora del cartel de La Mercè 2021 en Barcelona, Bil Donovan, Jordi Labanda o Prince Lauder, entre otros talentos, que ofrecen a los lectores una mirada íntima sobre su arte y los hacen partícipes de sus creaciones. Lo más interesante es que cada autor también aporta reflexiones sobre el futuro de la ilustración.
Presentación del libro en el Museo del Diseño en Barcelona
‘Sketching Fashion’ es también un libro que guarda curiosidades, agradecimientos y experiencias compartidas, pero ante todo, busca ser un testimonio de la pasión por el arte y la ilustración de moda que une a Laia Beltran y Lucy Victoria Davis. Las autoras, quienes también están involucradas en el activismo cultural a través de la enseñanza, se conocieron en 2017 durante un desfile del 080 Barcelona Fashion, mientras Davis realizaba dibujos en vivo de algunos atuendos en la pasarela. La conexión entre ambas fue instantánea y a partir de ese primer encuentro profesional, se forjó una amistad que culminó con la publicación de este libro, el cual ahora también está disponible en Gratacós.
Esta anécdota y muchas otras se revelarán el próximo 14 de noviembre en el DHUB (Disseny HUB de Barcelona) con la presentación oficial de ‘Sketching Fashion’, la cual contará con los testimonios de dos de los protagonistas del libro, Jordi Labanda y Vicenç Moustache.
Talleres en directo en el aula formativa de Gratacós
Coincidiendo con el mes de la ilustración, Gratacós también acercará el talento de varios profesionales que impartirán en directo desde el aula formativa sus técnicas y conocimientos para aquellas personas interesadas en aprender sobre el dibujo de moda.
El primer taller lleva por título ‘We are fashion collage’ y será impartido por la periodista cultural Laia Beltran y la ilustradora Lucy Victoria Davis el próximo 21 de noviembre. Esta profesional del dibujo, de origen británico, estudió Bellas Artes, Historia del Arte y Diseño en la Universidad de Middlesex, donde inició una carrera en diseño gráfico y comunicación. Estos estudios la llevaron a dirigir un estudio de diseño en Londres y, finalmente, a trabajar como consultora de diseño y comunicación en Barcelona, donde reside actualmente.
El amor de Lucy por la moda y su pasión por el dibujo siempre han acompañado su carrera profesional, enfocándose en los últimos años en la ilustración de moda y, en particular, en el dibujo en vivo de moda en pasarelas como el 080 Barcelona Fashion o la Barcelona Bridal Fashion Week.
La talentosa ilustradora también ha destacado en publicaciones como Wedding Media International, TimeOut, Diari Ara y El País, y más recientemente en el sector nupcial, Novias España, NP Magazine y Casar-se a Catalunya.
El segundo taller lo dirigirá Joel Miñana y se titula ‘Taller de ilustración de moda’. Este joven creativo de la ilustración en vivo y apasionado del color se entusiasma por captar con rapidez todo lo que sucede a su alrededor: desde las tendencias en la semana de la Alta Costura de París, una fiesta en Madrid o una conferencia en Barcelona. Algunas de sus ilustraciones han aparecido en medios de comunicación, tanto impresos como audiovisuales, así como en los materiales de comunicación de grandes compañías como Chanel, Dior o Hermès.
Además de su faceta como docente, donde imparte clases y talleres, como el que realiza semanalmente en El Palace de Barcelona, Joel Miñana también es un experto en dibujar en vivo en eventos, desfiles y fiestas. Captura momentos más allá de las fotografías y los videos utilizando papel y tinta, otorgando valor a la artesanía, el tiempo y el savoir-faire. La ilustración en vivo le permite narrar escenas, retratar a los asistentes y dar espacio a anécdotas únicas.
¡Vuelven las cajas sorpresa!
Por último, una actualización adicional: en noviembre también regresarán las cajas sorpresa. Esta vez, duplicaremos la oferta al ofrecer dos tipos de cajas diferentes, una en color y otra en blanco, en dos tamaños distintos: una caja grande con 8 tipos de tejidos o una caja pequeña con 4 tipos de tejidos. El espíritu sigue siendo el mismo: un conjunto de tejidos especialmente seleccionados para encantar a quienes los adquieran e incluyen bordados, estampados, Jacquards, lentejuelas, y más. Estos tejidos provienen de colecciones anteriores, han sido seleccionados minuciosamente y combinados entre sí para garantizar una uniformidad cromática. Estas cajas estarán disponibles para su compra online y en nuestro espacio en Barcelona, e incluirán una fantástica ilustración realizada por nuestra compañera Irene, quien también es ilustradora de moda en su perfil de Instagram: @mintyrenillustration.
El mes de la Ilustración concluirá con un cóctel que reunirá a clientes y amantes de la moda y la ilustración el próximo 29 de noviembre en el espacio Gratacós en Barcelona. Pronto proporcionaremos más detalles sobre este último evento que pondrá el broche de oro a este pequeño homenaje a la moda dibujada.
Retrato de Yayoi Kusama. Cortesía de Ota Fine Arts, Victoria Miro y David Zwirner © YAYOI KUSAMA. Foto: Yusuke Miyazaki.
Se la considera una leyenda viva, una revolucionaria que ha destacado en múltiples movimientos artísticos desde los años 60 hasta la actualidad, una artista visual admirada capaz de conectar el arte con la moda a través de sus universos singulares, plagados de geometrías. O más bien lunares, su rasgo más identificativo. Yayoi Kusama (Matsumoto, Nagano, 1929), sí la de carne y hueso -y no la figura robótica hiperrealista que le hizo Louis Vuitton en su última colaboración con la marca- es la absoluta protagonista de una de las exposiciones más visitadas en el Museo Guggenheim de Bilbao. Convertida en verdadero icono cultural a nivel global, en las últimas siete décadas, Yayoi Kusama se ha consagrado a su visión vanguardista con convicción, perfeccionando su visión estética, que es fiel reflejo de su filosofía vital. Como acostumbra a decir la propia artista: “¿Qué significa vivir una vida? Me pierdo en este pensamiento cada vez que creo una obra de arte”.
Esta exposición va más allá de una simple trayectoria. Busca centrarse en las cuestiones existenciales que impulsan las exploraciones creativas de la artista y escritora japonesa. A través de sus pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones y material documental sobre sus performances, la muestra ofrece un análisis en profundidad de su práctica, desde los primeros dibujos que realizó siendo adolescente durante la Segunda Guerra Mundial hasta sus últimas instalaciones inmersivas con espejos.
Organizada siguiendo criterios cronológicos y temáticos, Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy aborda los seis temas clave que atraviesan la vida de la artista: ‘Infinito’, ‘Acumulación’, ‘Conectividad radical’, ‘Lo biocósmico’, ‘Muerte’ y ‘La energía de la vida’. Estos temas interrelacionados aparecen y evolucionan dentro del universo obsesivo de Kusama, quien lleva décadas agitando la escena artística y la sociedad para favorecer la “sanación de toda la humanidad”.
Yayoi Kusama. Sala de espejos del infinito – Un deseo de felicidad humana llamando desde más allá del Universo (Infinity Mirrored Room – A Wish for Human Happiness Calling from Beyond the Universe, 2020. Espejos, madera, sistema de iluminación LED, metal, panel acrílico. 293,7 × 417 × 417 cm. ©YAYOI KUSAMA. Cortesía de Ota Fine Arts.
Algunas claves para entender a Yayoi Kusama
Autoretrato
El trabajo de Kusama se fundamenta en la auto-afirmación, la auto-destrucción, la auto-promoción, la auto-invención, lo auto-referencial y el autorretrato, incluso en aquellas creaciones donde la representación de su propia imagen resulta menos explícita. Esta sala reúne algunas de las pinturas y dibujos realizados por Kusama dentro del género del autorretrato, que ocupa un lugar destacado en su producción.
Esta sección comienza con Autorretrato (1950), un cuadro oscuro donde un girasol de un tono rosa carne flota sobre una boca humana, y es una de las primeras obras que recibió ese título; preside el espacio su Retrato (2015), en el que Kusama dispone algunos de sus característicos motivos —lunares, calabazas, redes y formas tentaculares— en una composición construida como un collage y dominada por una hierática figura.
Infinito
Kusama creció en un vivero de semillas rodeada de inmensos campos de flores. Sin embargo, en 1957 mientras sobrevolaba el Pacífico durante su primer vuelo a EE. UU., la visión del océano le inspiró sus bien conocidas pinturas de Redes de infinito. En esta serie, los lienzos están totalmente cubiertos, de manera obsesiva, de minúsculos arcos pintados en un rápido gesto, creando un patrón expresionista de redes y puntos interconectados. La pincelada libre contrasta con la reiteración del motivo, que impide identificar el inicio y el fin de este universo sin jerarquías, cuyas dimensiones fueron ampliándose dentro de la producción de Kusama hasta lograr que el público se viera inmerso en la infinitud de sus instalaciones.
Acumulación
En el arte de Kusama, el concepto de acumulación no es simplemente una tendencia obsesiva y compulsiva, ni un deseo innato de reiteración, sino que puede interpretarse como un afán de expansión impulsado por la necesidad de la artista de ampliar su visión creativa.
Tras crear las’ Redes de infinito’, Kusama desarrolló ‘Acumulación’, una serie de collages realizados con fragmentos reutilizados de papel y esculturas blandas de formas reiterativas. En estas piezas, un objeto cotidiano, como una silla, queda transformado al acumular sobre él gran cantidad de formas fálicas y tubulares de tela rellena y cosida, que hacen desaparecer el propio objeto y su función. Poco a poco, el deseo compulsivo de multiplicar estas formas blandas llevó a Kusama a expandir su visión a las habitaciones de espejos del infinito, que comenzó en 1965, y a las telas plateadas o estampadas que realiza durante los años setenta y ochenta, como ‘Acumulación de manos’, donde un sofá y unas sillas están cubiertos de cientos de guantes plateados.
Yayoi Kusama. Auto-obliteración (Self-Obliteration), 1966–1974. Pintura sobre maniquíes, mesa, sillas, pelucas, bolso, tazas, platos, cenicero, jarra, plantas de plástico, flores de plástico, frutas de plástico. Dimensiones variables. M+, Hong Kong. © YAYOI KUSAMA
Conectividad radical
A finales de la década de 1960, la lucha en favor de los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam genera una atmósfera de contracultura en la que Kusama desarrolla una práctica centrada en la acción pública y la performance. La artista denuncia los estereotipos de raza y género, critica la política belicista estadounidense y atrae la atención de los medios con sus provocadores happenings, especialmente los protagonizados por cuerpos desnudos cubiertos con lunares, que son actos de “auto-obliteración”.
Este es un concepto fundamental en la filosofía de Kusama, que representa la liberación del yo como forma de sanación grupal y que conecta profundamente a las personas, especialmente quienes viven en los márgenes de la sociedad. La artista japonesa recurre al poder de los medios para difundir su filosofía e intensificar su visibilidad y notoriedad.
Biocósmico
¿De dónde nace su obsesión por los lunares? Yayoi Kusama nos da la respuesta: “Nuestra tierra es solo un lunar entre los millones de estrellas del cosmos. Los lunares son un camino al infinito. Borramos la naturaleza y nuestros cuerpos con lunares, nos integramos en la unidad de nuestro entorno.”
Su infancia cerca del vivero de plantas de su familia hizo que la artista japonesa sintiera un profundo vínculo con la vida orgánica, que la artista considera que está conectada con la dimensión y el espacio del cosmos. ‘Lo Biocósmico’ expresa su creencia de que lo terrenal y lo celestial son lo mismo. De niña comienza a observar la anatomía de las plantas, sus ciclos de vida y la unión entre el cielo y la tierra. Tal vez la imagen de lo biocósmico más constante en su obra sea la de sus distintivas calabazas, de superficies caprichosamente onduladas y moteadas, que Kusama identifica con un espíritu vegetal benévolo y como reflejo de su propia alma. Su postura respecto a la naturaleza ilustra cómo Kusama expresa su alienación del mundo y su necesidad expansiva de entrar en comunión con el cosmos.
Yayoi Kusama. Calabazas (Pumpkins), 1998–2000. Técnica mixta. 6 piezas, dimensiones variables © YAYOI KUSAMA
Muerte
“Lo que la muerte significa, sus colores y su especial belleza, la quietud de sus pisadas y la ‘nada’ después de la muerte. Ahora me encuentro en una fase en la que creo arte para el reposo de mi alma, aceptando todo esto”, asegura Kusama en la exposición del Guggenheim de Bilbao.
El trabajo de Kusama transcurre constantemente en el umbral entre la vida y la muerte. Una niñez rodeada de la efímera existencia de las plantas en el vivero familiar, la adolescencia marcada por la guerra y sus consecuencias, y especialmente la muerte de su padre y de su amigo íntimo Joseph Cornell a mediados de los años setenta, llevaron a la artista a considerar que la muerte no es el punto final, sino otra fase de la existencia que puede dar origen a una nueva. En ocasiones, en su lucha creativa y en medio de la desesperación, Kusama anhela liberarse de lo que describe como el “lánguido peso de la vida”. Sin embargo, a través de su práctica artística y literaria transforma ese deseo en una suerte de fantasía terapéutica, en una recompensa espiritual en la “solemne belleza” de la muerte y en la pérdida del ego como retorno a la eternidad.
La fuerza de la vida
Hacia 1988, el arte y la psique de Kusama experimentan un cambio importante. Con la llegada del ansiado y merecido reconocimiento público, tanto de sus exposiciones internacionales como de sus publicaciones, elogiadas en los círculos literarios de la vanguardia, el poder sanador del arte y la celebración de la vida se convierten en los temas centrales de su producción. Como afirmó en 1999, Kusama llegó a creer que su función consistía en transformar su sufrimiento a través del arte “para la sanación de toda la humanidad”. En el nuevo milenio, la artista japonesa quiere amplificar este mensaje. Por ello, las coloridas pinturas y esculturas de una de sus últimas series, Mi alma eterna (2009–) y Ruego todos los días por el amor (2021–hoy), suponen, tal vez, la culminación de este compromiso.
La exposición “Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy” permanecerá abierta al público hasta el próximo 8 de octubre.
Neus Bermejo con vestido aguamarina del diseñador Mariano Moreno. Foto: Cortesía de Mariano Moreno
Nadie duda de que el color del año es el rosa Barbie, una transformación más llamativa del rosa Millennial que hemos estado viendo en la última década. Se asemeja al rosa chicle o al rosa plástico, todos ellos con matices más artificiales. Sin embargo, más allá del fucsia y del rosa suave que dominan la tendencia Barbiecore, otros colores están emergiendo esta temporada. Uno de ellos es el verde agua, que cautiva con su encanto discreto y su naturaleza calmante y refrescante.
El verde agua, también conocido como verdeazulado o aguamarina, nos sumerge en las fascinantes aguas transparentes, cálidas y poco profundas, evocando emociones y transmitiendo sutiles mensajes asociados al verano. Playas tropicales paradisíacas, lagunas rodeadas de naturaleza y lechos de ríos con aguas cristalinas son algunas de las imágenes que vienen a la mente al contemplar esta tonalidad pura. Es perfecta para el verano, ya que está íntimamente ligada al mar y a la naturaleza.
El nombre hace la cosa
Este color recibe su nombre de la piedra preciosa que lo representa, la aguamarina. Una gema que se caracteriza por su hermoso tono verde azulado claro. El término “aguamarina” proviene del latín “aqua marina”, que significa “agua de mar” para evocar de manera poética los destellos y la transparencia del agua.
Desde la antigüedad, el color aguamarina ha sido apreciado por su belleza y su conexión con la naturaleza acuática. Los antiguos romanos atribuían a esta piedra poderes protectores y curativos. Además, en la tradición cristiana, el aguamarina se asociaba con la pureza y la inocencia. A lo largo de los siglos, ha sido utilizado en joyería, especialmente en piedras preciosas, pero también en cerámica y ornamentación en diferentes culturas, desde los antiguos egipcios hasta los nativos americanos.
Propiedades psicológicas y sensoriales
A nivel sensorial, el verde agua es una tonalidad refrescante y calmante para la vista. Tiene una cualidad luminosa y translúcida que evoca sensaciones de serenidad y frescura. No es sorprendente que este tono esté asociado con la paz, la claridad mental y la armonía, características valiosas en el ámbito de la moda, la publicidad y el diseño de interiores cuando se busca crear un ambiente sereno y acogedor. Además, su presencia puede estimular la creatividad y promover una sensación de relajación.
A este color también se le atribuyen cualidades que fomentan la apertura emocional y la capacidad de expresión. Su tono suave y luminoso lo convierte en una elección popular para aquellos que desean transmitir una imagen fresca, sofisticada y elegante. Además, se relaciona con la juventud, ya que sus tonalidades infunden confianza y magia, haciendo que las personas se sientan renovadas tanto por dentro como por fuera, con energías positivas.
Un ejemplo notable de marca que ha adoptado el color aguamarina en su identidad es Tiffany&Co. Su icónico tono de azul aguamarina se utiliza en su empaque y presentación, aportando una dualidad entre elegancia y frescura desenfadada. Asimismo, la reconocida marca de ropa deportiva Nike ha incorporado el color aguamarina en sus últimas colecciones de calzado y prendas deportivas, brindando un aspecto fresco y enérgico a sus productos.
Sin ser primordial, destaca
No nos engañemos. Es cierto que el aguamarina no ha sido un color de front row en las pasarelas de moda, al menos hasta ahora. No suele ser el favorito de los diseñadores y no abunda en las colecciones, ya que su naturaleza relajante resulta incompatible con los ritmos frenéticos de la industria. Sin embargo, es cierto que este color se encuentra con mayor facilidad en las colecciones primavera-verano, ya que remite a las aguas cristalinas en días soleados y evoca los destinos paradisíacos. Además, favorece el bronceado de la piel al ser un tono suave que le cede protagonismo.
A pesar de esto, diseñadores reconocidos han abrazado el aguamarina en sus creaciones. Por ejemplo, el diseñador italiano Roberto Cavalli ha utilizado este color en sus estampados y diseños de alta costura, aportando un toque de sofisticación y frescura. Marcas como Versace, Gucci y Carolina Herrera también han incorporado esta tonalidad en sus colecciones, tanto en prendas como en accesorios.
Este verano, a través de la tendencia mermaidcore, el aguamarina ha ganado mayor presencia. En este sentido, el color de las aguas cristalinas se ha mostrado en total looks que Max Mara ha explorado con diseños tipo bañadores de estilo retro, incluyendo gorros. Fendi también ha optado por esta tonalidad, combinando pantalones con camisetas sin mangas estampadas. Por su parte, Armani ha presentado una propuesta más sutil, con un vestido palabra de honor combinado con pantalones.
Aunque el aguamarina puede no ser el protagonista habitual en la moda, no podemos negar su encanto y versatilidad. Su presencia en las colecciones de diseñadores reconocidos y su asociación con la frescura y sofisticación lo convierten en un color atractivo y elegante.
Desde Gratacós, nos unimos al encanto del color aguamarina. En nuestra tienda online, ofrecemos una selección de tejidos de temporada teñidos con este refrescante color, que aporta vitalidad y sofisticación. Cuando disfrutemos de nuestras merecidas vacaciones, veremos la vida con un toque de color aguamarina.
Fotos: The 2nd Skin y Max Mara
‘La Sirenita’ está de moda, con perdón de la muñeca Barbie y su estilo barbicore. Y no solo su esperado remake, estrenado el pasado 26 de mayo en cines, ha ganado una legión de fans tanto entre niños como adultos. Ahora, la estética de estas criaturas mitológicas también ha seducido a la industria de la moda, que sorprende con la tendencia más popular del verano: el mermaidcore con diseños que nos transportan a las profundidades del océano.
Las pasarelas hablan
El interés de la moda por reflejar el fascinante mundo submarino no es nuevo. De hecho, se atribuye al diseñador francés Marcel Rochas la creación de la silueta de sirena en la década de 1930, la cual luego fue popularizada en círculos de moda por Jean Patou. Su vestido inspirado en el mundo acuático fue publicado en una edición de la revista Vogue en 1933. Desde entonces, el estilo sirena ha evolucionado en diversas formas y en la actualidad, diseñadores como Bottega Veneta o Bluemarine han reinterpretado la imagen de esta criatura mitológica ofreciendo su propia visión con prendas de ropa que se mueven entre la sofisticación y lo casual.
Indagando más en las colecciones actuales vemos que las grandes marcas siguen explorando el imaginario colectivo de las sirenas. Por ejemplo, para su colección Resort 2023, Alberta Ferretti hizo un guiño muy marcado a estas criaturas marinas al cerrar su colección con conjuntos de noche repletos de lentejuelas iridiscentes en color azul. En una línea similar, Gucci también reveló un vestido llamativo de brillos en tonos verdes y silueta fluida, que ya predecía el nuevo auge de la tendencia. O Tom Ford con una colección festiva repleta de lentejuelas y colores del mar, como el diseño cut-out en plata y verde que portó Gigi Hadid en un estilismo con el cabello rizado.
Lo curioso es que todo hace pensar que la tendencia mermaidcore se va a extender todo este 2023 hasta impregnar las próximas temporadas. Lejos de quedarse en el olvido, en otoño, la ropa con efecto de escamas y faldas con forma de cola de sirena también marca el diseño de Bottega Veneta. Además de los vestidos de noche de Roberto Cavalli, que mostró a las modelos de su pasarela con peinados ondulados de sutil efecto mojado y maquillaje de ojos ahumados. Y en 2024, las colecciones Resort siguen rescatando este entorno acuático como ya se ha visto en Louis Vuitton con faldas de lentejuelas que crean ilusiones ópticas.
Diseños de sirena made in Spain
Esta tendencia global también influye en los diseñadores españoles. Muchos de ellos han propuesto creaciones que se inspiran en las formas del mundo marino y siguen este código estético del mermaidcore. En la pasada edición del 080 Barcelona Fashion, Anel Yaos presentó una colección de carácter intimista que se sumerge en los fondos marinos para presentar sus señas de identidad, marcadas por el romanticismo, la fantasía y lo naif en piezas de ropa que no distinguen géneros. “Seres sin nombre ni apariencia, criaturas intangibles, mitos acuáticos me acompañan desde niño, suscitando en mí sensaciones que van de la tranquilidad al temor, y me recuerdan que no estoy solo”, afirmaba en el backstage de la pasarela catalana. La propuesta ‘Deep 23’ refleja la fluidez de tejidos ligeros como sedas, gasas y algodón, contrastando con la contundencia del terciopelo y el neopreno, a través de una fascinante combinación de estampados y colores que se ajustan armónicamente entre sí.
El diseñador sevillano investiga con nuevos materiales como el látex y la toalla, y continúa apostando por el upcycling de colchas, los botones vintage y elementos que evocan el océano, como redes de pesca y conchas. Además, cobran protagonismo los volantes, las flores en 3D y las superposiciones de encaje. La paleta de colores de la propuesta fluye entre tonos pastel y otros más intensos, como el verde musgo y el negro.
Otra marca que explora la sensualidad con propuestas femeninas cargadas de transparencias, lentejuelas, iridiscencias y encajes es Eiko Ai, liderada por la diseñadora barcelonesa Glò Lladó. La firma se sumerge en propuestas oníricas que se inspiran en la efímera belleza de los paisajes naturales. Según Lladó, “en esta ocasión su inspiración radica en el movimiento del agua y la fauna marina, como las medusas”. Con su colección ‘Underwater Life’, Eiko Ai busca establecer una conexión con la naturaleza acuática a través de elementos como plantas, animales y otros organismos, así como seres fantásticos que habitan en los océanos.
Para lograrlo, la firma barcelonesa utiliza transparencias que permiten el paso de la luz, suaves satenes en tonalidades brillantes, volantes, volúmenes y tejidos vaporosos y etéreos que capturan el movimiento de las olas del mar. Además, los tonos nacarados presentes en sus prendas emulan las escamas de las sirenas, completando así la inspiración marina de su colección.
Siguiendo de cerca las últimas tendencias, las grandes distribuidoras de moda no han querido perderse la oportunidad de mantener en la cresta de la ola, la estética de estas fascinantes criaturas marinas. Zara inauguró la nueva temporada con una editorial dedicada a las sirenas modernas, presentando prendas que han sido un éxito de ventas. Entre las propuestas se encuentran tops con lentejuelas, faldas de satén y un vestido plateado que realza la silueta femenina. En plena temporada de rebajas, el buque insignia de Inditex sigue apostando por los tejidos en red con pequeñas incrustaciones joya y las lentejuelas de distintos tamaños en tonos azules y metalizados.
En Gratacós también tenemos un surtido de tejidos brillantes que podrían seguir los perceptos de la tendencia mermaidcore. Encuentra nuestras lentejuelas más premium aquí con distintos tamaños, formas y espectaculares diseños multicolor.
Retrato de Josep Font. Foto: Javier Biosca. Cedida por el Museo Cristóbal Balenciaga
Josep Font lo tiene todo para ser una leyenda de la moda -una categoría que le sitúa en el firmamento de estrellas de la aguja cuyo legado perdura a lo largo de los siglos-. Talentoso, onírico, perfeccionista y discreto. De imagen inalcanzable, alma arquitectónica y trabajo persistente. Tras estar cinco años apartado del foco mediático una vez abandonó la dirección creativa de DelPozo, firma que recolocó sus cimientos para relanzarla al estrellato internacional, el modista catalán vuelve a estar en candelero. Eso sí, manteniendo su aura enigmática. Ya se sabe que Josep Font no le gusta alimentar su ego a golpe de titular.
Ahora, el Museo Cristóbal Balenciaga le dedica la primera retrospectiva a Josep Font. Será la primera centrada a un creativo más allá del maestro de Getaria en un nuevo ciclo que prepara la institución para mostrar al mundo como el talento de Balenciaga ha influido en la obra de creadores internacionales a nivel global.
La exposición ‘Josep Font. Belleza e inquietud’, es una producción del Museo Cristóbal Balenciaga, y comisariada por Josep Casamartina i Parasols – director de la Fundación Antoni de Montpalau, en estrecha colaboración con el creador en el que han trabajado mano a mano durante más de un año para que el resultado fuera sofisticado pero fugaz, sin un milímetro de margen de error y haciendo homenaje al lujo silencioso que tan bien sabe imprimir el creador catalán en sus diseños.
¿Y por qué Josep Font dialoga con Cristóbal Balenciaga en un mismo espacio? Según Casamartina, esta unión se propuso porque “la mirada del diseñador catalán hacia el modisto vasco no ha sido mimética sino una interpretación muy personal a partir del estudio del volumen tratado de forma autónoma e independiente de la anatomía femenina, alcanzando una sensualidad sublimada y silenciosa, tal como también entendía Balenciaga”. Simultáneamente, Josep Font logró una gran perfección técnica y en el tratamiento simple y a la vez contundente de los tejidos, en la construcción arquitectónica y en la utilización de exquisitos bordados, también se acerca al legado del maestro de Getaria. Quizás como ningún otro diseñador español contemporáneo, Font encaja con el famoso concepto de Balenciaga: “un modisto debe ser arquitecto de la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filosofo para la medida”.
Belleza e inquietud
El nombre hace la cosa. La muestra se articula a través de una premisa constante a lo largo de la trayectoria de Josep Font: “detrás la belleza siempre hay inquietud”. El diseñador catalán considera que la belleza, en todo su esplendor, produce inquietud e incluso desasosiego, per es quizás por ello que genera, también, la energía para seguir alcanzándola sin parar. La construcción arquitectónica, el juego de volúmenes y la ornamentación de los tejidos son señas de identidad de su obra. Sin olvidar su búsqueda incesante de un ideal femenino muy personal y en constante evolución, lejos de las estridencias y las provocaciones. El estilo de Josep Font es elegante, refinado, pero también hipersensible y etéreo.
Partiendo de esta idea, la exposición propone un discurso estético ágil que repasa cronológicamente los 30 años de trayectoria, desde los comienzos en las pasarelas de Gaudí y Cibeles pasando por los desfiles en París, la alta costura y finalmente al frente Delpozo, la cúspide de su carrera. Está compuesta por 54 piezas de indumentaria, entre abrigos, conjuntos de calle, cóctel, noche y novia; procedentes de la Fundació Antoni de Montpalau -que tiene el principal fondo de piezas del diseñador catalán- y de diversas colecciones particulares españolas y norteamericanas. El conjunto reúne, asimismo, algunos complementos de las dos marcas, como zapatos, perfumes y tocados. Más allá de las creaciones, el recorrido incluye fotografías emblemáticas de Joseph Hunwick, Javier Biosca y Ernesto Artillo, además de una entrevista realizada al creador por el Museo Victoria & Albert de Londres.
Vestido Delpozo de Josep Font. Foto: Alex Iturralde. Cedida por el Museo Cristóbal Balenciaga
Esta antología abraza en especial la obra de Font realizada en las dos primeras décadas del siglo XXI y se estructura a través de tres grandes períodos clave:
De los inicios a la consolidación
Josep Font (Santa Perpètua de Mogoda, 1965) estudió Arquitectura en la Universidad Politècnica de Catalunya y se graduó en Diseño de Moda por la Escola de Disseny i Moda Felicidad Duce, en Barcelona. Con 21 años ganó el premio Air France Mode Prix y expuso en Les Arts Décoratifs. El joven diseñador consolidó su propia marca con Luz Díaz en 1987, aunque hacía años que ya gozaban de un buen reconocimiento en el mundo de la moda. Juntos crearon un lenguaje propio. Una estética de colores sobrios, austera y depurada. Su inspiración nacía de la indumentaria popular cotidiana, con el uso de materias naturales, seda, lana y algodón, y un patronaje estudiado y severo. Sin embargo, en 1995, Font decidió seguir su carrera en solitario y a finales de esta década evolucionó hacia un mundo mágico e hipersensible, de coloraciones más amplias, tejidos lujosos y refinados, bordados espectaculares y atrevidos. Este giro en diseño le permitió alcanzar el éxito internacional a principios de los años 2.000. Llegaron años de expansión, de premios, tiendas y desfiles en Madrid, Barcelona y Tokio. Un proceso ascendente que culminó en tres colecciones de prêt-à-porter presentadas en París y otras cuatro de alta costura que triunfaran de manera absoluta en la capital francesa.
El relanzamiento de Delpozo
En este ascenso a la cima hubo un bache: Josep Font perdió su propia marca en 2011, aunque durante un año, el talentoso creador empezó a diseñar para otras firmas de forma anónima. Sin embargo, una oferta le entusiasmó especialmente: el encargo de remodelar y relanzar la firma del fallecido diseñador madrileña Jesús del Pozo. Font volvió a cimentar los pilares de la marca con una nueva denominación -se pasaría a llamar DelPozo- y una estructura y talleres actualizados en Madrid, Miami, Londres, Moscú y Dubai. En las nuevas colecciones DelPozo, se apreciaba, lo que Josep Font había iniciado en alta costura y crearía una nueva línea llamada prêt-à-couture impecable, con una rigurosa técnica y unos acabados exquisitos. Muy estilo Josep Font.
Madurez y reconocimiento internacional
Josep Font alcanzó su zenit en su etapa para Delpozo. Entre 2012-2018 creó 19 colecciones y en esta pletórica producción es donde se vislumbrará de forma más evidente la influencia de Cristóbal Balenciaga. En Delpozo el diseñador catalán alcanzará su madurez y el máximo reconocimiento a escala mundial mediante las colecciones que presentó en Madrid, Nueva York, París y Londres, y situó a la marca entre las favoritas de la alfombra roja y las celebridades como Care Blanchett, Julianne Moore, Keira Knightley o Zendaya, creando tendencia y marcando un hito en el mundo de la moda. De hecho, Josep Font se convirtió en el primer diseñador español invitado por Anna Wintour a la gala Met. Una efeméride que muestra la profunda admiración que sentían los principales gurús de la moda por el trabajo de este prodigio con la aguja.
De la última etapa de Josep Font poco se cuenta. Abandonó precipitadamente Delpozo al “desenamorarse del proyecto”. Igual que hizo Balenciaga en 1968 que prefirió dejarlo todo al ver que su idea de diseño nada tenía que ver con la democratización de la moda del momento-si ahora mismo levantara cabeza no sabemos lo que pensaría de su propia marca-. Hasta entonces, Josep Font ha seguido trabajando desde el más absoluto anonimato y el tiempo dirá si volverá al foco mediático con un nuevo resurgimiento de él mismo. Ahora de momento, su aplaudido talento vuelve a luz en esta fantástica exposición que se podrá visitar hasta el 7 de enero de 2024 en el Museo Cristóbal Balenciaga. Una magnífica alianza entre moda, arquitectura, coherencia e integridad.
Imágenes exposición ‘Josep Font. Belleza e inquietud’ de Ernest Artillo y Alex Iturralde. Cedidas por el Museo Cristóbal Balenciaga
“Lo quise muchísimo. Era un icono para mí”, asegura Gloria Casacuberta de Gratacós. La muerte de José Castro ha sido una noticia triste para la empresa familiar por su proximidad y vinculación con todo nuestro equipo. El diseñador de moda de origen gallego falleció este lunes en A Cañiza (Pontevedra), su pueblo natal, a los 52 años a causa de un cáncer. Una lamentable pérdida para uno de los modistos más talentosos y con más proyección internacional del país de la década de los 2.000. “Lo llamaba el Moschino español”, añade Casacuberta.
Una trayectoria exitosa
José Castro (A Cañiza, 1971-2023) se graduó en el prestigioso London Royal College of Art y fue miembro de la Federación Francesa de la Couture, un título que sólo han ostentado dos españoles: Paco Rabanne, fallecido el pasado mes de febrero, y Cristóbal Balenciaga.
Establecido en Barcelona desde muy joven, sus creaciones han desfilado por las pasarelas con más renombre del planeta. Castro creó su marca homónima en 2004, y saltó a la fama tres años más tarde. En 2007 su colección ‘Cuervos’, un oscuro a la vez radiante desfile en el Carrousel du Louvre de París, supuso la presentación en sociedad de su extravagante estilo, su arrolladora creatividad y su dominio en la aguja ante el público parisino. Lo siguieron otras colecciones igual de notorias como ‘Red Rum’, Dead Bird’, ‘Noitulove’, ‘Blue Sky’ y ‘Aurora’ que le permitieron distinguirse y posicionarse entre los diferentes medios internacionales gracias a su notorio trabajo con el volumen, los juegos de texturas y la creación de su color fetiche, más allá del negro: el color “Rosa Castro”, que dedicó a su madre. Además, José Castro también destacó por su destreza en el uso del tejido denim.
Durante su trayectoria, el diseñador gallego fue reconocido con el Royal College of Art Society Prize for Innovation (2000); el premio Barcelona es Moda al Professional (2007); el Novel Designer Prize de Marie Claire (2008-2009); o el premio L’Oréal a la mejor colección en la edición número 50 de la pasarela Cibeles Madrid Fashion Week (2009).
La impronta de José Castro también se reflejó en firmas como Desigual o Miró Jeans, de las que fue su director creativo. De su trayectoria, también destaca su colaboración con Alexander McQueen para Givenchy
La fama del diseñador gallego que marcó la primera década del siglo XX también traspasó fronteras y consiguió vestir a la entonces mejor embajadora de la moda internacional: Sarah Jessica Parker en su personaje de Carrie Bradshaw de la célebre serie ‘Sexo en Nueva York’. De José Castro son los vaqueros sin costuras pertenecientes a la colección ‘O Corvo’ (2008) que lucía la actriz en uno de los episodios y que le dieron una enorme visibilidad a nivel mundial. Hay que recordar que en esa época no había el impacto que pueden generar hoy en día redes sociales como Instagram o Tik Tok.
El diseñador también vistió a otras estrellas de la pantalla, como la actriz sevillana Paz Vega o Whoppi Goldberg. Revistas como Vogue, Marie Claire, Telva o Yo Dona han publicado su trabajo y alabado su trayectoria, y sus colecciones han sido portada en Le Monde, Love y Woman.
Una vinculación especial
En plena cúspide profesional, José Castro y Gratacós compartieron proyectos y se nutrieron de múltiples colaboraciones. Una de las más recordadas fue en Paris en la presentación de su segunda colección en 2007, donde el rosa fue el principal protagonista. El diseñador gallego presentó en la Sala Gabriel del Carrousel du Louvre la colección ‘Noitulove’, inspirada en las actrices de cine de los años 40, ante más de 400 personas y medios especializados.
La propuesta para el verano 2008 arrancó con un conjunto de pantalón y chaqueta rosa salpicada de apliques de flores de organza en el cuello y pecho, y siguió con varios modelos de chaquetas y faldas de piel arrugada y ceñidas, pantalones estilo años 80, vestidos de algodón con volúmenes y camisas de satén de seda natural con detalles de organza. Destacó el diseño del cierre: un vestido de novia cuajado de flores de organza en el que se utilizaron más de 150 metros de tela de Gratacós. Esta colaboración fue la primera en la que la empresa familiar decidió apostar por un diseñador en la pasarela. “La novia de rosa de José Castro no podía ser más bonita y espectacular”, recuerda Glòria Casacuberta de esta efeméride.
El modisto gallego también ideó dos escaparates de la tienda, cuando el espacio se situaba en el icónico Paseo de Gracia de Barcelona. “Recuerdo un escaparate hecho con elementos de reciclaje”, añade Casacuberta. Más allá de las colaboraciones con la empresa, Gratacós mantenía con José Castro un vínculo especial: “Fue una persona muy jovial, de alma despreocupada y siempre estaba de buen humor”, asegura Casacuberta.
Con estas palabras de agradecimiento a toda una vida dedicada a la moda, hoy decimos adiós a un gran genio de la aguja, que nos deja creaciones que mantendrán vivas su legado para la posteridad. Hasta siempre José Castro.
Fotos José Castro y Gratacós publicadas en el Facebook del diseñador