Un universo virtual en magenta. Foto: Pantone
¿Es rojo rosado? ¿Morado rojizo? Quizás rojo carmesí o más bien, un tono frambuesa intenso. Todos estos matices que transitan entre el rojo, el rosa y el morado definen el singular Viva Magenta, el color que Pantone ha elegido para guiar 2023 e inspirar disciplinas vinculadas con el arte y el diseño.“Es valiente e intrépido, y un color palpitante cuya exuberancia promueve una celebración alegre y optimista, escribiendo una nueva narrativa”, declaraba Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del Pantone Color Institute. Viva Magenta 18-1750, así es su nombre técnico, es un tono que vibra con energía y vigor. “Un rojo animado que fomenta la experimentación y la autoexpresión sin restricciones. Un tono electrizante e ilimitado que se manifiesta con una declaración destacada”, aseguraba Eiseman.
“Viva Magenta promueve una celebración alegre y optimista, escribiendo una nueva narrativa”
La llegada de este rojo enigmático no es casual. Pantone introdujo el tono Viva Magenta en 2019, pero rápidamente ganó popularidad hasta ascender al estrellato de ser el color del año 2023. Este auge ha sido impulsado en gran medida por los acontecimientos que ha vivido la sociedad en los últimos años. Como expresaba Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute, “es un color poco convencional para un momento poco convencional”. La experiencia del Covid y sus secuelas sociales y económicas ha obligado a realizar cambios que, voluntariamente o no, han transformado el estilo de vida de las personas. Y ahí, después de dos años de incertidumbre expresado a través de tonalidades frías (Very Peri, 2022) o duales (Ultimate Grey + Illuminating, 2021), llega ahora un tono híbrido con personalidad suficiente para ser capaz de encender 2023. A diferencia de su antecesor, Viva Magenta combina en un mismo color frialdad y calidez, y pretende mezclar lo físico con lo virtual, una dicotomía que no puede ser más relevante hoy en día con el auge de la realidad virtual.
Motorola y el color de 2023. Foto: Pantone
“Es un color poco convencional para un momento poco convencional”
Viva Magenta ya fue avistado por los trendhunters que trabajan en el Pantone Color Institute. Su elección nunca es fruto del capricho o del azar, al contrario, es el resultado de un profundo análisis sociológico y antropológico de la sociedad actual. Elegir el color que marcará el año combina investigación, método e instinto. Y el magenta estaba ahí, en mundos tan variados como la moda, la cosmética, el diseño de concept stores, el arte digital, las redes sociales o la decoración. La cuestión era, ¿por qué fijarse en ese rojo carmín que ya está presente en la sociedad y qué valores emocionales y psicológicos está transmitiendo? Pantone rápidamente buscó su significado. Según asegura la autoridad internacional del color, en esta era de la tecnología se busca precisamente inspirarse en la naturaleza y en lo que es real. Pantone 18-1750 Viva Magenta está inspirado en el rojo de la cochinilla, uno de los tintes más preciados de los tintes naturales, así como una de las tonalidades más fuertes y brillantes de la naturaleza. Por lo tanto, arraigado en lo primordial, el color de 2023 reconecta con la materia original, revitaliza el espíritu y ayuda a construir una nueva fuerza interior. “Nos hemos fijado en un color que resalta nuestra necesidad de cambiar de perspectiva, que pone de relieve nuestras ganas de sentirnos empoderados y que nos infunde fuerza para poder arrojarnos con valor, con posibilidad y sin miedo a un nuevo camino con total confianza”, expresaba Pressman.
“Un color poderoso que infunde fuerza para poder arrojarnos con valor y sin miedo a un nuevo camino”
Visto este modo, el Viva Magenta es una tonalidad que se presenta como un bálsamo revitalizante que conecta nuestro interior para proyectarnos con fuerza al exterior.
¿Cómo aplicar el Viva Magenta en nuestra cotidianidad?
Las tonalidades rojizas y las mezclas explosivas como rosa-rojo intensas se han impuesto en todas partes, desde las pasarelas hasta el metaverso, y donde tiene más posibilidades de expansión es en interiorismo, ya sea un domicilio particular o un establecimiento comercial. Según Eiseman, las cocinas (y los electrodomésticos), que durante mucho tiempo han albergado un respeto por el rojo, ahora pueden impregnarse de “un toque de novedad” a través del Viva Magenta y su capacidad para romper con el “mismo tono rojo de siempre”, que definía a las generaciones anteriores. El color Pantone 2023 también es oportuno en la cristalería o en cualquier otra superficie reflejante, y puede anidar incluso en cojines y otros elementos decorativos pequeños para convertir el hogar en una “declaración hermosa, dramática y teatral”. Aunque un color tan vivaz pueda intimidar o condicionar ante la corriente de tonalidades neutras que se imponen en decoración, lo cierto es que Pantone afirma que los consumidores están más preparados que nunca para empezar a abrazar todas las posibilidades del color.
Un vestido floral de Acuamona. AW22/23 Foto: Acuamona
Y en moda, ¿cómo se aprecia?
No hay lugar a dudas. El color de moda de 2022 ha sido el rosa fucsia más brillante, fiel aliado de Valentino y su explosiva tonalidad Pink PP, y emblema de toda la estética Barbiecore. Ahora, Viva Magenta se presenta como una evolución natural de esa tonalidad aportando menos estridencias y conservando intacto su magnetismo. En verdad, el rojo ha sido uno de los tonos más repetidos en las pasarelas de invierno y para verano vuelve con fuerza, pero faltará ver como evolucionan las próximas colecciones que se están gestando para 2023/2024 para que el Viva Magenta aparezca aún con más fuerza.
Como color potente que es, el Viva Magenta no pasa desapercibido y cobra protagonismo en cualquier outfit, aunque aparezca en pequeñas dosis. Por un lado, sienta perfecto rodeado de tonos neutros como el negro o el blanco, o los dos juntos. Son los colores que mejor le sientan con looks favorecedores sin esfuerzo. Por otro lado, para un resultado más rompedor, el color de 2023 combina con su gama cromática: rosas pastel, lilas o fucsias, y también con azules o verdes complementarios aportando un toque de rebeldía y transgresión. En todo caso, si la moda necesita una dosis de optimismo, fuerza y alegría, para salir hacia delante abrazará irremediablemente el Viva Magenta. Ya lo iremos viendo…
Como empresa familiar de tejidos que aúna tradición con innovación, nos entusiasman los negocios longevos que tienen ese respeto por el legado, sin perder de vista la esencia ni el olfato para rastrear novedades. Santa Eulalia es una de esas casas que ha traspasado generaciones y se ha consolidado por mérito propio como un emblema de referencia en Barcelona y en el exterior de la moda elegante. Ahora, una exposición estrenada en Palau Robert rinde homenaje a su trayectoria a través de los vestidos más representativos de los años dorados de la alta costura en un recorrido breve, pero simbólico donde la belleza de los modelos festivos son los protagonistas de esta singular muestra de aniversario.
Un breve recorrido histórico
La historia de Santa Eulalia se entrelaza con el relato de Barcelona. Se fundó originalmente en 1843 y se instaló en la calle Boqueria como tienda de artículos textiles. Con el paso de los años fue cambiando de espacio y el negocio se fue ampliando para albergar también camisería y sastrería hecha a medida. Con la caída de las murallas medievales de la ciudad y con la proyección urbanística del nuevo Enanche, donde se instaló rápidamente la burguesía catalana, el establecimiento se trasladó a principios del siglo XX en Paseo de Gracia, donde está ubicado actualmente. Hay una fecha que marca un antes y un después: 1926. Fue cuando Santa Eulalia realizó el primer desfile de alta costura, siendo pionera en Barcelona de esta nueva fórmula venida de París de presentar la moda. Una iniciativa fruto del talento de Pedro Formosa, director creativo de la casa hasta 1970. Desde entonces, salieron de sus talleres los vestidos y sombreros hechos a mano más elegantes de la ciudad y vistieron a las clases adineradas de Barcelona y más allá. De los talleres de Santa Eulalia surgía el buen arte y saber hacer en el vestir gracias al meticuloso trabajo artesanal de los sastres y las modistas que trabajaban para crear diseños exclusivos a su distinguida clientela. Hay otra fecha que merece ser recordada que denota la labor y el prestigio del establecimiento. En el año 1941, Santa Eulalia formó parte de la Cooperativa de Alta Costura y lideró la moda junto con Pedro Rodríguez, Asunción Bastida, Manuel Pertegaz y El Dique Flotante, reconocidos como los Cinco Grandes de la Costura española; honores que compartían, en paralelo, con Cristóbal Balenciaga.
El legado a través de los vestidos
Bajo el nombre de ‘Santa Eulalia, 180 años de moda’, la muestra propone un recorrido de 70 años (1930-1990) para disfrutar de una época en la que Barcelona, con Santa Eulalia como referente, fue líder en diseño de moda. A lo largo de cuatro salas distintas, organizadas por tipologías de Calle y día, Noche, Puestas de Largo y Novias, el visitante se sumergirá en el maravilloso mundo de la Alta Costura a través de vestidos y sombreros cuidadosamente seleccionados, así como de una pieza audiovisual que recoge también carteles publicitarios, fotografías de moda y comunicaciones de Santa Eulalia que evocan la época dorada de la Alta Costura.
La exposición ha sido comisariada por Josep Casamartina, reconocido historiador de arte especializado en historia de la moda, que ha vertebrado un recorrido fascinante reuniendo 40 piezas (de las 500 piezas recuperadas) no solo del archivo propio de Santa Eulalia sino también otras procedentes de la Fundació Antoni de Montpalau, el Museu del Disseny de Barcelona (DHUB), el Centre de Documentació i Museu Tèxtil de Terrassa, y el Museo del Traje de Madrid.
Todos los vestidos recrean la belleza del trabajo artesanal de Santa Eulalia caracterizado por un patronaje muy depurado y tejidos de calidad perfectamente convertidos en diseños elegantes alejados de las estridencias, que mantienen la contemporaneidad a lo largo de los años. Hay diseños que son testigos de una época de celebraciones: los bailes, los cócteles, las puestas de largo o las estrenas operísticas en el Liceo barcelonés, reunían a las mujeres de la época en sociedad y eran ocasiones especiales para estrenar un vestido de Santa Eulalia. La evolución de los modelos, según las tendencias de cada década, los detalles femeninos o los elementos de fantasía están presentes en toda la exposición.
Por otra parte, la dirección creativa y escenográfica ha corrido a cargo de Nacho Alegre, quien está al frente del proyecto Apartamento Studio. Alegre ha sido también el editor del catálogo que acompaña y recoge el contenido de la exposición en una absorbente retrospectiva que reúne fotografías de moda, material de archivo histórico y objetos inéditos de colecciones privadas. El catálogo se edita en una edición limitada de 4.500 ejemplares que podrán encontrarse tanto en Palau Robert como en Santa Eulalia y en librerías seleccionadas. La exposición de acceso gratuito, permanecerá abierta hasta el 22 de enero de 2023.
Santa Eulalia, hoy por hoy
Hoy Santa Eulalia mantiene su estatus de ser una de las tiendas de moda más influyentes del sector a nivel internacional y continúa siendo un referente del lujo en Barcelona. El establecimiento, que ofrece cada temporada las colecciones de los diseñadores internacionales más deseados por la nueva generación de consumidores, está actualmente capitaneado por Luis Sans, miembro de la cuarta generación de la familia propietaria, y su mujer Sandra Domínguez. Este matrimonio también empresarial se adapta a los nuevos tiempos para mantener la esencia artesanal y el buen saber de Santa Eulalia, sin perder de vista las últimas tendencias que triunfan en el mercado.
Viernes 04 noviembre 2022
El 080 Barcelona Fashion volvió a la presencialidad después de dos años apostando por el formato digital con algunas novedades en los bolsillos como una experiencia inmersiva o la primera pasarela de ropa de segunda mano. Los desfiles tradicionales se celebraron en el Recinto Modernista de Sant Pau, escenario habitual antes de la pandemia, ante la atenta mirada de profesionales del sector que volvieron a revivir la calidez de ver in situ la colección de la próxima temporada en directo. En total, participaron 23 diseñadores y marcas, algunas de las cuales volvieron a confiar en los tejidos Gratacós para elaborar sus nuevos diseños para el próximo verano. A continuación, analizamos las colecciones más destacadas en el que encontramos estas maravillosas creaciones. Una vez más, ¡gracias por confiar en nosotros!
Avellaneda
“Imagínate todo el colorido de las puestas de sol que tenemos aquí en Barcelona. Esa paleta degradada es la que he querido transmitir en mi nueva colección”, aseguraba Juan Avellaneda en el backstage del 080. La nueva propuesta festiva ‘Sunset Mirage’ es precisamente un homenaje a los atardeceres mediterráneos tan vivos y coloridos, con colores intensos que van del violeta al naranja, pasando por el rosa y el rojo Avellaneda. “El atardecer es también la antesala de esas noches interminables que habitan en mi imaginario”, continuaba el diseñador barcelonés.
En cuanto a patrones y siluetas, Avellaneda se mantiene fiel a su estilo elegante que parte de la sastrería clásica con piezas fieles a su ADN como las camisas bien definidas, los smokings, los trajes con tejidos extraordinarios y los vestidos llenos de volumen con aberturas sorprendentes que están presentes en una versión u otra, en cada temporada. En ‘Sunset Mirage’ también convive lo masculino y lo femenino, la elegancia aristocrática y las prendas impecables que están pensadas para disfrutar de la vida, y especialmente de la noche.
Dominnico
Domingo Rodríguez Lázaro fue uno de los diseñadores más esperados de la pasarela catalana. De hecho, su desfile como Dominnico, la marca prêt-à-porter que fundó en 2016 en Barcelona, causó máxima expectativa. Ni una silla quedó vacía. El diseñador alicantino, debutó con ‘Nenne’ para volver a sus orígenes en una propuesta intimista: “Nene es el apelativo cariñoso con el que Juana, mi madre, llamaba a Domingo, mi padre y el punto de partida de esta colección intimista en homenaje a él”, explicaba Domingo Rodríguez Lázaro antes del desfile. Para vertebrar esta atrevida propuesta, el director creativo junta el mundo de la moda con el motor. Así, los monos de trabajo, el camión y sus carrocerías presentes de forma simbólica en la ropa contrastan con la moda más festiva de gran espectacularidad visual que se elabora siguiendo la confección artesanal, pero también el upcycling (dando una segunda vida a materiales y prendas recicladas).
En esta propuesta, la obra del ilustrador japonés Hajime Sorayama ayudó a explorar la simbiosis entre la robótica y el erotismo del cuerpo humano, creando nuevas estructuras en las que conviven la mecánica y la anatomía, sirviéndose de los volúmenes -creados con tafetanes y pelo de origen vegano-, para conseguir esa parte más orgánica y natural. También las texturas de tejidos más utilitarios, como la felpa o el denim, acercan Nenne al costumbrismo y a las piezas laborales reversionadas. En la pasarela vimos como los tejidos Gratacós adquirían nuevos usos y formas. Un magnífico ejercicio de creatividad en un diseñador que seduce a los jóvenes de la generación Z.
Escorpion
Escorpion optó por convertir la pasarela en una fiesta a través de una explosión cromática. “Teníamos muchas ganas de celebrar que la vida sigue”, afirmaba el director creativo, Carles Gràcia después del desfile. La firma catalana del knitwear, que lo exporta a nivel internacional a través de 900 establimientos, presentó ‘Euphoria’, un homenaje a esa fuerza para seguir hacia delante a través de una sensación intensa de alegría y bienestar.
Para ello, la colección primavera-verano 2023 apuesta por una estética arriesgada donde no hay miedo a las mezclas que pueden parecer caóticas en algunos aspectos y absolutamente brillantes, en otros. Jacquards con hilaturas brillantes, intarsias de algodón y lino, tartanes, lentejuelas, plumas… llenarán de optimismo y color la próxima temporada.
Is coming
La firma fundada por el empresario Constan Hernández, el que fuera presidente y fundador de Intropia, presentó una colección ecléctica titulada ‘Hotel en Barbados’. Una propuesta que se trasladó a ese universo vacacional en el Caribe para estructurar looks femeninos que transitan entre el día y la noche con un colorido explosivo que incita al buen humor y a la diversión. Siguiendo la línea de las anteriores colecciones, el equipo de diseño de Is Coming con Usua Echegoyen a la cabeza, presentó una colección atemporal, versátil y con prendas muy combinables entre sí.
En ‘Hotel en Barbados’ se mezclan estampados geométricos años 20, recurrentes en sus colecciones, esta vez representados en colores muy vivos. Como si de un mercado tropical se tratara, los papaya, chile, lima, cilantro y paprika se funden con los destellos de la fiesta nocturna en la playa: cobres, oro, verdes, agua… Las combinaciones arriesgadas de tejidos y estampados, marca de la casa, no podían faltar en esta colección. Rayas de algodón, cuadros ventana pequeños mezclan con esos estampados en voile ligero, en viscosa, con mariposas de lentejuelas. También margaritas aplicadas, flores en brocado casi fosforescentes con fondo crudo. Aplicaciones y estampados determinantes para destacar en la súper fiesta nocturna, conviven con piezas de día que usas para investigar y adentrarte en el colorido mercado local.
Yolancris
Yolancris también dio rienda suelta al color más extremo con su última propuesta ‘Idilia’, donde por primera vez se atrevió por las tonalidades fluorescentes, más allá de mostrar una rica paleta compuesta por sus habituales neutros o rosas empolvados, estampados, texturas y volúmenes característicos.
La propuesta para el próximo verano mira a la mujer de los años 60, a ese contraste entre la feminidad y esa bocanada de lucha y libertad que se respiraba en la época para presentar una colección femenina, sutil y algo irreverente. Para ello, la diseñadora Yolanda Pérez crea siluetas que juegan con los volúmenes, las asimetrías y la riqueza de una variedad de tejidos que van desde el tafetán, al encaje, la seda y la pedrería bordada a mano. El juego de proporciones mini-maxi, como volúmenes ondulados combinados con microcortos, ayuda a entender la versatilidad y el juego de los diseños de Yolancris que pueden vestir a la mujer en un evento ceremonioso o en un video de TikTok.
Desfile de la colección SS23 de Fely Campo. Foto: Gus Geijo
Gratacós ha brillado con luz propia en la Gran Semana de la Moda Española al subirse en la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, celebrada a mediados de septiembre. Evidentemente, lo ha hecho de forma indirecta a través de diseñadores asiduos a nuestros tejidos que han vuelto a confiar en nuestro saber hacer para crear las magníficas colecciones de la próxima temporada estival. En esta edición queremos mencionar especialmente la colaboración que nuestra empresa familiar ha hecho con la diseñadora Fely Campo en una propuesta SS23 urbana y sensual, donde el lujo se aprecia en cada detalle. No solo la creadora salamantina ha contado con los tejidos Gratacós para idear obras de arte en movimiento. También nos han apoyado otros diseñadores como Álvaro Calafat, Aurelia Gil, Duyos, JC Pajares, Isabel Sanchís, Malne, Maison Mesa, Odette, Pilar Dalbat y Redondo Brand. A continuación, os exponemos algunos detalles de cada colección y también más detalles de los looks exhibidos.
Fely Campo
Fely Campo entiende la moda como “una incansable búsqueda de la belleza”. Un lenguaje que se mueve de forma perseverante y en el que la diseñadora de Salamanca encuentra el equilibrio entre el silencio y el ruido de nuestra forma de vida actual. Bajo esta inspiración, la creadora transmite en ‘Nagore’ una idea de sensualidad que se alinea al frenético ritmo urbano de ciudades como Madrid, Tokio o Nueva York. Sorprendentes urbes en plena vibración con las que Campo alude a nociones como la vorágine, la vibración y la pulsión, pero también evocan otros valores como quietud, sutileza y deseo, a través de tejidos, patrones y siluetas que desean participar en este bullicio urbano.
Así, ‘Nagore’ es una colección de prêt-à-porter de lujo con la que Fely Campo quiere representar el movimiento de nuestro ritmo de vida actual. Para ello, la diseñadora, que lleva más de 40 años vistiendo a mujeres de todo el mundo, crea una imagen contemporánea sobre el concepto de fluidez con prendas dúctiles y versátiles que reflejan el sentir de la mujer actual que busca moda de autor española consciente de la necesidad de consumir moda sostenible. Siguiendo su estilo elegante y sobrio, Fely Campo se aferra a un patronaje excelente con siluetas que aman la sutileza, tejidos que se tornan vulnerables al movimiento, exuberantes estampados florales y en una paleta de colores rica que va desde los neutros: blancos, grises claros y negros, hasta los radiantes tonos fucsia, naranja y rojo con matices metalizados. La propuesta SS23 de la diseñadora es, ante todo, una explosión de belleza femenina en pleno movimiento.
Álvaro Calafat
Álvaro Calafat debuta en la pasarela española con una nueva colección emotiva donde el arte y la arquitectura se funde con la moda. Su tercera propuesta es un sentido homenaje al fallecimiento de uno de los mejores amigos del joven diseñador malagueño. Para hablar de la muerte, pero también de su conexión con la vida, el amor y el sexo, Calafat traslada a los presentes al templo de Khajuraho de la India y lo hace a través de una interpretación libre y creativa de estampados, estructuras en 3D, volúmenes y minuciosos detalles. Las siluetas se vuelven atrevidas, los tejidos combinan rigidez con ligereza y no pasan desapercibidos algunos elementos surrealistas característicos de su estilo irreverente.
Aurelia Gil
Aurelia Gil rinde homenaje a la trayectoria de su marca, que en 2023 cumple 20 años, a través de una propuesta atemporal que es toda una declaración de intenciones. Así, ‘3 6 5’ representa una única colección al año compuesta por prendas que encajan entre sí y funcionan en cualquier momento del día, con el fin de dar un paso más hacia la sostenibilidad.
La colección de la firma canaria se compone de una nutrida selección de prendas icónicas de la marca que han sido revisadas y actualizadas a través del diseño y del uso de nuevos materiales, como la hilatura de Lycra para las piezas de crochet. Gil también apuesta por el contraste cromático y la mezcla de tejidos. ‘3 6 5’ también cuenta con la visión añadida que aportan las artesanas canarias que han creado los complementos que acompañan la colección para reafirmar en los valores de tradición, artesanía y oficio.
Duyos
Con un estilo propio y reconocible, Duyos encuentra la inspiración de la próxima colección SS23 en Estonia a través de un viaje sensorial por su naturaleza deslumbrante, su artesanía y tradición, y hasta su gastronomía. Para trasladar las vivencias en moda, el diseñador madrileño se alía de Jacquares de algodón, bordados, organzas, sedas y tules que utiliza para ilustrar la explosión floral del comienzo del verano, pero también otros elementos de los paisajes autóctonos. Verdes boscosos, rosados luminosos, morados florales, dorados evocadores… que, combinados sutilmente representan la energía del colorido del país.
En la nueva colección de Juan Duyos tampoco faltan sus habituales rasgos estilísticos: superposición de prendas, juego de volúmenes y mezcla de motivos y texturas que representan el espíritu lúdico, pero funcional basada en la costura de factura artesanal.
Isabel Sanchís
Isabel Sanchís ha celebrado 30 años en la moda manteniendo sus credenciales intactas. El objetivo de la diseñadora valenciana, que roza la excelencia en la aguja, siempre ha sido magnificar la feminidad de la mujer contemporánea trabajando con mimo los materiales y los tejidos escogidos, con bordados exclusivos, volúmenes estratégicos y un patronaje muy preciso.
La próxima colección para el verano 2023 representa una colección muy personal basada en elementos insignia, las flores y el volumen. Para ello, Isabel Sanchís interpreta las flores de formas distintas manteniendo diseño elegantes y extremadamente femeninos. La propuesta es ecléctica, representa la diversidad en la sociedad actual, y existen piezas que parten desde neoprenos cortados a láser, pasando por piezas más ligeras de organza o gasa, con otras prendas de costura con volúmenes realizado con raso líquido reciclado y plumas. Los colores utilizados son llamativos, donde predominan el rojo, el rosa y el verde, dando fuerza a las piezas de esta colección para una mujer del 2023.
JCPAJARES
JCPAJARES reafirma su apuesta por la moda sin estacionalidad con su propuesta ‘Annual 22 23’. Representa la tercera colección anual donde prendas de verano, invierno y timeless se dan la mano a través de diseños innovadores, conscientes y respetuosos con el medio ambiente.
‘ANNUAL 22-23’ se convierte en la colección más especiales de la firma gracias a la colaboración con maestros artesanos. Una unión que revivive y dota de nuevos códigos estéticos a técnicas centenarias que están a punto de desaparecer. Cerámica, vidrio soplado, bordados a mano, mimbre, tejidos realizados en telares centenarios navegan por una colección que afianza el carácter, estilo y el sello de la firma del joven diseñador. A destacar también los patrones innovadores y sofisticados, las siluetas sexys combinadas con otras oversizes, los frunces estratégicos y las aberturas inesperadas que se materializan gracias a paños de lana, organzas y puntos de seda, crepes y neoprenos, entre otros.
Malne
Paloma Álvarez y Juanjo Mánez, el tándem de diseño que se oculta tras la firma, se inspira en el simbolismo del nacimiento para presentar una colección deslumbrante en todos los sentidos que se sitúa en un entorno hostil como es el desierto. En ‘Birth’, Malne reflexiona sobre un proceso de transformación en clave positiva: el fin de una era, y el nacimiento de nuevos paradigmas éticos y modos de vida, en los que la forma parte de la belleza de esa necesaria mutación.
Para llevarlo al terreno de la moda, Malne utiliza tejidos brillantes que reflejen los rayos de sol en la arena y tonalidades características del paisaje desértico como los tonos arenas o los azules noche. Las siluetas son atrevidas sin dejar de lado la sofisticación que caracteriza la marca española.
Maison Mesa
La figura controvertida de Heliogábalo, emperador romano del siglo III d.C., inspira la nueva colección estival de Maison Mesa. Un emperador irreverente, que rompe con los esquemas del género, con la sexualidad establecida y con los sistemas de poder, que otorga a la mujer el poder político destinado exclusivamente a los hombres. Bajo esta influencia, la feminidad, el deseo y el poder son los elementos centrales en torno a los que giran todas las prendas, una historia sobre el poder femenino sin ataduras.
Sobre la pasarela, la firma de Juan Mesa que mezcla tradición y vanguardia, exhibe piezas geométricas que generan volúmenes y drapeados según su estructura de construcción. También vestidos de noche junto a piezas de día como sudaderas, camisas o chaquetas, todas unidas bajo la influencia del dios solar Helios, que reflejan su luz con matices y destellos, con su color o con bordados y aplicaciones. La paleta de colores es luminosa y va del blanco al amarillo, pasando por el azul celestial y el dorado, verdes empolvados y rosas matizados frente a sus versiones más intensas.
Si hablamos de tejidos, la nueva colección mezcla materiales clásicos frente a otros más contemporáneos e innovadores, voile de algodón, organdís, satenes, mikados, muselinas de seda y creps frente a tejidos de metal, acabados brillantes y de lúrex en Jacquard o en punto, pasando por lentejuelas metálicas o traslúcidas y otras que crean bordados militares de camuflaje. También predominan los tejidos que reflejan con su brillo la luz, con lúrex, con ligamentos satinados, tejidos de flecos que aportan brillo y movimiento, incluso tejidos que modifican su color tras su exposición continuada a la luz solar. En definitiva, Helios está presente desde el concepto hasta su manifestación textil.
Pilar Dalbat
Pilar Torrecillas, directora creativa de la marca, se inspira en los monumentos patrimoniales de su Granada natal para presentar una colección armónica que rinde homenaje a la arquitectura autóctona.
Sobre la pasarela, Pilar Dalbat compone 32 looks que combinan tejidos de gaza de lino con tules, plisados y tafetas creando nuevas siluetas llenas de transparencias. Los tejidos metalizados, presentes en los diseños de cada colección, también vuelven a aparecer esta vez en diferentes texturas. Las prendas de noche apuestan por el brillo, las transparencias y los plisados. Vestidos, chalecos y faldas que acompañadas de bordados con metacrilatos y cuentas de cristal combinan con tops sedosos y de neopreno. El verde lima en tafetas, crepes y fantasía da paso a prendas versátiles y fluidas.
En esta nueva colección, Pilar se reafirma una vez más en una manera de hacer colecciones de moda lenta, defendiendo la moda de autor made in Spain.
Odette
La marca de prêt-à-porter Teté by Odette presenta una propuesta inspirada en la mujer segura de sí misma, que desea brillar y que invierte en piezas de forma totalmente artesanal elaboradas en España. Así, la colección ‘Selena’ recoge el perfil de sus consumidoras con looks hechos a medida para ellas. Sobre la pasarela, la diseñadora Odette Álvarez cambia algunos patrones, abogando ahora por la feminidad de una forma más sutil y sencilla. Por lo tanto, las siluetas se vuelven minimalistas y los tejidos acarician el cuerpo creando formas fluidas y sensuales.
Los tejidos ricos en detalles de cristal, flecos, abalorios, chapas y lentejuelas, y los colores que fluyen entre el oro y plata, el rotundo fucsia, el blanco y el negro son el eje de esta propuesta inspirada en las luces y sombras del paisaje lunar.
Marrón. Ya de entrada suena feo y antipático, desencadena alguna burla y en general, representa un color poco apreciado: Sólo el 1% de las personas reconocen tenerlo como favorito, siendo la tonalidad que más rechazo genera entre la población. A nivel psicológico, el marrón tiene connotaciones negativas porque se asocia con lo viejo y anticuado, a la pobreza, a la suciedad o a la cotidianeidad. Lo ordinario se representa de marrón. Lo discreto también porque el marrón, al ser la mezcla de los colores primarios, pasa desapercibido. Estas asociaciones mentales se relacionan con la historia de la vestimenta y el uso que se le dio en el arte, a este menospreciado color. A pesar de ello, el marrón también tiene un reverso luminoso: representa la tierra y está presente en la naturaleza, a través de la flora y la fauna. En diseño y decoración, el marrón es muy apreciado porque remite a la calidez, al recogimiento y al bienestar. Los ambientes rústicos, con gran presencia de maderas, pieles y barro y arcilla son de tonalidades pardas. A continuación, os explicamos algunas curiosidades de esta reservada tonalidad imprescindible en otoño, la estación que psicológicamente asociamos al marrón.
El origen del marrón
El marrón siempre ha estado ahí, y abunda a nuestro alrededor. Estos tonos son muy comunes en la naturaleza: las cortezas de los árboles, la piel y el pelo de los animales, la tierra arcillosa, los suelos áridos, los flujos del lodo… El marrón representa la madre tierra, donde emana con toda su fuerza, su naturaleza, y, por lo tanto, la vida y la muerte. La madurez es marrón por eso en otoño, este color resplandece en toda su intensidad. Las flores pierden su juventud y las hojas se tiñen poco a poca de esta tonalidad para anunciar el fin de su ciclo.
Etimológicamente, el nombre del color es un galicismo. Remite a “marron” que significa castaña en francés. Esta palabra se introdujo a mediados del siglo XIX para designar a lo que antes se conocía como castaño. Fue tanta la aceptación y el uso entre la población del término que se introdujo al diccionario normativo en 1927. Por lo tanto, no hace ni un siglo que nuestra lengua ha aceptado la palabra marrón para designar al color castaño o pardo. A pesar de ello, hoy en día seguimos usando el viejo adjetivo para nombrar al pelo y cabello que no es ni rubio ni moreno.
El color de la humildad y la pobreza
Históricamente, el marrón siempre ha sido un color abundante, fácil de producir y en muchos casos, representaba los tejidos sin teñir a través de piezas elaboradas de borra y pelo de cabra, ciervo y liebre hilados con lino y cáñamo crudos y parduscos. Por lo tanto, la ropa de color marrón era la original y no necesitaba ningún tratamiento añadido. Desde la Grecia Clásica y prácticamente hasta finales del siglo XVIII, las piezas de ropa de colores luminosos como el rojo, el azul de ultramar, el verde o el amarillo dorado eran símbolo de estatus -eran colores caros de producir- y estaban reservadas a las clases privilegiadas. Las prendas sin teñir mostraban claramente una condición inferior y por eso, las clases populares las usaban con frecuencia, siendo el marrón el color vinculado con la sencillez, la humildad y la pobreza. Por ejemplo, en la Antigua Roma, la ropa marrón se asociaba con los pobres o los bárbaros -aquellos pueblos que no dominaban las artes tintoreras-. El término que se utilizaba para dirigirse a los plebeyos era “pullati”, que significa literalmente aquellos vestidos de marrón. En la Edad Media, se consideraba el marrón como el color más feo del espectro porque era el color que vestían los campesinos, los siervos, los criados y los mendigos. También representaba un color abundante, corriente y vulgar, valores opuestos a la opulencia de la nobleza. Por lo tanto, el marrón se veía como un color mundano, asociado a la muchedumbre, la turba y por qué no, a la suciedad. Heces, lodos y betunes son marrones y rodeaban frecuentemente la plebe.
Si el marrón también representaba símbolo de la humildad, no era de extrañar que los primeros monjes cristianos utilizaran este color para predicar una vida sencilla, alejada de toda clase de lujos. Cuando se establecieron los colores para las distintas órdenes, los colores pardo y gris vestían a los monjes que hacían voto de “máxima pobreza” como los franciscanos conocidos por sus túnicas marrones como símbolo de humildad cristiana. El marrón fue también, durante siglos, el color del luto de los pobres porque los tejidos teñidos de color negro resultaban inaccesibles para las clases más populares.
Un cambio de concepción
El ideal estético de los colores vibrantes duró mientras se mantuvo el elevado el coste de los tintes luminosos. Este paradigma empezó a cambiar a partir del siglo XVIII cuando se pudo teñir por primera vez los colores puros (rojo, azul y verde eran los más valorados) a precios razonables. Este hecho cambió el sistema de valores: los colores puros se consideraron entonces simples, y el arte del tintorero se transformó en el arte de mezclar tintes. De ahí surgió, en la época rococó la predilección por los colores pastel, y la introducción del castaño como color de moda entre la nobleza. Para obtener el codiciado marrón se teñían varias veces con diversos colores, unos después de otros, para obtener un tono más variado. Por ejemplo, Luis XVI sentía predilección por los colores pulga (los llamaba, coleurs de puce) con matices muy variados: pulga vieja, pulga joven, espalda de pulga, cabeza de pulga, pierna de pulga… Todos se reverían a un tipo de marrón distinto.
Goethe por otro lado, consideraba los colores puros como algo desdeñable, puesto que eran difíciles de combinar en la vestimenta de las personas sofisticadas: “El uso de colores enteros sin duda tiene muchas limitaciones; en cambio, los colores como sucios, muertos, los llamados colores de la moda, muestran muchísimas gradaciones y matices, la mayoría de los cuales tiene su gracia”, decía. Los “colores sucios” eran todos los tonos marrones, y los “colores muertos” se refería a los que se oscurecían de negro con sus distintas variaciones que eran más versátiles. Es así, como progresivamente la cultura alemana le dio un vuelco total al significado del marrón. De la plebe y la marginación pasó a representar la cultura y el buen gusto de las clases altas.
El marrón en el arte
Aunque el marrón se ha utilizado en el arte desde tiempos prehistóricos, esta tonalidad raramente su usaba en el arte hasta el Renacimiento. En la Edad Media, por ejemplo, los artistas preferían colores brillantes y distintivos para pintar cuadros o ilustrar libros religiosos. En los siglos XVII y XVIII el marrón tuvo un mayor uso. Caravaggio y Rembrandt usaron varias tonalidades de marrones para crear efectos de claroscuro, donde el sujeto se distinguía de la oscuridad. Rembrandt también agregó sombra a las capas de tierra de sus pinturas porque promovió un secado más rápido. El artista comenzó a usar un nuevo pigmento marrón, llamado Cassel earth o colonia tierra. Este era un color de la tierra natural compuesto por materia orgánica, como el suelo o la turba. Fue utilizado por Rubens y Anthony van Dyck, y más tarde se hizo conocido comúnmente como marrón Van Dyck. Los impresionistas franceses del siglo XIX no fueron muy adeptos al color en cuestión, en excepción de Paul Gauguin que creó retratos luminosos de color marrón de las personas y los paisajes de la Polinesia francesa.
Un color apreciado en moda
Tradicionalmente, se pensaba que la persona que vestía de marrón transmitía al mundo que quería pasar desapercibida. El efecto psicológico que causa es el de ser un color corriente, hasta mediocre. De hecho, existen aún normas adscritas en cuestiones de vestimenta que se remontan a este imaginario de los colores. Por ejemplo, se dice que los ejecutivos de alto rango tienen prohibidos los trajes marrones porque desmerecen su estatus.
Más allá de ciertas creencias o tradiciones, la moda ha adoptado el marrón en su lecho y le ha dado infinidad de posibilidades. El marrón es un tono cálido y profundo, desprende magnetismo, es fácil de combinar, y por lo tanto se adapta a la perfección en infinidad de looks porque hace de su discreción, su mejor baza. No en vano se le considera un neutro como el blanco, el negro o el azul marino. A pesar de estar relacionado tradicionalmente con el otoño, el marrón este 2022 se ha llevado en primavera y en verano, a través de looks juveniles y frescos que han seguido algunas celebridades y prescriptoras de moda como Cardi B, Dua Lipa, Selena Gómez, Kendell Jenner o Rihanna. Llevarlo en versión total look ha sido también la preferencia de las grandes firmas de moda.
En Gratacós queremos mostrarte algunos de los tejidos clave de la nueva temporada en tonalidades marrones para demostrarte todo su potencial. También encontrarás otros artículos a precios rebajados. En nuestra tienda online los encontrarás disponibles.
En definitiva, el marrón nunca pasará a la historia de los colores más significativos, pero caminará de la mano de ella gracias a su naturaleza sencilla, versátil y discreta.
El cuadro Vichy es imperecedero. Sobrevive a las tendencias y a los ciclos de la moda y se sofistica a través de diseños arriesgados y tejidos que van más allá del clásico algodón de sus orígenes. Los más típicos combinan sobre fondo blanco colores como el negro, el rojo, el azul o los tonos pastel. Hace décadas, estos cuadros pequeños asociados con la libertad y la vida campestre, decidieron abandonar el campo para seducir las grandes estrellas del celuloide y, acabar más tarde en la pasarela reconvertidos en un motivo actual que se transforma según los gustos y exigencias de las nuevas generaciones.
Judy Garland en ‘El Mago de Oz’(1939) y un cartel publicitario de la época
De Malasia a Vichy
¿Sabías que el motivo Vichy procede de Malasia? Se le llama originalmente gingham pattern. El tejido, inicialmente rayado, era hecho en hilo de algodón teñido y, además de ser económico, se podía utilizar del derecho y del revés. Esta última peculiaridad fascinó a los británicos que decidieron importarlo a Inglaterra durante la soberanía de Isabel I. Entonces se producía en Manchester y se introdujo la versión con pequeños cuadros a partir de un trazado de líneas horizontales y verticales. Estas primeras versiones se utilizaban en textiles decorativos como tapicería y mantelería. En el mundo de la confección, llegó a mediados del siglo XIX cuando Napoleón III, emperador de Francia, convirtió a Vichy, en la principal ciudad de producción del tejido homónimo. A partir de aquí, los cuadros Vichy empezaron a vestir los trajes y vestidos de inspiración romántica de las clases aburguesadas en sus momentos vinculados con el ocio y el aire libre, dotándolo de un encanto bucólico y pintoresco. Nacía un tejido reinventado que se asociaría una década más tarde con el chic parisino de espíritu campestre.
Katherine Hepburn y Lauren Bacall encarnan el mito de la femme fatal con sus vestidos de cuadros Vichy
El séptimo arte se rinde a sus pies
El cuadro Vichy se hubiera quedado relegado al campo -en el siglo XX también lo utilizaban las clases trabajadoras-, sino fuera por la visión de los diseñadores y el personal encargado de vestir a las estrellas del cine. De esas reminiscencias campestres, de las mantelerías y los delantales o del universo naíf y bucólico surgió el vestido azul que lucía Judy Garland en ‘El Mago de Oz’ (1939). Despojadas de los aires inocentes de Garland, otras estrellas de cine que encarnaron el mito de las femmes fatal como Joan Crawford en la película ‘Rain’ (1932) o Katherine Hepburn en ‘Escandalo en Filadelfia’ (1940), Lauren Bacall en ‘Tener y no tener’ (1944) o Ingrid Bergman en ‘Notorious’ (1946), le supieron dar un toque más contemporáneo. Sus vestidos ceñidos o trajes dos piezas en cuadros Vichy acompañados de cinturones tipo corsé o tacones altos encarnaban una feminidad sensual y poderosa a los personajes que interpretaban. Eran mujeres de armas tomar. A partir de ese momento, todas las celebrities americanas empezaron a lucirlo desde Jackie Kennedy a Marilyn Monroe.
Brigitte Bardot con dos trajes icónicos de cuadros Vichy
Brigitte Bardot populariza los cuadros Vichy
Los cuadros Vichy también tuvieron buena acogida en el universo de las pin-ups de los años 50. Esas modelos retratadas sonriendo y en actitud sugerente que aparecían en las portadas de revistas, libros o calendarios para desafiar con su cuidadosa picardía, los acatados cánones estéticos de la época. A pesar de ello, quien extendió este tejido por todo el mundo fue Brigitte Bardot cuando en 1959 se casó con Jaques Charrier y para la ocasión, lució un vestido Vichy hecho a medida diseñado por Jacques Estrél. Unos años atrás, la actriz francesa no pasó desapercibida con una falda voluptuosa en forma de A de cuadros Vichy azules en la película ‘¿Quieres bailar conmigo?’ (1953).
Marilyn Monroe con unos pantalones de cuadros Vichy
Los siguientes años fueron decisivos en la consolidación de los cuadros Vichy en la moda prêt-à-porter. Marilyn Monroe y Audrey Hepburn lucían prendas de cuadros Vichy en sus looks más icónicos, cada una respetando su estilo, aunque era habitual verlas en pantalones con este motivo. Otro icono sensual de la época: Jane Birkin también lo lucía en la película ‘La Piscina’ (1966) con Alain Delon. Se ve con un vestido de cuadros negros y en una falda vichy azul marino. Otros iconos de estilo más contemporáneos como Linda Evangelista en la pasarela de Versace de los años 90 o la princesa Lady Di, también inmortalizaron algunos looks con estos cuadros en cuestión.
Looks del diseñador Victor von Schwarz
Los cuadros Vichy en la actualidad: ¿cómo llevarlos?
No hay prácticamente verano sin cuadros Vichy. Este tipo de cuadro se perfila como un clásico de la temporada que aparece con las altas temperaturas y siempre en una última versión renovada: cuadros más o menos pequeños, distintos colores, en tejidos más elaborados… En vestidos veraniegos de estilo campestre, en shorts y leggins ajustados para un look más urbano, en tops de mangas voluminosas o hasta en complementos como bolsos y zapatos.
En Gratacós nos gustan los cuadros Vichy y desde nuestro departamento creativo estamos atentos a las tendencias futuras para hacer siempre tejidos con este tipo motivo que sorprendan a nuestros clientes. Desde opciones clásicas hasta artículos más sofisticados que incorporan tonos fuera de lo común o elementos brillantes como las lentejuelas. Te damos algunas ideas y sugerencias con tejidos de cuadros rebajados que también puedes encontrar en nuestra tienda online. En la variedad está el gusto…
El diseñador de moda y director artístico de la muestra, Jean Paul Gaultier, en CaixaForum Barcelona.
Jean Paul Gaultier es el enfant terrible de la moda por méritos propios. Aunque ya no esté encabezando a nivel creativo su marca homónima, ahora capitaneada por su sucesor Olivier Rousteing, Gaultier siempre será Gaultier. Un genio autodidacta. Transgresor e irreverente, pero desde su faceta amable. Un verso libre de la moda que la revolucionó en los años 70, 80 y 90 exaltando la diferencia, celebrando la diversidad, rompiendo estereotipos y explorando la belleza de los márgenes. A Gaultier no le interesaba lo clásico ni lo convencional, pero sí que investigó como a través de la ropa podía empoderar a las mujeres de su tiempo. Sus diseños eran la armadura perfecta para una nueva generación que quería expresar a través del atuendo su fuerza, dinamismo y libertad. Uno de los iconos de Gaultier, el corsé puntiagudo que lucía Madonna en la gira mundial ‘Blonde Ambition’ en 1990 se creó gracias a la influencia que ejerció la mujer que más le ha inspirado: su abuela y su amplio armario lencero que recuerda el enfant terrible de su infancia.
Esta icónica prenda, entre otras se puede ver en directo en la nueva exposición estrenada en CaixaForum Barcelona: ‘Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier’. Una exposición coorganizada por la Fundación La Caixa y La Cinémathèque francaise que propone un viaje ecléctico que entrelaza cine y moda con grandes creadores y artistas, desde la óptica personal del controvertido creador, como diseñador de vestuario y como cinéfilo. Para Gaultier no hay cine sin moda, y viceversa.
Backstage, desfile de Jean Paul Gaultier, colección Barbès, 1984, prêt-à-porter de mujer otoño-invierno 1984-1985. © William Klein.
Dividida en cinco ámbitos, la exposición de autor donde Gaultier plasma su mirada, revisa la presencia del mundo de la moda en el cine, las colaboraciones de grandes modistos en el vestuario de películas y la creación de los arquetipos masculinos y femeninos. El enfant terrible de la moda pone el acento en aspectos clave que están presentes en su trayectoria como diseñador como el empoderamiento femenino y presta atención a figuras heterodoxas de guerreros y guerreras, andróginos y travestis, así como a la influencia de las culturas rock, punk y queer que tanto han marcado la moda en los últimos años.
Tras su paso por Paris y Madrid, la exhibición, dedicada a la memoria de la cineasta Tonie Marshall, reúne en Barcelona un conjunto heterogéneo de más de 100 piezas de indumentaria que se muestran en cerca de 70 looks, fragmentos de más de 90 películas y 125 representaciones gráficas (carteles, bocetos, fotogramas y fotografías), entre originales y reproducciones, procedentes en su mayoría de la prestigiosa colección de La Cinémathèque Française y que se complementan con obras de más de veinte prestadores nacionales e internacionales.
Díptico Marlene Dietrich. Masque & Narcisse, 2021. © Bastien Pourtout i Edouard Taufenbach, colección Pierre Passebon, 2021.
Entre los cerca de 70 looks icónicos del cine se encuentran vestidos que llevaron Grace Jones en ‘Panorama para matar’ (1985), Catherine Deneuve en ‘8 mujeres’ (2002), Grace Kelly en ‘La ventana indiscreta’ (1954); Sharon Stone en ‘Instinto básico’ (1992); Marilyn Monroe en ‘Eva al desnudo’ (1950); Seven Sinners de ‘Tay Garnett’ (1940); Brad Davies en ‘Querelle’ (1982) o como decíamos al principio, el célebre corsé rosa que enalteció a Madonna en su gira mundial.
También, los trajes de ‘Superman’ (que vistió Christopher Reeve); ‘La máscara del Zorro’ (1998), con Antonio Banderas; el short que llevó Sylvester Stallone en ‘Rocky’, o el vestuario de Victoria Abril en ‘Kika’ (1993) que, junto con el de otras películas como ‘La mala educación’ (2004) o ‘El quinto elemento’ (1997), fue diseñado por Gaultier. En esta línea, también se exponen diseños de alta costura de Coco Chanel, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy, Manuel Pertegaz, Balenciaga y Sybilla, entre otros.
Fotografía entre bastidores de la película ¿Quién eres tú, Polly Maggoo? 1966 © William Klein/ Films Paris New York.
Dos películas que marcan los inicios de Gaultier
Entre todo el desfile de looks, proyecciones y prendas clave, hay dos películas que ocupan un lugar de honor en la exposición y tienen que ver con los orígenes del diseñador. La primera cambiaría el rumbo de su vida. Gaultier tenía entonces 13 años cuando vió por primera vez de ‘Falbalas’ de Jacques Becker (1945). Un melodrama protagonizado por un costurero y ambientado en el ajetreo de una casa de costura durante la posguerra. Este filme es el “culpable” de que quisiera dedicarse al mundo de la moda. De ahí empezó a diseñar figurines que luego transformaría en diseños. La otra película que ha marcado al creador francés ha sido ‘¿Quién eres tú, Polly Maggoo?’ (1996) de William Klein, quien en el filme analiza su época con una mirada aguda y pone al desnudo los entonces incipientes reality shows. Se trata de una sátira de los delirios egocéntricos del mundo de la alta costura, donde en aquella época dominaba la era espacial en la que cayeron todos, desde el modisto misántropo hasta la redactora jefa más versátil.
Pedro Almodóvar, Victoria Abril y Jean Paul Gaultier en el plató de Kika, 1994 © Nacho Pinedo.
Moda y arte, actividades en paralelo
La exposición ‘Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier’ estará abierta al público hasta el 23 de octubre. En esta ocasión, para indagar en las estrechas relaciones entre la moda y el arte, CaixaForum Barcelona ha organizado en septiembre, un ciclo de conferencias que plantea diálogos sobre de qué manera se influyen el arte y la moda: ¿es el arte la fuente de inspiración para la moda o son los códigos de la moda, las vías que escoge el artista para desarrollar su poética? El filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, el arquitecto Manuel Blanco, los periodistas Isabel Margalejo y Carlos Primo, la divulgadora Charo Mora (responsable del ciclo) o la modelo Sita Abellán, son algunos de los nombres que ilustraran los vínculos entre la moda y el arte, la arquitectura, la literatura y la música.
Detalles de la exposición ‘Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier’
Empieza la temporada veraniega con una tendencia cada vez menos reservada para las ocasiones especiales: las lentejuelas, que con sus brillos atrapan todas las miradas. Desvinculadas de su zona de confort, estas pequeñas láminas metalizadas cosidas en el tejido se erigen las protagonistas del momento junto con otros materiales que deslumbran por sí solos como las iridiscencias o los acabados satinados que producen un brillo más discreto.
En esta ocasión, las lentejuelas, junto con los colores flúor y las transparencias, salen de los desfiles de las colecciones SS22 de Tom Ford, Michael Kors, Loewe, Valentino o Rodarte para invadir la calle a través de outfits resplandecientes. La clave de las lentejuelas, hasta ahora reservadas en celebraciones concretas como las Nocheviejas, es que existen muchas opciones para lucirlas con acierto en prendas para llevar a todas horas. De día y de noche sin reparar en brillos ni excesos. Desde los looks rock & roll de Saint Laurent, hasta la sofisticación de Chanel y Celine que las combinan con tweed o en detalles clave como muestran Gucci, Balmain o Paco Rabanne, creador de la icónica malla metalizada.
De Tutankamón a Leonardo da Vinci
El origen de las lentejuelas se remonta al Antiguo Egipto, donde se cosían pequeños discos de oro y plata en la ropa de los faraones y sus consortes como signo de riqueza. De hecho, fue durante el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922, cuando los arqueólogos encontraron, entre distintos objetos, ropa decorada con brillantes discos de metal. Una época que coincidió a su vez, con la fiebre metalizada de los Locos Años 20, encarnada por el vestuario de las flappers y la egiptomanía que desató este hecho, que inspiró a los diseñadores de la época a diseñar atuendos con discos metalizados para destacar en la pista de baile.
En inglés, la palabra sequin (lentejuela, se vincula al término en árabe sikka (moneda) y al zecchino, una moneda dorada acuñada en Venecia durante el siglo XIII. Las primeras lentejuelas fueron monedas cosidas a la ropa, por razones que iban desde exhibir la riqueza y el estatus hasta complicarle la vida a los ladrones. Se dice también que Leonardo da Vinci, uno de los grandes inventores de la humanidad, ideó una máquina para producir pequeños discos de metal. Un prototipo que nunca se llegó a fabricar, pero que ya ubica la antigüedad de la lentejuela.
Más tarde, en los siglos XVII y XVIII, empezaron a usarse carteras, estuches y aparecieron los bolsillos. Por lo tanto, en la indumentaria de hombres y mujeres ya no era necesario coser las monedas a la ropa para mantenerlas a buen recaudo, y los pequeños discos de metal se convirtieron en un ornamento puramente estético.
La lentejuela brilla en el siglo XX
Las lentejuelas como las conocemos surgieron en el siglo XX. Sus destellos empezaron a adornar los ricos vestidos de la Bélle Époque, añadían toques de luz a las creaciones de los años 20 y volvieron a adornar las prendas de los sensuales años cincuenta. Actrices como Marilyn Monroe o Rita Hayworth sucumbieron al centelleo de la lentejuela con innumerables trajes que resplandecieron dentro y fuera del celuloide. Un vestido brillante de la época que conecta con la actualidad es el icónico vestido beige que la diva rubia llevó cuando cantó ‘Cumpleaños feliz’ al presidente John F. Kennedy en 1962. Ese mismo vestido cubierto de cristales fue el que se enfundó Kim Kardashian en la MET Gala 2022.
Los materiales utilizados para crear las lentejuelas también cambiaron con el tiempo. El metal de los primeros prototipos evolucionó hacia la gelatina en la década de los 30. Este último material resultaba menos pesado, pero era frágil y no aguantaba bien los cambios de temperatura. Luego, pasaron a ser de plástico, flexible y resistente al lavado. Gracias a este cambio, las lentejuelas se volvieron más prácticas, menos costosas y más asequibles que sus anteriores versiones.
Un adorno vinculado con la música, el movimiento y el exceso
Con la innovación de los nuevos materiales y el triunfo del prêt-à-porter en los años sesenta, el uso de las lentejuelas se popularizó en ropa más común que se volvía atrevida, viva y colorida. ¿El objetivo? Adornar la silueta, empoderarla y convertirse en el centro de atención de las miradas. Este manifestó cuajo muy bien en los años setenta con la fiebre disco. En los movimientos contraculturales, las lentejuelas y todos los tejidos brillantes se convirtieron en un símbolo de rebelión contra el sistema que consideraban serio y aburrido. Ahí es cuando empezó la época del glam rock. Un movimiento sensual, andrógino, excéntrico y revolucionario que tuvo como símbolo a David Bowie con su icónico alter ego: Ziggy Stardust. El hombre de las estrellas, y otros cantantes de la época se envolvían con trajes de lamé, lentejuelas y mucho glitter.
Los tejidos brillantes, siendo las lentejuelas los preferidos, volvieron a resplandecer en los años ochenta. Michael Jackson fue el responsable que la brillantina y las prendas faraónicas volvieran a ver la luz con actuaciones memorables donde el Rey del Pop se enfundaba en trajes cubiertos de lentejuelas y pedrería.
Hoy en día las lentejuelas, así como otros tejidos brillantes, están sometidas a los vaivenes de la moda cíclica. Su material sigue siendo a base de plástico, ahora mayoritariamente reciclado, pero con recubrimientos especiales. Lo que no ha cambiado es su significado. Las lentejuelas despiertan la imaginación, se hacen visibles e iluminan la vida cotidiana de las personas. Son un elemento de escapismo, algo con lo que aferrarse hacia otros mundos de fantasía. Y ya sabemos que la moda es sueño y en Gratacós nos gusta haceros soñar a través de nuestros tejidos de lentejuelas. Aquí te dejamos una selección de los más novedosos para que brilles con luz propia.
El naranja es un color más común de lo que pensamos, aunque su papel en la historia siempre ha quedado relegado en segundo plano. Esta tonalidad híbrida entre el rojo y el amarillo provoca una reacción inmediata cuando se la reconoce. Activa, estimula, sorprende y divierte. No en vano, este llamativo color siempre está vinculado con lo poco convencional. Su singularidad ha desempeñado un rol importante en el arte, la historia y el diseño. Desde la antigüedad el naranja estaba presente en rituales del Antiguo Egipcio, se ha considerado un color sagrado en varias culturas asiáticas y ha llegado a enamorar artistas como Vincent van Gogh y Toulouse-Lautrec que usaron el naranja en sus pinturas. Os contamos algunas anécdotas de este color exótico, a menudo subestimado.
El naranja en la antigüedad
Los antiguos egipcios fueron los primeros en utilizar una tonalidad entre amarillo y naranja que extraían del mineral rejalgar para decorar sus tumbas. El pigmento que se extraía era tóxico -contiene arsénico- y era utilizado por los chinos para ahuyentar las serpientes, además de ser empleado en la medicina tradicional del páis. Otro mineral relacionado, el oropimente también era usado como pigmento y se la consideraba un producto comercial de gran valor en la antigua Roma. En la Edad Media el pigmento anaranjado fue utilizado durante la Edad Media en los manuscritos.
En Asia, el naranja fue considerado un símbolo con diferentes interpretaciones según la cultura de cada país. Esta tonalidad está presente en muchas de las religiones asiáticas. En el budismo, el naranja es un color sagrado: se le considera el tono de la iluminación y la búsqueda del conocimiento y por eso, la indumentaria de los monjes budistas es tradicionalmente de este color. Para el confucianismo, el naranja simboliza el color de la transformación. En el hinduismo, el vestido que lleva Krishna -una de las deidades personificadas más veneradas- es siempre de esta brillante tonalidad. El nombre del color en India y China deriva del azafrán que a su vez era el tinte más caro de los dos países. Estas potencias asiáticas consideraban que el naranja representaba el balance equilibrado entre la perfección del amarillo y el poder del rojo.
Un color sin nombre
En Asia el naranja era una tonalidad venerada. En cambio, en Europa el color no tuvo nombre hasta el siglo XVI cuando los comerciantes portugueses trajeron de India y China, las frutas más exóticas del momento: naranjas y mandarinas, teñidas de un color que los europeos llamaban hasta entonces amarillo rojizo. Este llamativo color importado del Lejano Oriente a través de los naranjos se le asignó el nombre de la propia fruta. Naranja en español, orange en inglés, arancia en italiano y laranja en portugués.
Otra curiosidad: hoy en día el naranja es un color que conecta a nivel psicológico con el mundo de los sabores y resulta agradable a la vista cuando se le vincula con la comida. Melocotones, albaricoques, mangos, zanahorias, langostinos, gambas, salmón, calabazas, curry… El naranja puede ser un color apetitoso, ¿verdad?
El naranja en el arte
En el arte occidental europeo, el uso del naranja se volvió común a partir del siglo XIX, cuando se produjo el primer pigmento naranja sintético llamado cromo anaranjado. Esta tonalidad fue la favorita de los pintores prerrafaelitas e impresionistas, quienes hicieron uso del color para capturar los efectos de la luz natural. Artistas como Monet, Gauguin, Renoir y Toulouse-Lautrec usaron ampliamente el color para provocar sentimientos de calidez, evasión y diversión. Si hay un artista que se le vinculó directamente con el color naranja fue Vincent van Gogh, que a través de la pintura mezclaba sus propias tonalidades de naranja y las usaba en contraste con los azules y los púrpuras característicos de su trabajo.
Un color de temporada en 2022
Aunque Pantone coronó en 2022 el lila Very Peri como el color del año, lo cierto es que la industria de la moda parece haber puesto el ojo a un tono más intenso y vitalista para levantar el ánimo. En pasarelas a través de las colecciones de verano y pre-fall, en el street style de las fashion weeks, en escaparates de las grandes firmas… el naranja se ha alzado como uno de los tonos estrella de la temporada en todas sus gamas posibles.
El naranja ha estado presente en la actual colección SS22 de Christian Siriano, Collina Strada o Proenza Schouler, transmitiendo optimismo y alegría a la ropa presentada, pero es en las colecciones de transición cuando cobra más fuerza. Por ejemplo, Erdem es una de las firmas que, ha apostado por este color, pero en sus versiones más soft como el naranja caldera para vestidos satinados con motivos en negro y looks que juegan con las texturas y utilizan el mismo tono. Por su parte, Chloé se ha decantado por las tonalidades pastel dándole un aspecto menos agresivo. Oscar de la Renta le ha dado al naranja matices rojizos, siempre acompañado a otros colores o en formato bolso. En cambio, Gucci ha apostado esta temporada por un naranja vitaminado que tiñe una falda a varias capas en el mismo tono.
El namarillo vuelve a pisar con fuerza en las pasarelas. Una tonalidad híbrida a medio camino entre el naranja y el amarillo que se popularizó en 2016 entre las colecciones de primavera y causó furor por su vistosidad y luminosidad, siendo el tono del verano de entonces. Ahora, Prabal Gurung ha recuperado este tono vitamínico y lo ha incorporado en gran parte de los looks de su última colección. En un tono algo más apagado, Staud lo ha convertido en conjuntos de punto con microshorts y Chanel en monos que son el sello de su directora creativa, Virginie Viard.
¿Cómo combinarlo?
En ocasiones lo que se ve en la pasarela no necesariamente acaba llevándose en la calle. Y el naranja seduce a primera vista, pero no es un color fácil de llevar ni tampoco discreto. Aún así, el street style de los prescriptores de moda o los looks expuestos por las celebridades en las red carpets son la mejor referencia para demostrar las posibilidades cromáticas que tiene el naranja en el armario.
La forma más sencilla de iniciarse en el color naranja es hacerlo en pequeñas dosis a través de una sola prenda o relegándolo simplemente en los accesorios. Los tonos que siempre van bien con el naranja son los neutros: blanco, negro y tonalidades beiges o maquillaje que creen un efecto base. Por el contrario, si tu nivel de atrevimiento es elevado el naranja sienta de maravilla en clave total look a través de vestidos, trajes chaqueta o combinaciones de top con faldas. En cuanto a combinaciones arriesgadas que potencian este color vitamínico hay algunas muy repetidas en pasarela que fluyen por su contraste: naranja con fucsia para un máximo atrevimiento; naranja con verde intenso para jugar con los complementarios; naranja con azul celeste o rosa palo para rebajar la intensidad; naranja con morado para aclamar protagonismo; naranja con gris para los días lluviosos, o evidentemente, naranja con naranja para un juego visual armónico. ¡Este color acepta más tonos de los que habrías imaginado!
Por último, te mostramos algunos de nuestros tejidos más vitamínicos de la nueva temporada. ¿Qué te imaginas diseñar con ellos?
Abril es el mes de la moda en Barcelona. A las puertas de una nueva edición de la Barcelona Bridal Fashion Week, hace una semana arrancaba la última edición del 080 Barcelona Fashion, con 22 desfiles virtuales de marcas y diseñadores que presentaron la nueva temporada en el Macba, dentro del edificio de carácter racionalista del arquitecto Richard Meier. Una nueva puesta en escena del imaginario y la creatividad que las marcas exhiben a través de fashion films de las colecciones de temporada que se pueden seguir visualizando en la página web de la pasarela catalana. Gratacós también ha seguido la actualidad de las nuevas emisiones de moda para comprobar, una vez más, como nuestros tejidos han cobrado forma gracias a los diseñadores que habitualmente confían en nosotros: Avellaneda, Eiko Ai, Menchen Tomás, Yolancris y Victor von Schwarz. Repasamos las nuevas propuestas y algunos de los looks clave.
Noches de verano
Fiel a su filosofía hedonista, el dandy Juan Avellaneda nos traslada a latitudes tropicales en su nueva colección de verano para seguir explorando la elegancia más relajada, inspirada en paraísos cálidos del norte de África. La propuesta se vertebra a través de tejidos naturales, tonos luminosos o encendidos como el rosa, el naranja y el coral, y patrones que, en líneas generales, pierden rigidez. También existen varios modelos de chaqueta, la prenda fetiche de la marca del diseñador barcelonés, que oscilan sin esfuerzo entre los guardarropas del hombre y la mujer. Los estampados se alejan de tópicos y abrazan una versión mediterránea del ikat que da carácter a faldas etéreas y esmóquines alérgicos al aburrimiento. Las prendas evocan la elegancia práctica de la sahariana y la sastrería clásica de aquellos veraneos de midcentury que inmortalizó Slim Aarons. Las blusas acarician el cuerpo y se entrelazan. Los pantalones bailan y los vestidos se pegan a la piel o despliegan fabulosos volúmenes y volantes, otro detalle 100% Avellaneda. En Au réveil il était midi, toda la ropa combina con todo, se armoniza y fluye para un verano perfecto.
La cálida luz del sol
Eiko Ai deslumbra con Lucid Dreams, una colección radiante inspirada en la vitalidad de la energía solar. Independientemente de la inspiración, la fórmula de Glò Lladó se mantiene firme en cada propuesta y consiste en potenciar la belleza de la mujer jugando con la delicadeza y la sensualidad. ¿Y cómo lo consigue? A través de siluetas vaporosas, tejidos etéreos que dejan entrever la piel y estampados evocadores que mezclan sofisticación sin abandonar el espíritu casual y cosmopolita de la firma barcelonesa. La nueva propuesta de verano de Eiko Ai potencia los vestidos tipo kimono, las blusas fluidas y las combinaciones de dos piezas donde no faltan las transparencias, los brillos sutiles y los estampados degradados con otros florales que rinden homenaje a esa visión mística de la mujer, como una ninfa urbana. La paleta de la colección emula positivismo, vida estival y luz dorada a través naranjas intensos que juegan con la gama de amarillos, blancos rosados y pinceladas de azul intenso del cielo.
La clase es la clase
Por su parte, Menchen Tomás nos recuerda la importancia de la herencia en Old Money, una colección que se inspira en la manera de vestir y de vivir de las familias estadounidenses que han conseguido traspasar la fortuna, la clase y el estatus de generación en generación. Una estética caracterizada por la sofisticación, la fusión entre lo clásico y lo contemporáneo y la elegancia atemporal, alejada de la cultura del logo y la ostentación. De esa interpretación, la firma barcelonesa aúna prendas de vestir como vestidos y faldas midi, pantalones anchos con pinzas, camisas de popelín infinitas con otras prendas más deportivas que podrían utilizarse para un día en un club de campo o una cena en un jardín, una noche de verano. Como detalle en tejidos no faltan las sedas, las organzas y las flores de tul en una paleta cromática vibrante: azul, verde lima, amarillo, rosa fucsia y rojo carmín.
Moda sin género
Victor von Schwarz forma parte de la nueva generación de jóvenes talentos que aportan creatividad y frescura en la pasarela 080. Esta vez, el diseñador barcelonés presentó una colección inspirada en las películas de la mafia asiática de los años 80 y 90, que tenían como centro de operaciones en los barrios rojos de ciudades como Taipei o Hong Kong. Victor von Schwarz apuesta por la moda sin género. Por eso, el diseñador, inspirado en la ropa oriental, crea piezas abiertas, que pueden encajar en cualquier persona, independientemente de su sexo o género. Las siluetas de la nueva propuesta de verano se dividen en dos bloques. El primero es muy brillante, con volúmenes, juegos de drapeados y transparencias que dejan entrever la piel. El segundo, parte de una silueta mucho más cuadrada y con variaciones de la chaqueta sastre clásica. En esta colección los tejidos se caracterizan por tener gran cantidad de fantasía. Las lentejuelas ganan presencia, desde estampado vichy hasta degrade brillantes. También destacamos laminados brillantes en base de viscosa y tules con estampados plateados. En cuanto a colores, los tonos pasteles y los colores espolvoreados se adueñan de la propuesta genderless.
Terciopelo negro
Yolancris esta vez participó en el 080 Barcelona Fashion con su colección de fiesta, dejando en barbecho el proyecto Y Como, su lado más experimental. La nueva propuesta ensalza el trabajo de artesanía que se respira en el propio taller donde prima el terciopelo, la piel y el color negro. Si ponemos foco en el detalle, al terciopelo se le han mezclado hilos dorados y se han incrustado encaje francés y macramés en una atrayente combinación. Priman también los binomios de color: dorado-negro y blanco-negro, y se separan con explosiones de vestidos monocolor: rojo y rosa empolvado. En cuanto a siluetas, la colección recoge algunas ideas de patrón clásicas combinadas con algunas licencias más atrevidas que se aprecian, por ejemplo, en las aberturas de los vestidos. En líneas generales, la propuesta de Yolancris pretende ser atemporal para convertirse en un fondo de armario para las ocasiones especiales.