¿Cómo te imaginas moda del futuro? Es curioso como esta cuestión siempre ha estado en el imaginario de muchos diseñadores del siglo XX que han ideado una forma propia de concebir ropa adelantada a su tiempo, influenciados por la literatura, la pintura, el cine o la ciencia. A través de diseños punteros, volúmenes imposibles, tejidos sorprendentes y materiales innovadores, los creadores más punteros han construido una visión personal de la moda del mañana. Algunos des de la nostalgia retro, otros desde el optimismo de la carrera espacial que contrasta a su vez, con la revisión de las distopías más catastróficas y apocalípticas que sostiene el diseño futurista de otros modistos contemporáneos. En pleno siglo XXI, las innovaciones tecnológicas, los entornos digitales y los universos virtuales como el metaverso han abierto nuevas puertas de expansión y crecimiento a la industria de la moda, transformando algunos de sus cimientos. A su vez, este desarrollo tecnológico ha permitido el florecimiento de nuevas visiones entorno a cómo concebimos la moda del futuro -que no es más que la del presente- con singulares creaciones que son un reflejo de la sociedad actual. Repasamos algunos de los momentos históricos y los nombres propios de la moda futurista para entender hacia dónde va la moda que ansía vestir el mañana.
Los primeros movimientos futuristas
El futurismo como término nació a principios de siglo con el movimiento artístico de vanguardia vinculado con Tommaso Marinetti. El poeta italiano publicó el 20 de febrero de 1909 en Le Fígaro su ‘Manifiesto futurista’, donde expresaba sus valores y experiencias celebrando la era de la máquina. Su visión se oponía a la burguesía del momento a través de conceptos como la velocidad, la fuerza, y el dinamismo. Para Marinetti, el futurismo era sinónimo de “movimiento orientado hacia el futuro”. Más allá de la literatura y el arte, este movimiento influenció también la moda. Artistas como Giacomo Balla fue uno de los encargados de traducir los ideales futuristas de Marinetti a la ropa y Vincenzo Fanni, bajo el pseudónimo de Volt, daría alas a la vestimenta femenina en su manifiesto de 1920. Entre algunos de sus escritos destacan frases como: “La moda femenina nunca puede ser lo suficientemente extravagante” o “Vestidos que provocan sorpresas y transformaciones, equipados con resortes, aguijones, lentes de cámara, corrientes eléctricas, reflectores, aerosoles perfumados, fuegos artificiales, preparaciones químicas y miles de artilugios. Una última cita: “En la mujer podemos idealizar las conquistas más fascinantes de la vida moderna. Transformaremos a la dama elegante en un verdadero complejo tridimensional vivo”. Unas declaraciones que se anotaron hace un siglo y que serviría de punto de partida para muchos de los diseñadores de mitad del siglo XX que, dejarían las visiones utópicas de sus antecesores para pasar a la acción: experimentar con diseños que reflejen este espíritu de modernidad.
La moda de la carrera espacial
El diseño futurista vinculado con el espacio tuvo su máximo esplendor en los años 60 coincidiendo con el pulso por liderar la carrera espacial que mantenían Estados Unidos y Rusia en plena Guerra Fría. El lanzamiento del Sputnik en 1957, la conquista de la luna en 1969… fueron algunos hitos históricos que marcaron un auténtico furor por la moda que se inspira en el espacio, las heroínas de ciencia ficción y los viajes intergalácticos. Jane Fonda caracterizada como la seductora Barbarella inmortaliza uno de esos looks espaciales de la década. La moda futurista de los años 60 fue liderada por André Courrèges, Pierre Cardin y Paco Rabanne. Los padres de “las damas del espacio” o de las “Cosmic Girls”. Se caracterizó por siluetas pop (minifaldas, minivestidos, silueta A, cuellos cerrados, botas altas con plataforma, cascos…), texturas de vinilo, tejidos tecnológicos, destellos metalizados y mucho color plata para expresar cromáticamente la moda galáctica. Este estilo y la propia corriente era utópica y optimista porque auguraba un mundo mejor, más racional pero también más creativo. Más allá del auge de la carrera espacial, esta tendencia coincidió con el boom del prêt-à-porter que lo popularizó con modelos producidos en serie que imitaban los diseños espaciales de los padres de la moda futurista.
Más fantasía en la década de la opulencia
En los excesivos años 80, la ciencia ficción y la temática espacial volvió a despertar el interés de las exclusivas casas de moda, aunque cada diseñador adaptó el estilo futurista a su propio discurso. El futuro se podía percibir como algo utópico y brillante, rescatando el espíritu de hace dos décadas, o bien, aterrador con una visión apocalíptica que vuelve a estar de moda actualmente. Uno de los máximos exponentes fue Thierry Mugler, recientemente fallecido. El diseñador francés fue un visionario, cuyos diseños dramáticos y fantasiosos, transformaron el vestuario femenino con seducción y personalidad que reflejaban el poder de la mujer. Mugler reivindicó el power dressing a través de nuevos materiales como látex, el PVC, la fibra de vidrio, el caucho y siluetas escultóricas que ceñían el cuerpo de la mujer y lo ensalzaban. Hombros voluminosos, cinturas extremadamente ceñidas, metalizados, acabados innovadores una concepción intemporal y futurista de la moda, sumado a la provocación como arma, consiguieron ponerlo en primer plano, así como él lo hizo con el empoderamiento femenino. De Mugler son también los diseños inspirados en insectos, alienígenas o androides inspirados en los clásicos del género.
Firmas como Balmain, Margiela, Sies Marjan o Dior también han imaginado en colecciones y diseños concretos cómo sería la moda del mañana a través de tejidos iridiscentes y plateados, y haciendo claras alusiones a la nueva temática espacial: la conquista de Marte.
Las nuevas distopías del fin del mundo
La pandemia mundial también ha pasado factura en la industria a nivel creativo que ha visto en la incertidumbre, el hastío y el desconcierto nuevas pautas para idear una visión oscura de la moda del futuro. El estreno a su vez de clásicos de la ciencia ficción como ‘Matrix’ y ‘Dune’ o el auge de los videojuegos han inspirado las propuestas de Balenciaga, Rick Owens, Khaité y Ottolinger, entre otros diseñadores convirtiendo el estilo distópico en tendencia. La estética dark, entre gótica y ciberpunk, ha vuelto a resurgir con prendas características: abrigos largos, prendas de cuero, pantalones multibolsillos, botas militares y acabados brillantes y acharolados, siendo el negro de la cabeza a los pies el color que gobierna esta nueva interpretación de la moda futurista en su visión apocalíptica.
A todo ello hay que añadir la reciente irrupción del metaverso y la expansión de la moda virtual. En este nuevo paradigma, las marcas pueden vender activos digitales (NFT), es decir, sus propias colecciones para vestir los avatares de los usuarios hasta abrir una tienda u ofrecer un servicio de atención al cliente en esos universos virtuales. Aunque aún es temprano para analizar el impacto del metaverso, esta nueva realidad puramente digital, quizás inspirará la moda del futuro de los diseñadores del mañana.