Es curioso como en cada temporada suelen converger estilos totalmente antagónicos. Así, las siluetas minimalistas se entremezclan con detalles opulentos en un mismo desfile o dentro de una colección de un célebre diseñador aportando nuevos matices. Una de estas tendencias excesivas es el resurgir de la corriente barroca que impregna los tejidos de invierno de los últimos años en una nueva interpretación del lujo aristocrático del siglo XVIII.
De espíritu palaciego, el barroco en moda se visibiliza en las prendas de estética recargada, llenas de detalles con función ornamental. Los tejidos son ricos en texturas, bordados, hilos metalizados y detalles de pasamanería. En esta tendencia destaca el terciopelo como rey de los tejidos, los brocados de seda, los encajes y los materiales con relieves suaves que se convierten en un placer para el tacto. Los estampados se inspiran en los mosaicos florales de los tapices en enrevesadas obras de arte.
En el nuevo barroco los colores son vibrantes conservando esta majestuosidad vinculada a la aristocracia de antaño. Las tonalidades oscuras como el berenjena, el azul ultramar o el caqui contrastan con las claras como el coral, el mostaza y el turquesa. Los colores pastel tienen un nuevo resurgir en forma de rosa palo, azul bebé y verde agua inspirados en los vestidos de la reina Maria Antonieta.
Esta tendencia se usa habitualmente en la decoración de interiores en cortinas, cojines, fundas y otros accesorios que le convierten el hogar en un palacio. En la pasarela, recurren con frecuencia al estilo barroco firmas como Balmain, Dolce & Gabbana, Versace o Alexander McQueen.
Aquí te dejamos algunas inspiraciones, así como nuestros tejidos que se contagian de esta tendencia tan evocadora. Encuentra más aquí.