El naranja es un color más común de lo que pensamos, aunque su papel en la historia siempre ha quedado relegado en segundo plano. Esta tonalidad híbrida entre el rojo y el amarillo provoca una reacción inmediata cuando se la reconoce. Activa, estimula, sorprende y divierte. No en vano, este llamativo color siempre está vinculado con lo poco convencional. Su singularidad ha desempeñado un rol importante en el arte, la historia y el diseño. Desde la antigüedad el naranja estaba presente en rituales del Antiguo Egipcio, se ha considerado un color sagrado en varias culturas asiáticas y ha llegado a enamorar artistas como Vincent van Gogh y Toulouse-Lautrec que usaron el naranja en sus pinturas. Os contamos algunas anécdotas de este color exótico, a menudo subestimado.
El naranja en la antigüedad
Los antiguos egipcios fueron los primeros en utilizar una tonalidad entre amarillo y naranja que extraían del mineral rejalgar para decorar sus tumbas. El pigmento que se extraía era tóxico -contiene arsénico- y era utilizado por los chinos para ahuyentar las serpientes, además de ser empleado en la medicina tradicional del páis. Otro mineral relacionado, el oropimente también era usado como pigmento y se la consideraba un producto comercial de gran valor en la antigua Roma. En la Edad Media el pigmento anaranjado fue utilizado durante la Edad Media en los manuscritos.
En Asia, el naranja fue considerado un símbolo con diferentes interpretaciones según la cultura de cada país. Esta tonalidad está presente en muchas de las religiones asiáticas. En el budismo, el naranja es un color sagrado: se le considera el tono de la iluminación y la búsqueda del conocimiento y por eso, la indumentaria de los monjes budistas es tradicionalmente de este color. Para el confucianismo, el naranja simboliza el color de la transformación. En el hinduismo, el vestido que lleva Krishna -una de las deidades personificadas más veneradas- es siempre de esta brillante tonalidad. El nombre del color en India y China deriva del azafrán que a su vez era el tinte más caro de los dos países. Estas potencias asiáticas consideraban que el naranja representaba el balance equilibrado entre la perfección del amarillo y el poder del rojo.
Un color sin nombre
En Asia el naranja era una tonalidad venerada. En cambio, en Europa el color no tuvo nombre hasta el siglo XVI cuando los comerciantes portugueses trajeron de India y China, las frutas más exóticas del momento: naranjas y mandarinas, teñidas de un color que los europeos llamaban hasta entonces amarillo rojizo. Este llamativo color importado del Lejano Oriente a través de los naranjos se le asignó el nombre de la propia fruta. Naranja en español, orange en inglés, arancia en italiano y laranja en portugués.
Otra curiosidad: hoy en día el naranja es un color que conecta a nivel psicológico con el mundo de los sabores y resulta agradable a la vista cuando se le vincula con la comida. Melocotones, albaricoques, mangos, zanahorias, langostinos, gambas, salmón, calabazas, curry… El naranja puede ser un color apetitoso, ¿verdad?
El naranja en el arte
En el arte occidental europeo, el uso del naranja se volvió común a partir del siglo XIX, cuando se produjo el primer pigmento naranja sintético llamado cromo anaranjado. Esta tonalidad fue la favorita de los pintores prerrafaelitas e impresionistas, quienes hicieron uso del color para capturar los efectos de la luz natural. Artistas como Monet, Gauguin, Renoir y Toulouse-Lautrec usaron ampliamente el color para provocar sentimientos de calidez, evasión y diversión. Si hay un artista que se le vinculó directamente con el color naranja fue Vincent van Gogh, que a través de la pintura mezclaba sus propias tonalidades de naranja y las usaba en contraste con los azules y los púrpuras característicos de su trabajo.
Un color de temporada en 2022
Aunque Pantone coronó en 2022 el lila Very Peri como el color del año, lo cierto es que la industria de la moda parece haber puesto el ojo a un tono más intenso y vitalista para levantar el ánimo. En pasarelas a través de las colecciones de verano y pre-fall, en el street style de las fashion weeks, en escaparates de las grandes firmas… el naranja se ha alzado como uno de los tonos estrella de la temporada en todas sus gamas posibles.
El naranja ha estado presente en la actual colección SS22 de Christian Siriano, Collina Strada o Proenza Schouler, transmitiendo optimismo y alegría a la ropa presentada, pero es en las colecciones de transición cuando cobra más fuerza. Por ejemplo, Erdem es una de las firmas que, ha apostado por este color, pero en sus versiones más soft como el naranja caldera para vestidos satinados con motivos en negro y looks que juegan con las texturas y utilizan el mismo tono. Por su parte, Chloé se ha decantado por las tonalidades pastel dándole un aspecto menos agresivo. Oscar de la Renta le ha dado al naranja matices rojizos, siempre acompañado a otros colores o en formato bolso. En cambio, Gucci ha apostado esta temporada por un naranja vitaminado que tiñe una falda a varias capas en el mismo tono.
El namarillo vuelve a pisar con fuerza en las pasarelas. Una tonalidad híbrida a medio camino entre el naranja y el amarillo que se popularizó en 2016 entre las colecciones de primavera y causó furor por su vistosidad y luminosidad, siendo el tono del verano de entonces. Ahora, Prabal Gurung ha recuperado este tono vitamínico y lo ha incorporado en gran parte de los looks de su última colección. En un tono algo más apagado, Staud lo ha convertido en conjuntos de punto con microshorts y Chanel en monos que son el sello de su directora creativa, Virginie Viard.
¿Cómo combinarlo?
En ocasiones lo que se ve en la pasarela no necesariamente acaba llevándose en la calle. Y el naranja seduce a primera vista, pero no es un color fácil de llevar ni tampoco discreto. Aún así, el street style de los prescriptores de moda o los looks expuestos por las celebridades en las red carpets son la mejor referencia para demostrar las posibilidades cromáticas que tiene el naranja en el armario.
La forma más sencilla de iniciarse en el color naranja es hacerlo en pequeñas dosis a través de una sola prenda o relegándolo simplemente en los accesorios. Los tonos que siempre van bien con el naranja son los neutros: blanco, negro y tonalidades beiges o maquillaje que creen un efecto base. Por el contrario, si tu nivel de atrevimiento es elevado el naranja sienta de maravilla en clave total look a través de vestidos, trajes chaqueta o combinaciones de top con faldas. En cuanto a combinaciones arriesgadas que potencian este color vitamínico hay algunas muy repetidas en pasarela que fluyen por su contraste: naranja con fucsia para un máximo atrevimiento; naranja con verde intenso para jugar con los complementarios; naranja con azul celeste o rosa palo para rebajar la intensidad; naranja con morado para aclamar protagonismo; naranja con gris para los días lluviosos, o evidentemente, naranja con naranja para un juego visual armónico. ¡Este color acepta más tonos de los que habrías imaginado!
Por último, te mostramos algunos de nuestros tejidos más vitamínicos de la nueva temporada. ¿Qué te imaginas diseñar con ellos?